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Las pocas cosas que logré ingerir en el almuerzo de hoy, amenazan por salir disparadas por mi boca al oír a mis espaldas una voz que no es la de MinHo.

No se cuanta mala suerte tengo en mis intentos de hacer de infiltrada, pero siempre algo acaba cagando mis bellos y majestuosos planes.

¿Es este el fin de mi destino?

Insulto mentalmente a mi querido amigo por no haber logrado mantener distracción siquiera por al menos seis minutos, solo teniendo la tarea de poner cualquier tema de conversación a cualquier amenaza con patas que se acercara a la zona peligro.

No quiero ni deseo voltear por nada en el mundo, ojalá tuviera un botón que dijera "Presionar cuando quieras detener el tiempo para escapar como gallina" pero en esta realidad solo me queda voltear con los ovarios en mano, aunque haya una gran posibilidad que le vomite en la cara a esa persona a causa de mi susto y pudor al ser descubierta en la oficina de archivos haciendo lo infrangible.

—Yo... —no puedo ni tengo derecho a inventar nada. A esta altura sé que si pongo alguna excusa, todo acabará empeorando aún más de lo que ya está.

Poco a poco y con la presión a punto de estallar, volteo sobre mi lugar temblando como un Chihuahua de caricatura. Con la mirada pegada al suelo por pavor a enfrentar a quien me ha descubierto cometiendo un delito.

Los zapatos están en un perfecto lustrado y el pantalón al parecer es parte del uniforme escolar.

Enseguida un balde de alivio logra bajar un 10% mis nervios, es buena señal saber que he sido descubierta por un alumno y no por algún profesor que directamente me podría haber suspendido con tan solo verme aquí adentro sin ningún permiso.

—¿SunHee, estás ahí o te han succionado el alma? —poco a poco y entre mucho esfuerzo levanto la vista desenmascarando a mi futuro delator como si se tratase de una escena en Scooby Doo.

¡Príncipe azul! digo;

—¡Jimin!

Mi tono ha sonado como si acabase de ver a un asesino en serie frente a mis ojos, desinflando su nombre con espanto absoluto.

El hecho de tener al presidente del consejo estudiantil enfrente, no favorece en nada. ¡Quién sabe qué hará al saber lo que hacía aquí dentro! ¡Tal vez me vea como una fugitiva y acabé anunciando al inspector de mi acto!

Estoy frita, más frita que unas papitas fritas, total y absolutamente rostizada, negra, totalmente negra cómo un carbón, no queda nada de m-

—¡Ejem! —una tos fingida me trae de vuelta.

Está bien Kim, tienes esto bajo control, inhala, exhala, inhala, exhala...

A quien le miento, ni respirar sé.

—Oye, espera un momento, tienes que calmarte —al parecer mis intentos para tomar calma de todo esto solo me hicieron ver como si estuviera sufriendo de una convulsión antes de desmayarme al subir y bajar mi pecho con notorio drama. Rápidamente él acude para trasladarme a la silla del escritorio y dejarme allí sentada mientras me observa con preocupación y extraña curiosidad—. Estás pálida SunHee, necesitas ir a la enfer-

—¡No! —me pongo en pie apenas escucho su última referencia en un intento de detenerlo antes de tiempo. Pero enseguida deseo retirar mi estruendosa exclamación al verle la cara de "Okey, bájale dos"—. Quiero decir hum... —me acomodo nuevamente en la silla rascando mi nuca incómodamente— yo estoy bien, solo es el cansancio, ya sabes. Las semanas de exámenes son algo tensas para algunos...

B i g  B o y      © (fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora