Capítulo 1

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Hoy empieza un nuevo día, desde que tengo memoria mis padres han hecho de mi lo que han querido imponiéndome una rutina que realmente asfixia: Ir al Instituto Gray Falls, el mejor Instituto en Rusia sólo para niños de sociedad; ir a clases extracurriculares como defensa personal, arte y cocina; y por último llegar a casa realmente extenuada para no poder darme cuenta de lo que ocurre a mi alrededor.

Mis padres Dimitri Romanoff y Anastasia Hardeski, son unos empresarios, los magnates de la industria hotelera a nivel nacional e internacional; o eso es lo que las personas de bien creen.

Pero en el bajo mundo mi padre controla la Mafia Romanoff, una que data desde la época de mi bisabuelo; en ella la crueldad, el dinero, la trata de personas y el narcotráfico es el pan de cada día. Cuando era pequeña no sabía ni entendía de que trataba el Imperio, pero desde los quince años aprendí quienes eran mis padres, y por ende yo.

Mi mayor miedo hasta los momentos era que mi padre me comprometiera con alguien igual o peor que él. Pues a mi me tocaría hacer el papel de esposa vitrina, es decir, no hablo, no pienso, no siento, a menos que mi dueño digo esposo me diera permiso.

Dada a mi actitud rebelde digna de una adolescente mimada nacida en cuna de oro he tenido más de mil problemas con mis padres.

Ellos estan conscientes de que no dejaré que me venda como si fuera una propiedad más de él, y que el día que lo haga pobre de aquel hombre.

A mis dieciséis años en un acto de rebeldía impulsado por una clase de biología, donde explicaron la metamorfosis de la mariposa; me antoje de realizarme un tatuaje que abarcara toda mi espalda con las alas de una mariposa, pero al parecer el sujeto estaba un poco loco y decidió hacerme unas alas de ángel. Al inico me molesto, pero luego le vi el atractivo. Y hasta el sol de hoy amo mi tatuaje.

En fin, decido alistarme y ponerme mi uniforme, el cual consiste una falda color azul marino que empieza por la cintura y llega hasta las rodillas, aunque yo la uso un poco más arriba; una camisa blanca tres cuartos, una corbata del mismo tono que la falda; y dado a que mi amada Rusia es muy fría un chaleco a juego; es gracioso porque se parece al uniforme que usan en Harry Potter.

Bajo a nuestro pequeño comedor nótese el sarcasmo pues abarca más de 20 puestos, y veo que mis queridísimos y atentos padres están desayunando sin mi, otra vez.

-Buenos días-digo haciéndome notar. Ninguno levanta la mirada, se nota que les importo- BUENOS DÍAS!- digo gritando. Y asi si me miran.

-Ya escuchamos Samantha-dice mi madre, sólo me dicen hija cuando quieren algo- no hace falta que grites como una loca sin educación-finaliza tan educada y refinada como siempre.

-Samantha ya vas retardada!-gruñe mi adorado padre- ya deberías haber desayunado e ido al instituto!

-Saben algo?- pregunto de manera retórica- mejor como algo camino al Instituto, como ya han dicho voy tarde.

Y así empieza una nueva semana.

El Ángel de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora