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Y llego mi sentencia, las clases desgraciadamente han acabado.

Me he llevado una fábrica de nervios al instituto, contando cada segundo mientras me retuve con un esmero inimaginable por no comerme las uñas como si fuesen botana de dulces deliciosos.

Suni ha tomado su propia decisión y palabra, para venirse a casa conmigo, realmente no me molesta o sorprende, ella ya es como un miembro más en mi alocada casa.

Le conversa animadamente a SeYun sobre temas que el pobre con suerte logra procesar gracias a que su interés solo está en jugar y hablar de superhéroes.

—¿Pero sabías que sacaron a la venta tres discos y dos sencillos en un solo año? Es algo increíble —como un niño de cinco años va a entender que una banda está en su mejor éxito alcanzando muchas ventas y vistas—. Se dice que planean venir acá para estrenar su nuevo álbum —SeYun solo la observa callado procesando apenas las primeras palabras.

—Suni ya déjalo, apenas entiende lo que dices.

Lo aparto disimuladamente de la cara emocionada de esta chica, que pareciera como si fuese a vomitar luces de colores y confeti por la boca.

—Estamos muy entretenidos conversando, no seas envidiosa SunHee, ¿no es así? —observa a mi hermano buscando apoyo en él y no es de esperar que su inocencia solo lo limite a sonreír y asentir varias veces.

—Porque tienen que ser así.

Niego y solo dejo que sea feliz continuando mi camino con sus voces en segundo plano y volviendo al ruido mental que me ha tenido distraída todo el día.

Al llegar a la entrada de casa, el pequeño monito de jungla entra corriendo para ir a jugar con Toto. Dejo que disfrute de su libertad entrando mientras que le converso a Suni absorta en mis palabras.

—El examen de hoy estuvo muy largo ¿no crees? —digo dejando la pesada mochila en el suelo para lanzarme con ansias sobre mi cama— ¿Suni?

Al no obtener respuesta de su parte, levanto la cabeza de mi almohada buscándola por mi habitación sin verla por ningún lado.

Extrañada me levanto asomándome por la ventana para ver si no se ha quedado fuera de casa acariciando al perro del vecino como siempre; Y por sorpresa no hay nada.

Busco entonces en el baño, la salita de estar, el salón de juegos, el jardín, pensando en que lugares obvios se podría encontrar a est-

¡La cocina!

—Que apuesto a que no acabaste tú almuerzo por quisquillosa —la analizo desde el umbral de la puerta cruzándome de brazos.

—Umm yo... —intento no reír, pero es imposible al verla con su uniforme repleto de migajas de las galletitas que ha encontrado, seguramente en la despensa en donde guardamos la comida para la fiesta—, bueno puede que no tenga las papilas gustativas más sensibles ni refinadas, pero esa sopa ni siquiera estaba para dársela al perro —habla con la boca aún repleta de comida mientras me sonríe con sus ojos miel buscando obviedad— umm, ¿quieres?

—Si desapareces de tal forma, al menos avísame, ya veía yo que habías sido abducida por alienígenas.

—El hambre es una prioridad que tenía que cumplir con urgencia —aclara la garganta después de tragar todas esas galletitas—. Espera, ¿qué hora es? —busco mi celular y le muestro la pantalla de bloqueo en donde se ve la hora en grandes números— oh no...

Rápidamente se remueve las migajas de la corbata, camisa y falda dejando la caja de galletas a un lado.

—¡Va a comenzar, vamos SunHee apresúrate! —da pequeños saltitos con emoción.

B i g  B o y      © (fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora