Azul 青

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La revolución que planeaba hacer no convencía lo suficiente al Tsuchikage, su propuesta resultaba simplemente fuera de lugar.
Pero al ver la determinación en los ojos de su nieto supo que de verdad lo necesitaba.
No les costo trabajo formar un escuadrón entusiasta por la causa, jóvenes liderados por el mismísimo ex-terrorista Akatsuki, líder del escuadrón de bombas de Iwagakure
Con un basto ejercito, se dividió en barios grupos para abarcar más campo. Con la partida de estos dio inicio a la revolución de las peleas con nombre "Ryuko"

Solo los mejores miembros estaban al lado del comandante, personas capaces y talentosas que admiraban y combatían junto a Deidara. Recorrieron varios países, a veces las investigaciones duraban semanas, meses, y cuando lograban infiltrarse no siempre salvaban todas las vidas inocentes, esos eran días malos, los que afectaban al comandante.
Precisamente una de esas misiones no había salido según lo planeado y Deidara cargaba con las consecuencias de sus actos, en esas ocasiones; disfrutada de un buen ron, tal vez demasiado.

-No se preocupe comandante. Esas cosas pasan y es algo inevitable-.

Deidara aparta la vista, mordiéndose la lengua para evitar contestarle.

-Sabe alguien me dijo una vez que "No es importante las personas que pierdes...-.

-Tch💢-.

-Sino las que salv..." ¿¡!?-.

Ni siquiera lo dejo terminar cuando ya lo había tomado del cuello. Levantándolo del suelo, sus vista era cegada por la rabia, nunca antes el comandante se había comportado así. El pobre chico se quedo petrificado mientras podía apreciar en la mirada del comandante, la ira frustrada que irradian sus ojos azules.

-¡Ya Basta!-.

El espectáculo no pasó por alto, tan pronto se dieron cuenta los miembros del mismo equipo tuvieron que separarles.

-¡No se esconda en la bebida, señor! No es la solución, sabe que a veces se pierden vidas y no puede hacer nada al respecto-.

Harto de su comportamiento, uno de su equipo decidió enfrentarse a su líder. Mala idea.

-Sabemos lo que le paso a su compañera pero no es razón para seguir con esta misión y además no estamos seguros si esa Enjeru pudo ser parte de los mercenarios...-.
Sus puntos eran validos, pero no los correctos para calmar el momento.

-¡Tú no sabes nada! ¡No hablas de ella como si la hubieses conocido! ¡TE LO PROHÍBO!-.
Cada quien tiene un limite, y ese fue el de nuestro querido artista, la desconfianza de su propio equipo.

Desde esa vez Deidara ya no era el mismo de siempre ante los ojos de sus compañeros.
Se cerraba cada vez más a su confianza.
Dejaba de informales los puntos claves de las misiones.
Incluso se infiltraba él solo.

Claramente había otra cosa incluso más poderosa que la esperanza que motivaba al artista que los demás sencillamente no podían ver.
Como era de esperarse, con el paso del tiempo su escuadrón se fue desintegrando, la esperanza ya no era lo que llevaba al éxito, sino la venganza, y el tiempo mismo se convirtió en su propio aliado. Por fortuna su desesperación lo había llevado a descubrir muchas jaulas ilegales, personas con falsa autoridad para administrar peleas y cerveza, para tratar no mejor que perros de pelea a personas con menos suerte que la propia.

-Cerdos Avariciosos-.

Como les solía llamar; a partir de trabajar solo, muchas vidas lograron salvarse, si era más pesado y tardaba hasta lo doble que con un escuadrón pero, era reconfortante al final ver lo que había logrado con sus propias manos, lo que era capaz de hacer, ensuciarse las manos por "el honor de ella" por llamarlo de una forma. No le importó estar solo siempre y cuando pudiese hacerle honores a la chica. Ya se había hecho una rutina:

Demonio En AkatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora