La mujer que los recibió no tardó en reconocerlos y de inmediato adivinó que se habían casado ya, por lo que les había llevado a una de las habitaciones más bonitas de la casa y habían pasado ahí la noche, durmiendo juntos y abrazados de nuevo debido a que sólo había una cama. Se sintieron tan cómodos que por un momento en la mente de ambos cruzó la idea de dormir así todos los días y aunque ninguno siquiera lo mencionó, en realidad, no les desagradó imaginarlo.
Por la mañana recogieron sus cosas y cuando estaban por pagar la dueña les dijo que no hacía falta.
— Tómelo como regalo de nuestra parte.
— Muchas gracias, señora. —Dijeron ambos haciendo una venia a la mujer y salieron del lugar.
— ¿A dónde vamos ahora?
— Bueno, iremos a desayunar algo y después al aeropuerto, ¿estás listo para tu primer viaje fuera del país? ¿Emocionado?
— Nervioso, pero sí, emocionado.
— Okay. Ven, vamos a desayunar, ¿qué se te antoja?
— Mmm, no lo sé, ¿qué se te antoja a ti?
— Emm... —Alzó la vista mientras mantenía la puerta del auto abierta. — ¡ahh! Ya sé, sube. —Ambos entraron al vehículo y mientras se abrochaban el cinturón de seguridad el rubio habló. — Ví un restaurante no muy lejos, es de comida coreana, y quiero que al menos pruebes algunos platos, para saber más o menos cuáles te gustarán. No está lejos.
— Vale —. El restaurante estaba ubicado en la carretera, por lo que se aliviaron de saber que no tendrían que cruzar un gran tramo para comer algo y continuar al aeropuerto.
Entraron al local y tomaron asiento frente a la barra, inmediatamente les atendió una chica que no pasó por alto ninguno de los dos rostros. Ren esperó a que Minhyun ordenara, pues en realidad no conocía ninguno de los nombres que se mostraban en el menú y prefirió comenzar por conocer los gustos de su marido así como él lo había dejado elegir en su primer paseo juntos.
— Yo los conozco. —Dijo la chica que preparaba la comida y ambos la miraron. — Los he visto en la televisión.
— Ahh... sí.
— No creímos que fueran a reconocernos.
— Es que a mi madre le chiflan esos programas y yo los veo con ella. Aquí tienen. —Puso la comida frente a ellos.
— Gracias. Entonces, ¿sabes quienes somos?
— Sí, tú eres un cantante y tú eres la hija de los empresarios Choi. ¿La mayor?
— Ahh... no. No soy chica, ni la mayor.
— ¡Ahh! Perdón, es que eres muy bonito.
— Gracias.
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El anillo de mi dedo anular
Romance" - Te casarías conmigo? -El silencio inundó la habitación, en partes sabía que debía decir que no... que debía rechazarlo porque ese anillo... esa pregunta debía ser para su hermana, no para él. Aunque... para ser sinceros... no le sorprendió...