Capítulo 38

132 16 0
                                    

Ω
El día está nublado, una tormenta caerá pronto mientras que nosotros estamos de pie en un tablero de ajedrez, estamos cortos en piezas y al mirar a mi alrededor pude notarlo:
Pain y Konan son Torres mientras que Itachi es un Alfil, los demás miembros frente a mi son peones y mi posición en el tablero es la de un caballo.

Hay algo extraño, más preguntas despiertan mi curiosidad.

¿Por qué son peones?

¿Por qué no hay rey ni dama?
¿Dónde está Tobi? No lo veo por ningún lado.

Piezas menores que son usadas a los caprichos del rey para ser desechadas luego. Al menos eso es lo que creo.

Todos parecen serios y no se mueven, concentrados en los enemigos, diría que hasta son estatuillas.  Las piezas negras frente a nosotros quiere decir que somos las blancas, no las puedo distinguir bien, se distorsionan cada que quiero verles la cara.

¿Nunca fui libre? Pienso que lo soy pero me siento diferente, me siento encerrada, manipulada, no puedo moverme. Estoy pegada al tablero justo se rompe debajo de mi.

La tempestad en el cielo, la crueldad del océano, inerte caigo ante las olas, congelando mi cuerpo.

Me levanto de golpe, sin aire, tosiendo, escupiendo lo que a mi parecer era un horrible sabor de boca, supongo que aún no me libraba por completo del recuerdo del océano sobre mi y la sal en mis pulmones.

-¡Oye oye! ¡Hey! ¡Tranquila!-.
Había despertado a Deidara.
-¡Alice mírame! ¡Hey respira!-.

Toma mis mejillas para obligarme a mirarlo.

-Estás aquí, estás bien-.

Fui recuperando el aliento, calmándome poco a poco. Al principio con respiraciones agitadas, luego con respiraciones profundas.

-Yo estoy aquí-.
Termina por abrazarme.
-Ya, calmate, respira...-.

-Perdón Dei, parece que no me deja olvidarlo-.

-Ya van varias noches Al, me preocupas hm-.

Es horrible levantarse así, con una presión en el pecho, sentir que te falta aire y tener ese asqueroso sabor a agua salada.
Estúpido estrés postraumático.
Al menos me levantaba con Deidara a mi lado, eso lo mejoraba.

-¿Por qué no vamos a volar un rato?-.

-¿Qué hay de Tobi y Sori?-.
Hablaba despacio.

-Pueden esperarnos hm-.
Dei parecía algo somnoliento pero aún así me besó.

Los besos en la frente son muy subestimado, reconfortan mucho y más cuando el artista me los da tan dulce en las mañanas.

-Ahora vístete-.

Ambos salimos de la posada, para estirar las alas. El artista, al igual que mi compañero, saben como mejorar mi día. Y es que no teníamos prisa; llevamos días buscando al 7 colas pero no hay rastro de ella.

Es la única Bestia con Cola que no se encuentra en posesión de las 5 Grandes Naciones Shinobi, no tenemos idea de donde puede estar.
Mierda.

-Oye Tobi-.
Lo llamo mientras caminábamos por el bosque.

-¿Qué pasa Alice-senpai?-.

-Necesito que te pares a unos metros de nosotros ¿Puedes?-.

-Si senpai pero ¿para qué?-.

-Solo hazlo y concentra tu chakra en tu brazo ¿de acuerdo?-.

-Ah, si-.
Lo duda un poco, me contesta corriendo a unos metros de los artistas y mío.

Demonio En AkatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora