El timbre de clases sonó y los estudiantes corrieron a sus salones.
— Oye, Kujo. —Llamó el chico castaño acercándose a ella.
— Takumi, ¿necesitas algo?
— ¿Has visto a Choi?
— No. No en toda la mañana. ¿Por qué?
— Es que quiero hablar con él.
— Ya le dijiste que…
— No. No alcancé a decírselo. Oye, ¿tienes su número de teléfono?
— ¿Quieres que te lo diga?
— Sí, —Respondió con notable alegría, como si se le fuera la vida en ello— por favor, pásamelo.
— Lo siento, Takumi, pero yo no tengo su número. —La sonrisa del chico se borró de inmediato. — Pero quizá Ritsu-chan lo tenga, ella es más cercana a él. Te diría que puedo pedírselo a su hermana, pero ella ya se graduó.
— Sí, lo sé. ¿Estás segura de que lo tiene Takahashi Ritsu?
— Es una probabilidad, Minki-kun no me ha dado su número y tampoco creo que se lo haya dado a otro de nuestros compañeros.
— Bueno, voy a buscar a Takahashi; si ves a Minki por favor, por favor, dile que me urge hablar con él. "Antes de que vuelva a echarme para atrás."
— Se lo diré. Ve antes de que llegue el profesor. —El castaño se puso de pie y salió rápidamente del salón corriendo hasta las canchas, donde se encontraba la otra chica tomando su clase de deportes.
Se mezcló entre los estudiantes hasta llegar junto a la castaña.
— Psst. Takahashi. —Le llamó desde una esquina y ella volteó. Al verlo haciéndole señas para que se acercara le dijo a sus amigas que volvería en un momento y fue junto al chico.
— ¿Sí?
— Hola, soy Takumi Osamu, del salón A del noveno grado.
— Sí, te recuerdo, eres amigo de Kujo Aiko.
— Sí. Oye, ella dice que eres amiga de Choi Minki.
— Sí. Somos cercanos.
— Vale, esto… ¿puedes hacerme un favor con él?
— ¿Qué clase de favor?
— Necesito que me pases su número de teléfono.
— Minki-kun no le da su número a cualquiera.
— Pero tú eres su amiga, ¿no?
— Sí.
— Entonces debes tenerlo.
— Lo que quiero decir es que Minki es muy selectivo con quienes pueden tener su número.
— Por favor, hay algo muy importante que quiero decirle.
— ¿Tu eres ese amigo que Aiko-chan mencionó antes?
— Sí, sí soy yo.
— Y quieres su número para decirle ¿qué…?
— Bueno, me gustaría poder contactarme con él.
No lo he visto desde la hora del timbre. ¿No sabes dónde está?— Me parece que no vino hoy.
— ¿Por qué no?
— No lo sé. A lo mejor se enfermó o tuvo algo que hacer. No lo he visto, por eso creo que no vino.
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El anillo de mi dedo anular
Romance" - Te casarías conmigo? -El silencio inundó la habitación, en partes sabía que debía decir que no... que debía rechazarlo porque ese anillo... esa pregunta debía ser para su hermana, no para él. Aunque... para ser sinceros... no le sorprendió...