Capítulo 7

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Al salir de aquel lugar, Minho nos hizo una señal con la cabeza para que lo siguiéramos. Silenciosamente nos escabullimos por el bosque - Oye, ¿A dónde vamos? - pregunta Thomas  delante mío.

- Ya verás - responde Minho. Caminanos hasta llegar a una choza, echa de paja y madera. Al ingresar me sorprendí puesto a que sólo había una mesa, la cual estaba cubierta por una manta color beige.

Minho se coloca delante nuestro para jalar desde el medio de la manta y dejar al descubierto un mapa de todo el laberinto, e incluso el área.

- ¿Tú lo hiciste? - pegunto con mi vista fija en tal increíble arquitectura, él asiente - maravilloso - susurro.

- Es el laberinto, completo - finaliza, me sorprende su respuesta.

- ¿Cómo que completo? - pregunta Thomas.

- Creí que seguían haciendo mapas - menciono perpleja.

- No hay más mapas que hacer - responde el joven de ojos rasgados, con ambas manos apoyados sobre la mesa - Yo mismo he recorrido cada centímetro, cada ciclo, cada patrón, si hubiera una salida ya la hubiéramos encontrado - responde con nostalgia y derrota.

- ¿Por que no se los has dicho a nadie? - pregunta Thomas.

Alzo mi vista y respondo - Los demás necesitaban creer que había esperanza de salir - de inmediato la imagen del pequeño Chuck llego a mi mente, le había prometido que lo sacaría de aquí, debo cumplirse esa promesa.

- Exacto - responde Minho - Pero tal vez ahora si haya esperanza - pude notar un brillo en sus ojos, sostuvo el objeto con el número siete digitada en el y me lo entregó - Mira, echen un vistazo, hace como un año empezamos a explorar estas secciones exteriores, encontramos estos números - señalaba dígitos escritos en piedras - desde la sección uno hasta el ocho. La forma en que funciona es que cada noche, cuando el laberinto se altera, se abre una nueva sección - mi hermano y yo asentimos atentos - Así que hoy la sección seis estaba abierta, mañana será la cuatro, la ocho y la tres, el patrón siempre es idéntico.

- ¿Qué tiene de especial la siete? - pregunta Thomas agarrando el objeto que yacía en mis manos.

- No losé, pero cuando mataron al penitente, la sección siete estaba abierta, así que debe ser de donde vino - nos observa con una sonrisa semblante en el rostro - mañana, ustedes y yo echaremos un vistazo.

De pronto dos chicos se acercan presurosos a la puerta, Minho se coloca delante de ellos - ¡Hey! Saben que no pueden entrar.

- Lo siento es solo que - menciona uno con la respiración agitada, su compañero decide terminar la frase por él - es la chica.

- ¿Ya despertó? - preguntamos Thomas y yo, nuevamente, al unísono.

- Si algo así - responde uno con una media sonrisa.

... En el área.

Al llegar veo que Chuck, se encuentra riendo sin parar - Pequeño travieso - menciono acercándome a él- ¿Qué sucede? - alza su mano para señalar con su dedo índice hacia el árbol, aquel que subí con Alby y Thomas el primer día que llegué al área - es asombroso.

Ahí estaba ella, se hallaba encima de aquel mástil, lanzando piedras o utensilios de cocina a los chicos que, supongo, sólo trataban de ayudarla - ¡Déjenme en paz! - gritaba.

Nos acercamos presurosos - Si vuelves a lanzar un piedra, voy a tener que ... - gruñe Gally a la vez que una roca impacta con la parte frontal de su cabeza.

- ¡Fuera de aquí! - menciona la chica, notoriamente a la defensiva.

- No creo que le agrademos mucho - menciona Newt, quien protege su cabecilla con un trozo de madera que comparte con un joven de tes morena y cejas pobladas, según lo que escuché, se llama Winston.

The Maze Runner: Minho y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora