Los siete estaban sentados en la sala, los padres de Ren estaban sentados en uno de los sillones largos y sus hijos y yerno en el otro.
— ¿Por qué no me dijiste que ibas a venir hoy?
— A mamá Choi le pareció bien que fuera una sorpresa y a mí también.
— Pues lo fue. —Se sonrieron y el menor bajó la mirada al escuchar a su hermano hablar.
— Ya es tarde. Me voy a acostar. Buenas noches, mamá, papá. —Le dio un beso a cada uno y miró a los cuatro jóvenes sentados en el sillón de enfrente. — Descansen.
— También tú, Hannie.
— Vayan a descansar también. —Dijo Haesoo y sus hijas se levantaron de inmediato para dar las buenas noches y Ren miró a Minhyun.
— ¿Tienes hambre? ¿quieres cenar algo? —Le susurró a lo que el mayor sonrió.
— Claro, ¿me vas a acompañar?
— Sí. —Miró a sus padres. — Minhyun y yo cenaremos algo antes.
— De acuerdo. —Respondió su padre y se puso de pie junto a su esposa. — Entonces, buenas noches a los dos. Minhyun, dormirás con Minki, ¿sí? Ahora que está tan cerca el día de su graduación es mejor que se acostumbren.
— Sí, papá Choi. Gracias. —Él asintió y después de que dieran las buenas noches ambos adultos subieron las escaleras y el rubio miró a su esposo.
— Ven, vamos a cenar. —Se levantó y seguido de su marido entraron a la cocina. — Los empleados ya se fueron a dormir, pero te puedo preparar… emm… un delicioso plato de cereal.
— Seguro. Se oye delicioso. —Ren sonrió con emoción y tomó dos tazones, una caja de cereal y la botella de leche. Minhyun se acercó a él por detrás y lo rodeó con sus brazos. — Leí tu nota. —Le susurró y de inmediato el menor alzó la vista al frente. — ¿Querías estar así?
— "Sí." Sólo quería que pudiéramos estar como una pareja de casados debe estar; juntos, sin que tuviéramos que despedirnos cada cierto tiempo y todo eso.
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El anillo de mi dedo anular
Romansa" - Te casarías conmigo? -El silencio inundó la habitación, en partes sabía que debía decir que no... que debía rechazarlo porque ese anillo... esa pregunta debía ser para su hermana, no para él. Aunque... para ser sinceros... no le sorprendió...