EL ÁNGEL GUARDIÁN|Erick B. Colón.|Completa.

C14: Sueños.

Erick.-

—¿Estamos saliendo, entonces?—le pregunté a Nish. Ella dejó de juguetear con el pedazo de pastel de chocolate que tenía en su plato y me miró un par de segundos en completo silencio.

—Creo que si—me respondió con media sonrisa y posé mi mano encima de la suya sintiendo de inmediato la ya tan familiar corriente eléctrica que se hacía presente en mi cuando teníamos algún tipo de contacto físico por pequeño que fuese.—¿Cómo crees que reaccione Gabbe cuando lo sepa?—me preguntó.

—¿Gabbe?—suspiré—supongo que bien. La pregunta es, ¿Cómo va a reaccionar Zabdiel cuando lo sepa?

—Deberá aceptarlo—respondió automáticamente encogiéndose de hombros.

—Creo que se va a enfadar—le dije y ella se rio un poco.

—Hace dos años podía jurar que Zabdiel De Jesús era el amor de vida, era una chica más entre la larga lista de chicas que moría por tener una oportunidad con él, la más mínima que fuese...creía que podía ser como alguna estúpida escena de película fantasiosa donde el popular tira al suelo a la invisible y automáticamente se enamora de ella haciéndola sentir completamente especial.—la miré—él por supuesto estaba sumamente concentrado en Leah, ni siquiera sabía que yo existía. Cuando mis padres murieron fue cuando por fin entré en su radar...

—¡Fue un tonto!—murmuré y ella apretó un poco mi mano.

—Claro que sólo fue porque toda la escuela tenía puesta la atención en la pobre chica huérfana, de otro modo; seguiría siendo invisible para él.—suspiró.—Y desde hace unos meses me ha estado torturando pidiéndome citas y esas cosas...

—¡Es un tonto!—corregí.

Ella se rio y mi corazón se aceleró. Como hacía siempre que ella se reìa. El sonido de su voz era uno de los sonidos más hermosos del mundo de esto estaba completamente seguro.

—Eso me sonó como a celos—me reí un poco. Estaba a punto de replicar pero el celular de Nish comenzó a sonar. La miré un segundo y solté su mano, ella lo tomó entre sus manos y con una gran sonrisa atendió. —Isabelle...sí, claro...espera, ¿Qué?—sonrió—obvio que sí, abuela...Okay, Okay, Isabelle, no abuela....—rio—...te veré en unos minutos—dijo y cortó la llamada.

—¿Todo bien?—pregunté.

—Más que bien, mi abuela está afuera del departamento. Viene a pasar unos días conmigo—me dijo emocionada. Sonreí un poco.—¿podemos irnos ya? Podemos continuar con nuestra conversación en el auto—asentí y nos pusimos de pie para ir hasta la caja registradora del lugar.

(...)

—¡Isabelle!—gritó Nishdali completamente emocionada en cuanto las puertas del elevador se abrieron. Una mujer de cabello castaño atado en un elegante moño se giró para observarla. Ella soltó mi mano y corrió en dirección a la mujer, esta a su vez, la recibió con una enorme sonrisa y la abrazó cariñosamente.

—Te he extrañado muchísimo, niñita—le dijo sin perder la sonrisa.

Caminé en dirección a ambas y me quedé quieto antes de llegar a ellas para no arruinar su momento entre abuela y nieta. Eran tan...idénticas. La mujer de nombre Isabelle muy podría haber sido una Nishdali en edad avanzada.

—Yo también—le aseguró la castaña lanzándole una hermosa sonrisa.

—¿Quién es este apuesto joven?—le preguntó la mujer cayendo en cuenta de que yo estaba ahí. Ella me miró con media sonrisa y mi corazón latió muy rápido, otra vez.

Entonces, ¿eso era amor, no? El hecho que mi corazón no dejara de latir por cada cosa que hacía o decía Nish, ¿Así era como se sentía el amor?