Mansom se había reunido con el Vizconde esa mañana para entregarle lo que había pedido y al ver que Minhyun se había separado de Ren, Neeson no dudó en acercarse.
— Alteza, —El joven lo miró. — ¿me concede esta pieza? —Dijo tendiéndole la mano.
— "Ay, ¿quién era usted?" Seguro. —Tomó la mano del hombre y se puso de pie; caminaron hasta la pista donde más parejas bailaban y bailaban, ellos también se unieron.
— Dígame, alteza, ¿está nervioso?
— No. ¿Debería estarlo?
— A partir de ahora tendrá muchas responsabilidades, claro que no tantas como Minhyun, pero como esposo del príncipe tendrás suficientes.
— Bueno, como príncipe le ayudaré a Minhyun en todo lo que pueda.
— Es bueno escucharlo. ¿Minhyun y tú han tenido problemas? No te importa que te tuteé ahora, ¿cierto?
— Ya lo está haciendo.
— Recuerda, todos los problemas maritales se resuelven de una sola manera.
— Seguro. Lo sé.
— Entonces, ¿los tienen?
— No. —Espetó con su típica mirada seria e indescifrable, e implorando que el hombre mayor le creyera.
— Eso es bueno. La reina manda lo mejor para Inglaterra
— ¿La reina?
— Sí. Tu matrimonio con el duque Hwang fue una orden de su majestad.
— Eso lo sé.
— Ah, ¿y no has hecho un drama por ello? Eres mejor que muchas damas. Es una pena, serías un excelente rey.
— ¿Sería?
— Sí, por el orden de precedencia, ya sabes.
— No lo entiendo, ¿qué tiene que ver ese orden con su 'serías'?
— ¿No lo sabes? —Ren se alzó de hombros negando con la cabeza. — Bueno, tal vez sea lo mejor.
— "Otro que dice eso. Ya me harté de que sólo digan eso ante lo que no sé."
Explíqueme, por favor. —Su voz había sonado suave, aterciopelada y levemente suplicante; Neeson no pudo negarse, especialmente porque esa voz tan repentinamente seductora se lo había pedido; notó, además, el deseo y ansiedad que tenía Ren por enterarse, por no quedarse con la duda; así que el Vizconde sonrió y comenzó con un:— Aquí no puedo decírtelo, ¿qué te parece si te invito una copa y vamos más allá?
— ¿Está prohibido que me lo diga?
— Si su majestad no te lo ha dicho, seguramente nadie más se atrevería, ni siquiera Minhyun. —Ren suspiró. — A mí me parece que es importante que lo supieras desde antes, pero, aún puedo decírtelo, sólo vamos para allá.
— Gracias, le acepto que me diga de qué se trata todo esto, pero no la copa; lo lamento, pero yo no bebo alcohol.
— Bien, entonces, ¿qué tal una taza de té?
— Eso sería mejor.
— Bien. No se preocupe, yo las llevaré, espéreme por allá, hay una mesita cerca de...
— "Donde estaba Minhyun con la princesa cuando me enteré de esto." Sí, la conozco. Gracias.
— No, no, no me agradezca, lo hago con mucho gusto. —Ren le sonrió, ingenuo y ajeno a las intenciones del hombre.
ESTÁS LEYENDO
El anillo de mi dedo anular
Romansa" - Te casarías conmigo? -El silencio inundó la habitación, en partes sabía que debía decir que no... que debía rechazarlo porque ese anillo... esa pregunta debía ser para su hermana, no para él. Aunque... para ser sinceros... no le sorprendió...