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Alice Enjeru resulta estar fuera de lo que la raza ninja considera común y al no encajar en las otras aldeas, se ve obligada a probar suerte con los malos. ¿Creen que haga lo correcto?
*Este escrito se centra más en Deidara como pareja*...
Deidara miraba el cielo despejado y las puntas de los árboles que sacudía el viento. Sintiendo como un frío dolor en su pecho lo dejaba helado mientras que la sangre tibia aunque leve escurría por su piel. Frente a sus ojos estaba la silueta de la chica que a estado buscando todo este tiempo, tenía tanto que decirle en las poco tiempo, que las palabras no serían lo suficientemente especificas para hacerle entender lo que siente, pero en ese momento solo siente una cosa:
Frío...
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Aún en su estado logro reunir fuerzas para buscar las palabras, la voz en su garganta, aunque débil, sabe que tiene que ser leve y certero.
-A-A...li-ce...yo lo-sien...to, mucho, sé que... te falle...d-de nuevo...-
-Conmovedor pero guardátelo para la verdadera Alice-.
Al enfocar su vista pudo ver que con la Alice que estaba hablando era una impostora, él esperaba algún mal chiste improvisado de la ocasión.
-Mocoso-.
Sasori era quien manejaba a la marioneta bien parecida de la alada.
-Sa...sori...-
-Bastante impresionante y estúpido, me sorprende a los extremos que puedes llegar. Eres valiente Deidara-.
Era una de las pocas veces que Sasori elogiaba de esa manera el arte del artista, por mas admirado que estuviese, en realidad trataba de conservar la calma, en eso momento tiene a un chico de 19 años delirando entre la vida y la muerte.
-¡Más te vale invocarme YA, Hidan!-
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Hidan ya se encontraba solo en la cueva, acariciando la mejilla de Konan algo angustiado por su estado, decidió conectar sus redes de chakra a las de ella, con la esperanza de devolverle la fuerza y que despertara de su sueño. Hasta que recordó de Sasori.
-Ah es verdad, tengo que invocar a la marioneta esta-.
Tomándose su tiempo se alejó de la mesa, abrió el pergamino, luego le derramó el veneno morado y por último hizo el jutsu de invocación en el. Todo en orden hasta que del humo de la invocación se disperso, dejando ver un rubio agonizando y un pelirrojo histérico.
-¡¿Dónde esta Alice?!-. Grita Sasori aún con su compañero en brazos.
-¿Qué?- Como era de esperarse, a Hidan no le cayó el 20.
-¡¡¿Qué dónde está Alice?!! ¡Maldita sea!-.
-Se acaba de ir hace unos minutos...-.
-¡¿QUÉ?!-.
Deidara comenzó a toser más y más sangre, cuando el marionetista lo pone con cuidado en el suelo, se puede ver claramente la cuchilla encajada en su pecho, Hidan reaccionapero no de la mejor manera.
