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Alice Enjeru resulta estar fuera de lo que la raza ninja considera común y al no encajar en las otras aldeas, se ve obligada a probar suerte con los malos. ¿Creen que haga lo correcto?
*Este escrito se centra más en Deidara como pareja*...
-Yo podría apostar todo mi dinero a que duraba más-.
-Pues mírala, no lo hizo, ahora paga puñetas-.
Lograba escucharlos muy distorsionado, no era capaz de moverme, hablar o siquiera abrir los ojos.
Estaba muerta. Me sentía muerta, no me pregunten como se siente no sabria describirlo con otra palabra que no sea culero.
Sentí como levantaban mi cuerpo del suelo caliente por mi charco de sangre. El metal frio del carrito quemaba mi piel.
El aire fresco de fuera, luego de lo que a mi parecer fue una eternidad de encierro por fin la leve llovizna me refrescaba el rostro y limpiaba mis heridas.
Hay un rechinido constante en el carrito, es irritante. Este se detuvo cuando la inclinaron y sentí como mi cuerpo rodaba colina abajo, chocando con una superficie algo blanda.
Un olor nauseabundo invadió mi olfato, el hedor es insoportable.
Logré abrir los ojos, el cielo nublado con precipitación de rayos es lo primero que veo.
Las gotas casi no me dejan abrir los ojos por completo así que trato de apoyar mis manos para levantarme.
El tacto bajo mis dedos penetra la piel putrefacta que no se molestaron en enterrar, cremar o lo que sea.
Ni siquiera estaba en todos mis sentidos cuando me doy cuenta, estoy hasta el fondo de la fosa común.
Cuerpos y pedazos de ellos por todos lados, un basurero que sin duda era capaz de llenar una piscina olímpica.
No tengo las fuerzas suficientes, siquiera para respirar. Me habían confundido y ahora, no lo entiendo, tengo...
Miedo.
- ¡ E S T O Y V I V A ! -.
Levanté mi torso y grité como nunca antes, lo repetí una y otra vez mientras lloraba y trataba de salir del hoyo.
Estoy trepando como puedo el muro de tierra, quiero salir, salir como sea. Al tomar una raíz, esta se viene a bajo, no es una raíz es un brazo humano. Sin quererlo desentierro más cadáveres que están a punto de caerme encima y enterrarme viva entre los muertos.
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Despierto envuelta en sudor frio, la cabeza me va a estallar y el pánico no me deja recobrar el aliento, pero al ver a mi esposo dormido a mi lado hago mi mejor esfuerzo.
Solo una pesadilla, una de las peores. Algunos recuerdo me van a atormentar por siempre.
Mi vista se pierde en el techo, suspiro frustrada; no hago nada más que despertar y ya no aguanto la cabeza, despertar por recuerdos tan feos que casi no vale la pena irse a dormir la noche anterior.
