— Toma, bebe esto. —Le dio un vaso de agua y una pastilla lo cual Minhyun recibió y agradeció antes de meter la pastilla en su boca. — ¿Te sientes mejor?
— Eso creo. Estoy mareado, pero creo que ya me acordé. ¿De verdad hice todo eso?
— Más o menos...
Sí, eso hiciste.— Qué vergüenza.
— Tranquilo, nadie te vio. Y ahora recuerdas lo qué pasó, eso es bueno... ¿No?
— Sí... ahh, pero y ahora ¿cómo se lo explico a Ren? —Dejó el vaso en la mesa. — No querrá escucharme.
— Ay, Minhyun. —Se puso de pie y el castaño lo miró. — ¿Vas a dejarte amansar así? "¿Qué hago? ¿Cómo le explico? No va a querer escucharme." ¿Desde cuando pides permiso para explicar? Ve y dile las cosas, ya lo has hecho antes; además, te dijo que estará esperando a que adivines lo que quiere que hagas, ¿no?
— En teoría.
— Entonces lo que quiere es que tú tampoco le pidas permiso. Es igual de orgulloso que tú, y no creas que va a venir y te dirá: "Minhyun, explícame, no me pidas permiso." —Minhyun rió y Hoshi también. — ¿O sí?
— No. No lo haría.
— Mira, yo no conozco a Ren tanto como te conozco a ti, pero te aseguro que está esperando que seas tú quien dé el primer paso porque él es muy tímido y me sobra experiencia para decir que también tú quieres ser quien lo haga primero porque, en esa cabecita teñida, tienes ideas revoloteando todo el tiempo. Tú sabes qué hacer y sabes que tarde o temprano vas a terminar haciéndolo, más aún porque estás enamorado, ¿no?
— Como nunca antes. Lo pienso todo el tiempo, su hermosa carita, sus ojitos... todo en él es... —Suspiró y apoyó su cabeza en el respaldo del sofá. — Tienes razón.
— ¿Ves? Entonces, ¿qué esperas? Se van a volver a casar en una semana, ¿qué quieres esperar? —Minhyun hizo un mohín y asintió.
— Sí. Voy a ir a buscarlo ahora mismo. —Se puso de pie.
— ¿Ahora? Pero no son siquiera las ocho.
— No me importa. Voy a buscarlo.
— Yo no dije que...
— Hoshi, ya sabes cómo soy.
— Pues eso sí. Oye, por cierto... —Minhyun lo miró. — ya que hoy estás bien y mucho mejor, me voy al taller y me regreso a mi casa, si necesitas algo me llamas.
— Pues... sí, voy a necesitar algo.
— ¿Qué necesitas?
— Llama a los chicos y diles que me avisen si ven a Ren por ahí. Todos viven en Seúl y no creo que Ren se haya ido más allá.
— Okay. Okay. Yo les marco. —Tomó el teléfono y Minhyun corrió de vuelta a su habitación.
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El anillo de mi dedo anular
Romansa" - Te casarías conmigo? -El silencio inundó la habitación, en partes sabía que debía decir que no... que debía rechazarlo porque ese anillo... esa pregunta debía ser para su hermana, no para él. Aunque... para ser sinceros... no le sorprendió...