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Su aroma junto al mío se mezclan al acercarse con aires coquetos, anhelantes de probar nuevamente esos besos repentinos sin sentido ni motivo.

Desde que este chico dio el primer roce de labios, desbordó en mí una fuente de deseos y pensamientos inoportunamente morbosos, el paraíso está en sus experimentados labios, la gloria en sus decididas caricias y la sensualidad en cada uno de sus movimientos.

Es un total desafío el evitar lanzarme sobre sus labios devorándolos tal y como él lo ha hecho teniendo esa peligrosa cercanía entre ambos.

Pero el ensueño de pensamientos, desaparece dejándome una realidad en donde me entero que varios ojos curiosos analizan nuestra situación con motivos de informarse de más, rápidamente y decidida a quitar estas fantasías, tomo el cuello de su camisa acercándome a su oreja.

—Sorpréndeme he dicho, no seas obvio, si deseas besarme al menos hazlo de manera que merezca un perdón —susurro con un jugueteo desconocido en mí, oliendo unos últimos segundos su exquisito perfume para alejarme con una amplia sonrisa observando el leve sonrojo que se ve en sus pálidas mejillas—. Bueno mosquetero, te veo luego —suelto su corbata dejándolo atrás aún con su postura inclinada hacia adelante y la cara completamente perpleja, dándome igual cuánto público le vea la cara.

En seguida un aire de empoderado triunfo me inunda el cuerpo, haciendo que me sienta como la sobreviviente de una explosión adrenalínica proveniente de una película de acción caminando ~Like a Boss.

Tan solo analizamos que yo, Kim SunHee he dejado al chico de oro a mitad de su ansioso proceso para besarme, eso no es algo que se puede ver todos los días.

He de admitir que toda esta... movida que me he llevado con Jungkook ha hecho que mi vergüenza e inocencia se esfumen de mis sentidos y se cambien por conductas que solo se verían en chicas con conocimiento en este tipo de situaciones.

—Tus favoritos —perdida en mis divagaciones de enorgullecimiento propio ignoro la presencia de Suni, sin saber siquiera de dónde y por donde ha aparecido.

Una sonrisa agradable se esboza en mi rostro al ver cómo me tiende tiernamente un paquete de galletitas y una leche con café. No pensé que se tomaría en serio esto de las disculpas comprando exactamente mis botanas favoritas sin que yo siquiera le rogara por el chuche más barato añadiendo a eso una notita pegada al paquete de galletas que dice: Disculpa :(

—Alcancé a comprar antes que se armara una larga fila atrás mío, tuve suerte —comenzamos a caminar sin sentido alguno mientras que le tiendo el paquete de galletas esperando a que ella también saque un poco—, por cierto ¿que hacía Jeon Jungkook siguiéndote?

Enseguida una de las galletas que tragaba se detiene a medio camino haciendo que tosa como una descontrolada, debo dejar de comer en frente de gente propensa a hacerme quedar en shock.

—Hum —busco rápidamente algún invento de historia. Contarle el verdadero trasfondo, me llevaría a un largo interrogatorio que seguramente acabaría con conspiraciones fantasiosas de parte suya y eso quiero evitarlo por hoy—, bueno ya sabes vive en la misma calle que yo seguramente hoy quiso irse a pie y por eso se ha topado casualmente conmigo.

—Él tiene un auto —gran detalle...

—Tal vez se le ha averiado, quién sabe

—No podrás mentir de por vida y algún día me tendrás que contar que es lo que te traes con el Rey del instituto señorita, pero por ahora haré cómo si tuvieras razón, espera un poco —cambia su semblante a uno de sorpresa—. Ahh~ claro, seguramente ha sido eso, eres un genio amiga.

La campana me ha salvado esta vez lo cual lo agradezco profundamente

[...]

Camino junto a MinHo y Suni, escuchando la discusión entre estos dos viendo quien realmente acertó al último ejercicio matemático que dejó el profesor antes de que sonara el timbre para el primer receso.

B i g  B o y      © (fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora