[Coreano]
— ¡Hyung! —Se quejó el más alto al descubrir que era su manager quien entraba a la habitación. — Nos metiste un buen susto.— Así tendrán la conciencia.
[Japonés]
— Ya es tarde, Minhyun, ¿no crees que los padres de Minki estarán preocupados por él?— ¿Dónde están ellos, hyung Kim?
— En el estacionamiento. Hace un momento vino una de tus hermanas a preguntar si irías pronto con ellos.
— ¿Todavía está ahí?
— No. Tuve que decirle que estabas en el baño para que no se preocupara, y que vas para allá en cuanto salgas.
— Y ¿hace cuanto fue eso, hyung Kim?
— Unos minutos.
— Perdona, hyung, Rennie se quedó dormido.
— Sí, sí, pero ya llévalo con sus padres, que el auto también nos espera.
— Sí, hyung. —Bajó a Minki al suelo y se puso de pie. — No me tardo. —Tomó la mano del rubio y este de inmediato abrió los ojos con sorpresa.
— Vayan, anden. —Les abrió la puerta.
— Nos vemos, hyung Kim.
— Cuídate, Minki. —Ambos jóvenes salieron del cuarto.
— ¿Estás tranquilo?
— S-sí. Me siento tranquilo. —Parpadeó un par de veces.
— Okay. ¿Conociste a Ji-young noona?
— No. No la ví.
— Mm. —De frente vieron venir a dos chicas que, Minhyun, identificó de inmediato. — ¡Oh! Mira, ahí vienen las dos. —El rubio miró donde el mayor. — ¡Noona! —Alzó la mano saludándolas y ambas chicas saludaron. Se acercaron unos a otros hasta estar de frente.
[Coreano]
— Vamos por un vestuario que dejamos en el camerino. Creímos que ya se habían ido.— Yo creí que, ustedes, ya se habían ido.
[Japonés]
— Los presento, Rennie, ella es Park Ji-young. —Se refirió a la dama castaña. — Y ella es su hija, Nana —. Una chica de veintitantos, con el pelo decolorado, saludó.— ¿Nana?
— En realidad se llama Jin Ah, pero desde que aprendimos japonés es Nana; porqué su número favorito es el siete.
— ¡Ah! Mucho gusto.
— Noonas, él es mi prometido, Choi Minki.
— ¡Aah! —Exclamó la chica rubia. — ¡Qué mono estás! —Se acercó a Minki y apretó sus mejillas.
— ¡Jin Ah! Le vas a arrancar la cara, hija.
— Perdón, es que causa tanta ternura, con esa carita adormilada y su cabello rubio. ¡Ah! —Le apretó las mejillas una vez más.
— Perdona a mi hija, a veces es muy tosca, especialmente cuando algo o alguien le parece tierno.
— No hay problema.
— Bueno, un placer conocerte, pequeño, pero deberías ir a descansar. Se bueno con noona y hazme caso, porqué, de estos dos rebeldes —Se refirió a su hija y al idol—, ninguno me hace caso, Minhyun por su trabajo y Jin Ah nada más porqué sí. —Minki sonrió.
— Sí, voy a irme a casa ya.
— Bueno, descansa. Mi hija y yo estaremos apoyándote el día de su boda.
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El anillo de mi dedo anular
Romance" - Te casarías conmigo? -El silencio inundó la habitación, en partes sabía que debía decir que no... que debía rechazarlo porque ese anillo... esa pregunta debía ser para su hermana, no para él. Aunque... para ser sinceros... no le sorprendió...