Eran cerca de las once de la mañana cuando finalmente, con pesadez, leves movimientos en sus párpados y la sensación de tener la garganta completamente seca Minhyun abrió sus ojos.
En un principio su confundida y ajetreada mente no ubicó dónde estaba, sus ojos captaron las imágenes, pero su cerebro las procesó lentamente, por lo que también tardó un poco en reaccionar y alzar un poco la cabeza, pero cuando finalmente lo hizo cayó en cuenta: estaba en su habitación. Sintió frío en sus hombros y todavía un poco confundido se abrazó a su mismo y se dió cuenta... ¡estaba desnudó!
— "¿Qué? —Fue lo primero que pasó por su cabeza adolorida cuando pudo reaccionar bien. — ¿Qué pasó? ¿Cómo llegue aquí? ¿Qué hora es?" —Se miró comprobando lo que temía: no tenía nada más que las cobijas cubriéndolo. — ¿Qué dem... —Bajó sus piernas y ubicó unos pantalones y una camisa limpios a un lado del buró, los tomó y se los puso con torpeza, misma con la que se levantó y salió de la habitación.
Todo daba vueltas; gracias a la resaca Minhyun apenas podía mantenerse en pie, pero una vez que sus sentidos terminaron de despertar logró escuchar ruidos provenir desde la cocina. Camino por el pasillo con dificultad y apoyándose en la pared, pero todo seguía moviéndose a su alrededor, así que avanzó con lentitud hasta encontrar la puerta de la cocina y entró.
Casi se cayó de espaldas al ver a quien estaba ahí, de pie, frente a la estufa y vistiendo una de sus camisas.
Ella lo miró.— Buenos días, Minhyun.
— U...Uee... ¿qué haces aquí? ¿Por qué tienes puesta mi camisa? —Ella hizo un mohín antes de responder:
— ¿Quieres que te explique o es una pregunta retórica?
— Espera...
¿Estás diciendo que... tú y yo... —Dejó el resto de la pregunta son aire y se llevó una mano a la frente. — No, no, esto no me puede estar pasando.— Minhyun...
—¿Por qué! No debí haber bebido... hubiera preferido pasar la noche en vela.
— Minhyun, yo... te traje a casa; estabas bajo el efecto del alcohol...
— ¿Cómo lo permitiste!
— Estabas triste y herido...
— ¡Con mayor razón no debiste permitir que pasara! ¡Si yo estaba ebrio y tú no, debiste hacer de todo para que no sucediera!
— ¡Él te lastimó! Tú necesitabas consuelo...
— ¡Aún así, estoy casado, Uee! ¡No debiste permitirlo! —Ella hizo un nuevo puchero.
— Pues él no te ama y quedó muy en claro, ¿no? -/—Minhyun se frotó la sien. — Te preparé el desayuno. Si no te importa voy a tomar un baño y a vestirme, después iré a trabajar. —Fue todo lo que dijo antes de salir de la cocina. — "No puedo creer que todavía se queje después de todo lo que pasó."
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El anillo de mi dedo anular
Romance" - Te casarías conmigo? -El silencio inundó la habitación, en partes sabía que debía decir que no... que debía rechazarlo porque ese anillo... esa pregunta debía ser para su hermana, no para él. Aunque... para ser sinceros... no le sorprendió...