Capítulo 27

153 21 3
                                    

Una vez decidimos que fue suficiente, Tobi y yo nos dirigíamos a nuestras habitaciones.

Cierro la puertecilla y me tumbo a la cama, sacudiendo la cabeza, queriendo sacar al artista y dormirme.
Aunque sé perfectamente que si no iba, no pegaría ojo, no me costo trabajo levantarme de la cama para saltar por mi ventana.

-Por que no me sorprende-.
Dice Tobi para si mismo desde su ventana, mirándome hasta perderme en el bosque.

Ya más lejos comencé a llamar al artista.

-¡Psst Dei! ¡Deidara!-.

Pero nadie responde, para estar ebrio, es rápido el cabrón.

-¡Dei!-.

Sin ver resultados, alzo vuelo bajo, solo por encima de las ramas de los arboles, no tan alto como para sobrevolarlos pero lo bastante para observar alrededor. Ya me había alejado bastante ¿Dónde está?
Al pasar al lado de un árbol enorme, algo toma mi brazo, jalándome hasta que mi espalda choca con la madera del tronco.

Ouch!, ¡¿Qué diabl...?!

Los labios de Deidara me interrumpen, estaba besándome a la fuerza, su sabor me ahogaba en alcohol, definitivamente había tomado de más, y su aroma me asfixia.

No me malentiendan, amo beber pero me desagrada el sabor que él me hace obligar probar.
Giro la cabeza cancelando el beso, respirando algo agitada.

-Dei-dara... No ¡¿Mhmp?!-.

Antes de terminar, Deidara cubre mi boca con su mano. Con la otra sube mi pierna hasta su cintura, pegando su cuerpo al mío, moviéndose con fuerza.

-He esperado esto por mucho tiempo-.

A cada palabra me olía a una botella distinta de licor.
Introduce la lengua de su mano en mi boca, ahora sé a que sabe la arcilla.

-¡Mmhp!-.

Me sorprendió que lo hiciera, solo pude quejarme, pero no se detenía.

(-Tengo que apartarlo-)
Pensé pero en momentos como esté, mi cuerpo suele abandonarme a mi suerte.

Mi brazo estaba ocupado tratando de quitar el del artista de mi boca, mientras que el otro solo estaba paralizado, me pesaba, al igual que mis dos alas, colgando en el aire de aquella rama cada vez más pesadas como si quisieran desprenderse de mi espalda y dejarse llevar por la gravedad.

Deidara comienza a lamer y morder mi cuello mientras sus palabras sonaban en mi cabeza.

Yo también había esperado mucho por esto, pero no quiero que sea así, no en el bosque en la madrugada ni con él borracho.
Sentí sus mordidas más fuertes, fue cuando una de mis alas volvió a mí, apartándolo de un aletazo, ambos caímos de la rama.

-¡Lo Sabía!-.

Me grita poniéndose de pie torpemente.

-¿De qué Diablos hablas?-.

Yo seguía en el suelo, limpiando la saliva de mi mentón que el beso de su mano había generado.

-No te hagas la tonta...¿Qué no es obvio? De todos los miembros ¿Por qué yo? Creí que había algo diferente y me equivoque, ¿Qué como lo sé? ¿Qué crees, qué soy ciego? Escuché la conversación que tuviste con Sasori no Danna;
"Nadie lo sabrá"
"Vendré a visitarte"
Claro... Hm-.

Lo miraba sin poder hablar, tenía tanto que decirle pero no me salían las palabras, decidí seguir mirándolo, estaba dando vuelas al asunto desde que paso todo, y también vueltas en el lugar, parecía desesperado.

Demonio En AkatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora