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En la cercanía que él dispuso nos quedamos estáticos, mirándonos directamente a los ojos de dos en dos, apreciando el silencio pleno que ha quedado en toda la cafetería con solo escuchar a una autoridad del instituto.

De forma periférica, logro ver un basural de comida desperdiciada y esparcida en todo el suelo junto a varios pies manchados con todo lo que conllevo esta catástrofe.

Ningún ruido, ni siquiera toses incomodas o carraspeos.

Oh mierda, me van a delatar y me suspenderán de clases y qué sucede si deciden expulsarme del instituto,

¡Madre santa, creo que voy a desmayarme!

Sin notarlo, me encuentro respirando aceleradamente encima de la cara de Jungkook, quién se limita en analizarme con severa preocupación, sobando así mis hombros lentamente en un intento de tranquilizarme.

—Shh —miro a todas direcciones entrando en las manos del pánico y la pérdida del control gracias a mi don de entrar en paranoia en cosa de segundos— hey Grinch —con suavidad me obliga a mirarle a los ojos, apaciguando sus facciones mientras mantiene un susurro de voz inaudible para los demás—. Todo va a estar bien —sus pulgares acarician mis mejillas, sosteniendo mi carga bajo su decisiva mirada, aguantando con perseverancia mi bola de nervios hasta que encuentre un equilibrio.

—Eso no me asegura nada, el inspector está allí parado buscando al creador de todo este desastre, me van a joder quiera o no.

—¿Estás segura de eso?

—Dios, claro que estoy segura ¿acaso van a delatarse a sí mismos para arruinar su historial? no lo creo, a menos que les falte una tuerca de sentido común.

—Vaya Kim —frunzo el ceño al ver como sonríe abiertamente en medio de toda esta tensión, extrañada de sus motivos tras aquel gesto—, al parecer no conoces como funciona esto.

—¿A qué te refieres?

Niega por unos largos segundos, riendo con superioridad como si estuviera frente a una pequeña niña ignorante de lo que es vivir, en estos momentos no tengo la capacidad de descifrar sus juegos o sus motivos de doble filo.

—Las cosas aquí no funcionan como tú crees —pausa señalando al inspector quien da un largo discurso que al parecer no terminará hasta haber mencionado todo el reglamento escolar y la importancia de la disciplina cómo buenos estudiantes de este establecimiento—. Él dará su largo sermón, dirigido para todos y cada uno de nosotros, haciendo sus clásicas comparaciones acerca de ser un alumno ejemplar y luego de todo eso, pasará a cuestionar cómo ha surgido todo esto y gracias a quien se ha causado.

—Y es allí donde sale mi nombre y me aniquilan en la horca frente a todos como si se tratase de una matanza de brujas, adiós SunHee, no más SunHee para reírse de.

—No te adelantes —tapando mi boca con su manota me obliga a callar entre quejas, mientras observa ofendido mis confundidos ojos—, es allí en donde todo se pone interesante.

—Aphf queph thpf rfresph

—No habló alienígena, lo siento Grinch.

En una recarga de fuerza, quito su gran mano de mi boca, respirando luego se haber sido ahogada con la gran magnitud de esta, ignorando su humor que en otra ocasión si me causaría gracia.

—No es momento de jugar Jeon, ve al grano.

—Bien, bien —alza los brazos en rendición—, es aquí cuando comienza la grandiosa complicidad entre alumnos.

Inserte aquí sonidos de grillos mientras le observo sin saber porque idolatra aquellas palabras con tanto esmero.

—La complicidad entre alumnos es el momento en el cual todos se culpan con todos, apuntándose acusadoramente con el que tiene enfrente dando los argumentos más creíbles posibles, hasta lograr que el profesor de mano a torcer y deje el caso como "lección para reflexionar".

—¿Estás seguro? —pongo a prueba la seguridad de sus palabras, alzando el tono de pregunta con un hilo de duda al mantener un pensamiento paranoico en mi cabeza.

—He vivido de todo en este instituto, sé que ocurre en estas situaciones.

Dudando, observo por bajo la mesa como entre medio de todas esas piernas, encuentro el pantalón en perfecto estado del inspector, hablando con tono molesto las reglas escolares mientras todos murmuran callados o solamente se limitan a observar con gracia su alrededor, nadie parece preocupado a mi parecer y viéndolo de otro punto de vista, yo estoy siendo la única amargada asustadiza que comienza a perder el control gracias al miedo de lo que pueda pasar.

No me culpen por completo, tengo como excusa el ver tantas películas y libros en donde todo acaba en desastre total.

—Pero eso ya será momento pasado.

Desconcentrando mi vista del discurso alargado, volteo hacia Jungkook, que comienza a acomodar su mochila tras su espalda observándome con una sonrisa ladina de costado.

—¿Cómo que pasado? A que vas con eso

Joder SunHee todo tienes que cuestionarlo.

—A que tú y yo, nos estaremos yendo en el momento que comience a dar sus típicas lecciones y reflexiones aburridas que durarán mínimo unos 20 minutos asegurados.

Alto ahí viejo.

—¿Disculpa?

—Disculpa aceptada.

—Maldita sea, no es momento de bromear.

Me quedo estática sobre mi puesto al pensar con detenimiento sus palabras recién dichas, analizando lo que supongo que será una fuga del instituto junto al controversial 《chico de oro》

—Pues no estoy bromeando Grinch.

—Yo- —suelto una risa irónica, al ver su incrédulo plan, viendo las consecuencias que se vendrán encima nuestro como primer pensamiento alarmante, aun sin poder digerir al completo su plan exprés en el que me incluye—... olvídalo, estás loco.

—Vamos ¿nunca te has escapado de clases?

—¡Sí, digo no, quiero decir sí, pero a la vez no! —recuerdo con nervios el momento exacto en el cual me salté clases por la vergüenza que me traía la atención de todos esos ojos intrusos al enterarse que la rata de biblioteca estuvo besándose con un ardiente modelo sacado de revista y todo eso difundido gracias al chivato de Taehyung—, a lo que quiero ir es que no podemos escapar.

Desesperada por enredarme con mis propias palabras, suelto eso alzando más de lo pensado el tono, aun así manteniendo un susurro audible solo para quiénes están apegados a esta mesa.

—Si podemos, otra cosa es que no debamos.

Ruedo los ojos, al oír como este chico le busca la quinta pata al gato, utilizándolo como diversión para su persona al ver los nervios plasmados en mi cara por no formular bien mis argumentos.

—Bien como tú digas, aun así no debemos ¿que va a pasar cuando regresemos a las dos últimas clases restantes y se den cuenta de que no estamos? ambos estaríamos fritos.

—Vamos, eres muy aburrida Grinch —deja sus manos tras su nuca, relajando su cabeza hacia atrás, teniendo como única vista panorámica la parte de abajo de la mesa repleta de chicles de bocas desconocidas ~Ew~ —. Quedan tres días para que egrese del instituto y me estás quitando la única oportunidad de tener una fuga con mi crush de toda la vida dentro de esta ratonera.

Oh sí, tres días, para dejar de ver a este bombón en mi próximo y último año escolar...

Le estoy impidiendo fugarse con su crush...

¿¡Su crush?!

Un momento...

¿QUÉ CRUSH?

B i g  B o y      © (fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora