Cielo 空 Parte 3

84 9 2
                                    

67
____________________________________________



Obviamente no entiende, una vez más no es capaz de entrar en mi mente y ver porque estoy tan asustada.

La distancia que nos separa de la isla cada vez en menos.

-Dei hablo en serio tenemos que huir-.

Más alterada, estaba dispuesta a salir silbando, un salto seria suficiente aunque significara lastimar mis alas.

Tomé impulso y salté pero Deidara me había tomado del tobillo.

-"Pies en la tierra" Alice-.

-Nono tú no entiendes-.

-Entonces explícate, hm-.

Por fin dejé de balbucear para ahora enmudecer. Al querer explicar no me salían las palabras sino revivía recuerdos, dolorosos recuerdos que perforaban mi pasado y prefería olvidar.

Dei me tomo por los hombros, haciéndome mirarlo a la fuerza, en sus ojos brilla la determinación, muy intensa si me preguntan.

Cuando se dio cuenta apartó la vista ya calmado.

-Hey, oye escucha, dime qué hiciste respecto a lo de Itachi-.

Creí que era una pregunta trampa.
Por eso tardé en responderle.

-Te...te dije-.

-Si, me dijiste porque...-.

Ahora entiendo, quiere que entre en razón y  espera que termine su frase.

-Eh, p-porque... era lo correcto-.

-Exacto, bueno, y además porque me amas pero eso es punto aparte hm-.

Reí:

-Si, amo esa arrogancia tuya-.
Hice énfasis en la arrogancia.

El menos ya me sacó una sonrisa.

-Eso es, entonces dime que vas a hacer-.

-Si lo pones de ese modo... Haré lo que hago siempre, lo correcto-.

-Así se habla, otra pluma para tus alas-.

Al abrazarme una que otra pluma se a deslizado por la cubierta y a caído al mar.

-Si voy a seguir así me harán falta-.

Al separamos hemos mirado al frente, estábamos por atracar, convencida de enfrentar mi pasado claro con la mano de mi Artista entrelazada con la mía.

Tragué saliva con dificultad al escuchar el gran clavado del ancla, sumergiéndose luego de salpicar mucha agua salada.

El barco en el que veníamos era comercial así que inmediato los marineros se han puesto a bajar cajas y cosas con un puente de madera.

Bajamos tambaleando por la misma tabla y caminamos por el muelle, hay algo de neblina que nos impide ver más adelante, siquiera ver a donde vamos.

-Desolado y fúnebre, justo como lo recordaba, vámonos-.

Me di media vuelta hacia el barco y los brazos de Deidara hicieron que terminara de darla.

-Espera-.

Dei señalo al misterioso frente queriendo que hiciera algo.
Pongo los ojos en blanco.

-Bien-.

Con un mínimo movimiento de ambas de mis alas corto la niebla, y cuando tuvimos un mínimo de visibilidad... lo inesperado nos suelta un chingadazo:

Demonio En AkatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora