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Después de dicho encuentro absolutamente... casual~

Suni me arrebató la extensión de DaeSung con el pretexto de que; Se podía reutilizar de manera ecológica, en momentos de emergencia.

Me abstuve de cualquier comentario burlesco, permitiendo que fuese feliz después de haber pasado por todo ese escándalo en el centro comercial. Aunque sepa claramente que ese pedazo de extensión irá directamente a su gran colección de pelucas y extensiones que ella a veces utiliza.

Al llegar a casa, el calambre en mis pies es igual al que queda después de usar tacones, un calambre concentrado en la planta, que te aturde al punto de debilitar la fuerza en tus pies.

Espera SunHee; nunca has usado unos jodidos tacones.

...El punto es que el calambre que siento en la planta de mis pies duele como el jodido infierno.

Caminé una eternidad y no utilice zapatos indicados para aquello, parezco mi madre diciendo esto, pero es mi naturaleza de joven con mente de señora de 45 años.

Juro que sí me llegan a aparecer callos a causa de acompañar a Suni, le arrebato la preciada extensión como devolución de mi desgracia.

Caigo rendida sobre mi cama apreciando la suavidad y comodidad que me brinda esta al recibirme con su blandura.

Mirando el techo sin intención de hacer algo más productivo con mi vida, tengo la cabeza dando volteretas sin parar.

El techo no es algo interesante ni mucho menos divertido, pero para alguien tan sedentario como yo, esto es uno de los máximos panoramas después de comer, usar el celular, leer y dormir, realmente si lo sabes aprovechar no es tan aburrido como parece.

Al ver que el sol está en su ocaso, aprovecho para asomarme por la ventana para apreciar cómo se esconde a dos por hora tras el horizonte intentando divertirme viendo tal acto de suma lentitud por los cálidos colores que son dignos de fotografía para subir con píe de foto al estilo: "sin filtro ;)".

Que ganas tendría de ser un pájaro aunque sea un pichón, me la pasaría volando sobre los tejados de las casas, los capo de los autos y las personas, para cagarles encima cuando se me dé la gana, sin tener más preocupaciones ni tonterías en mi mente, como los estudios, la adolescencia, la vida de un humano en sí.

Perdida en mis deseos; poco comunes no llego a notar a tiempo la presencia que se comienza a mover al otro lado de la ventana, mejor dicho, al otro lado de la calle justo en la ventana que da directo con la mía.

En pocas palabras: la ventana de mi irritante ~vecino, Jeon Jungkook.

—Madre santa... —mi voz se desinfla mediante aprecio y analizo de manera más profunda lo que mis ojos ven directamente por intrusa.

Abriendo los ojos cada vez más, observo como una boba cada movimiento de ese ser bañado en oro.

La toalla rodea su cadera cubriendo hacia abajo lo suficiente como para sentir que no cometo una violación de privacidad observando como espía de la CIA esta escena.

A pesar de eso, la vista panorámica que entrega hacia arriba es un pecado hasta para el mismísimo papa.

Su tez es pálida, pero eso no impide que su trabajado abdomen se marque en una armonía perfecta, haciendo que cualquiera que observe se derrita en ensueño.

Vaya cuaderno de matemáticas que se carga el cabrón...

No tengo vista súper sónica, pero sé que al estar con la toalla seguramente siga con pequeñas gotas recorriendo ese torso maldito en sensualidad y la imaginación de esa fotografía mental no favorece el dejar querer de mirar.

B i g  B o y      © (fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora