Capítulo 34 - FINAL

10.6K 628 201
                                    

-- Cuatro horas de viaje -- 

- ¿Cuánto falta para aterrizar? - interroga Chuck ansioso. 

Jorge suelta una media sonrisa y solo atina a decir - poco muchacho, poco. 

El pequeño, quien ya no lo era del todo, caminaba de un punto de la nave al otro notoriamente nervioso, supongo que no es por miedo sino de felicidad, sensación originada puesto a que sabía que en el preciso instante en el que Berg descienda a tierra firme, iba a comenzar su verdadera y única vida, disfrutaría cada segundo perdido, realizaría cosas que no pudo hacer desde hace muchos años puesto a que ese tiempo se le fue arrebatado para otros fines. 

- ¡Pequeño! - lo llamo - ¡ven aquí! - ordeno ascendiendo mis manos.

- ¿Tratarás de calmarlo? - susurra Minho, quien seguía recostado sobre gélido muro, todo para que mi cabeza siga recostada en sus cómodos muslos.

- No permitiré que sufra jamás - acoto ascendiendo mi vista y conectándola con la de él - eso te incluye a ti también. 

- Para no sufrir solo te necesito aquí, conmigo - responde acercándose y posando sus labios sobre mi frente - muerdo mi labio inferior por sus palabras.

- ¡Que cursi! - vocifera Chuck a nuestro lado, su facción denotaba asco, Minho y yo reímos. 

 - Algún día tú también pasarás por esto - musita Minho a la vez que desordena el cabello del pequeño. 

Niego con la cabeza - por ahora no, él es mi be... - me detengo de inmediato cuando noto que los dos me observaban con la ceja arqueada, bufo - está bien, pero cuando seas muy, pero muy grande.

- Por ahora los tengo a ustedes, con eso es suficiente - responde Chuck sonrojado.

- ¡Oh! - grito feliz para luego intentar levantarme y abrazarlo mas luego recordé que estaba herida y me lamenté puesto a que el dolor, que parecía haberse esfumado, regresó y con más intensidad - que torpe - digo para mi misma. 

Chuck se acerca veloz y se sienta en un espacio libre de la camilla - ya quiero que te recuperes, no quiero que suceda todo lo contrario, lo mismo pido para tu hermano. 

- Ni que lo digas - acota Minho - ellos son muy fuertes, saldrán bien - asiento, giro a la derecha, a un par de metros de distancia se encontraba mi hermano descansando, en su antebrazo tenía una vía endovenosa por donde se deslizaba aquel líquido rojizo que tenían como función reponer lo perdido y a su lado dos personas, Brenda y Teresa. Curiosamente me percaté de un extraño suceso, las manos de mi hermano estaban entrelazados con una de ellas, las cuales compartían miradas fugaces, espero no se sientan incómodas.

Por otro lado, Sartén, Newt  y Lauren se encontraban con el grupo de jóvenes rescatados, los cuales, al igual que Chuck, esperaban ansiosos el comienzo de sus nuevas vidas. Sin pensarlo, mi vista se detuvo de inmediato en el rubio, sus ojos destellaban un característico brillo y su sonrisa, aquella que posiblemente conquistó a Lauren, eran reflejadas en cada uno de los chicos. Repentinamente, la imagen del beso entre él y yo llegó a mi mente acompañado de una sensación de traición.

- ¿En qué piensas amor? - pregunta Minho acariciando mis mejillas. 

- ¡¿Eh?! - respondo de forma exagerada llamando la atención de los demás, incluso de Newt - ¡no, nada amor! - agrego exaltada. 

- ¿El dolor persiste? - vuelve a preguntar preocupado. 

¿Dolor? ¿Físico o emocional? Me pregunto, ambos diría yo, me sentía adolorida por la lesión en mi muslo izquierdo pero no tanto como aquella sensación el que me consideraba desleal a mi enamorado.

The Maze Runner: Minho y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora