Capítulo 33 - Parte II

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...

- ¡Joder! - gruño producto del terrible dolor que emanaba de mi cabeza, poco a poco empecé a agudizar mi visión.

Me encontraba recostada sobre una camilla, mis manos y piernas estaban atadas en ella, la persona a quien divisé fue - ¿Newt? - me sorprendió al notar que su apariencia física había cambiado, y para bien diría yo.

- Descuida Jess, te sacaré de aquí, ten por seguro que lo haré - musita seguro, desciendo mi vista hacia su mano izquierda, ésta estaba esposada hacia un tubo de acero inerte a la pared.

- ¿Estás ... ?

- Curado, si - responde a la vez que intenta mil maniobras para liberarse - y todo gracias a ti.

Sonrío confusa - creí que no había funcionado - suspiro volviendo a la realidad - un momento, ¿dón-dónde está Thomas? - interrogo enfocando mi atención en mi hermano.

- Están en el laboratorio de Teresa, todo fue idea de Jensen, ese animal realmente colmó mi paciencia.

- ¿Para qué lo quiere? - reitero enojada, ese hombre jamás dejará en paz a mi hermano.

- Jensen fue mordido por un crank - responde - por esa razón lo necesita, lo quiere como fuente de sanación - agrega preocupado.

Niego con la cabeza - debemos salir de aquí, ahora - ordeno mientras forcejeo uno de los cuatro cinturones, al no obtener resultado empiezo a buscar algún objeto punzocortante que pueda serme útil, es ahí cuando mi vista se detuvo en una tétrica imagen, dos cranks se encontraban encerrados dentro de una celda, dentro de nuestro ambiente, el cual era parcialmente espacioso - esto si que es grave.

"¡Jensen, suéltala!" Escuché a mi hermano en la lejanía "¡Teresa!", mi pulso se aceleró, él estaba en peligro y no podía hacer nada para ayudarlo.

Todo empeoró cuando se percibió el sonido de una de las paredes haciéndose trizas, éstas en su mayoría echas de vidrio. Lo único que se me cruzaba por la mente era que en este instante ambos se encontraban en un duelo a muerte.

"Ya me cansé, esto es suficiente", ésta vez la voz emanaba de Jensen; aquel fue mi punto de declive, tomé fuerzas de donde no las tenía y empecé a tirar de uno de los cinturones logrando rasgarlo hasta partirlo por completo, con esa mano libre desataría los otros tres cinturones que restaban. Mi muñeca estaba lesionada, no iba a negarlo, pero francamente eso no importaba ahora, tenía que ir por mi hermano a como de lugar.

- ¿Quién tiene la llave de las esposas? - le pregunto a Newt.

- Jensen, lo vi cuando me lo colocó.

- Entendido - respondo - regresaré por ti.

- Jessica, no - musita firme - déjame ayudarte.

- Regresaré - decreto dirigiéndome a la puerta no sin antes darle un gratificante abrazo - por cierto, me alegra demasiado saber que te has curado.

Con sigilo observé la escena a través del traslúcido portón, mi hermano se encontraba más cerca a mí, a comparación de Jensen, quien desde el lado opuesto, lo apuntaba con el arma, por último Teresa estaba recostada en el piso, tratando de recomponerse.

No podía llamar a Thomas, eso lo distraería, tenía que ver la manera de poder ayudarlo. Vuelvo a ver, la ojiazul ya se encontraba de pie, su mirada de terror viajaba de mi hermano a Jensen y viceversa.

- Tengo que hacer algo - susurro para mi misma. Tenía pensado encender la alarma de incendios haciendo uso de un mechero que divisé en una de las mesas con el fin de que el agua se expandiera por todo el lugar, eso causaría disturbio y sería aprovechado por Teresa y Thomas para escapar.

The Maze Runner: Minho y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora