Capítulo 46

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Multimedia Dereck Thompson- El Fantasma


Narrador Omnisciente

En algún lugar del mundo.

En su despacho con miles de documentos por ver y organizar se hallaba el Fantasma, revisando una foto que se encontraba en su escritorio, la cual veía con nostalgia y ansiedad.

Sus recuerdos viajaron hacia veinte años atrás, cuando apenas era un veintiañero que no sabía que hacer con su vida. El rostro de una bella mujer aparecía en su mente, casualmente la misma de la foto; aún podía recordar su risa y sus besos. Un sonoro suspiro salió de sus labios quemados al mismo tiempo en que la puerta sonaba.

Toc toc

-Adelante-dice colocándose la idiosa máscara que le recuerda cada día que sólo existe un culpable.

-Mi señor-dice Luca- acaban de encontrar el cuerpo de Edward en una zanja.

Sonríe. Dereck se acerca al mini bar y prepara un trago de whisky.

-Hey,¿es qué no me estás escuchando? Acaban de mandar el cuerpo sin vida de tu mano derecha. ¿No piensas decir nada?-finaliza incrédulo por la actitud de su jefe.

Luca es el único que le habla con tanta confianza, han estado juntos desde el inicio. Lo conoce mejor que él mismo, pero éste siempre le sorprende con sus acciones. Y esta vez no es la excepción.

-Ya escuché-dice el Fantasma, tomando un poco de su bebida- y ya era hora de que apareciera ese imbécil.

-No le entiendo. ¿No estás molesto?-dice Luca confundido.

-¿Y por qué debería estarlo?-responde volviéndose a sentar en su silla- Ya Drag se estaba tardando mucho en matarlo. Ya Edward no me servía, hizo exactamente lo que quería sin saberlo. Es más, sí el Diablo no lo mataba lo haría yo.

-Ahora si que no entiendo nada.-confiesa Luca.

-Dime algo, Luca. ¿En serio pensabas qué no me daba cuenta del interés que le profesaba Edward a la heredera? ¿Pensabas qué no sabía del romance que habían tenido?-murmura el Fantasma levantándose de su asiento y caminando hacia su sombra- ¿De verdad me crees tan ingenuo? Claro que sabía de las intenciones de Edward, y por ende contaba con la reacción de Drag. Aunque este se tardó mucho.

-Es decir, ¿sí Drag no lo mataba lo harías tú?

-Claro.

-Y, ¿con qué excusa? Porque debes tener una en mente. No puedes asesinar a tu supuesta mano derecha así porque así.

-Correcto. Soy el jefe y nadie cuestiona mis actos, ¿te parece aceptable esa razón? Además sé qué ese niñato me estaba robando. Esa sería una razón razonable. Ve, tenemos cosas por hacer. Llama a los muchachos y reúnelos. Tenemos cosas que planear.

-Si señor.

Ambos salen del despacho, Luca se va en busca de los hombres de su jefe, mientras que, Dereck decide subir a su habitación para darse una pequeña ducha, para poder así alejar sus demonios del pasado.

Ya en la ducha, Dereck decide dejar ir sus pensamientos; dar rienda suelta a su dolor, no sólo al físico sino al emocional.

Aún recuerda el sabor de la pasión, el fuego de la traición, la soledad del olvido. Todo junto.

Decide salir de la ducha cuando sus dedos comienzan a arrugarse.

Sale con la toalla amarrada a su cintura y se para frente a sus espejos, observa como la mitad derecha de su cuerpo sigue y seguirá quemada. A pesar de las cirugías que se ha realizado, los médicos nunca pudieron mejorar su aspecto físico.

Cuando llegó a hospital esa noche, sus tejidos estaban completamente inservibles, fue un milagro que volviera a tener sensibilidad en todo su cuerpo.

Decide ponerse un esmoquin de corte clásico, camisa blanca, zapatos negros, guantes negros y su clásica máscara.

Cuando ya se siente listo sale de su habitación y baja a encontrarse con sus hombres

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Cuando ya se siente listo sale de su habitación y baja a encontrarse con sus hombres.

Al llegar hay alrededor de cuarenta sujetos esperando por él. Se sitúa en el centro de la sala y observa detenidamente a todos. Nadie habla, todos esperan indicaciones de parte de su jefe.

Pero Dereck lo que espera es que Luca informe a todos lo que todos parecen ya saber. Después de unos minutos Dereck le hace una seña sutil a Luca y este empieza a hablar.

-Varios de aquí ya saben que Edward ha sido asesinado a manos del Diablo, esto es un claro mensaje de que la guerra a iniciado.

Minutos de silencio. Todos los hombres esperan en siencio absortos con lo ocurrido, es cierto que el muerto no era de agrado para muchos, pero era uno de ellos.

-Bien, dado a que ellos iniciaron esta guerra-dice el Fantasma- nosotros tomaremos las debidas represalias.-finaliza con una sonrisa diabólica.

-¿Cuáles medidas mi señor?-dice uno de los hombres, un tal Yenkis.

-Fácil, ellos mataron a mi mano derecha-todos se dieron cuenta del tono de voz tan falso utilizado en la última oración- así que, yo arremeteré con sus negocios. Ya tenemos ubicados los puntos de entrega de la mercancía tanto de los Romanoff como la del Diablo. Sólo nos queda organizar quiénes y cuándo realizarán el ataque.

-Disculpe señor-dice Yenkis- pero eso sería un suicidio. Todos aquí sabemos que el Diablo tiene completamente asegurado sus terrenos.-todos asienten- incluso Dimitri tiene todo para evitar un ataque de parte de nosotros.

-Entonces, ¿qué otra solución me ofreces?-dice muy tranquilamente el Fantasma. Todos al escuchar ese tono se asustaron, ese era el mismo tono que presagia muerte.

-No lo sé señor. Pero cualquier otra cosa podríamos hacer. No necesitamos ir directo a un suicido en masa.

-Por lo visto, ¿no estás de acuerdo conmigo, pero tampoco aportas nada útil?-cuestiona con cierto desagrado.

La tensión es palpable en la sala. Todos estaban inquietos. Luca miraba fijamente a Dereck, le pedía por la vida de Yenkis.

-Señor hay maneras para acabar con ellos. La Junta pue...

-¿La Junta?-interrumpe Dereck- déjame decirte algo niño, la Junta es sólo un títere. Ya no son los de antes. Ninguno tiene el valor de acabar con esas plagas. Por fortuna yo sí.

Sacando rápidamente su arma de su saco, dispara sin remordimiento a Yenkis. Todos miran atónitos la situación. Todos sabían que llevarle la contraria al jefe era suicidio.

-Saquen a esta escoria de aquí.-dos hombres empiezan a llevarse al muerto- Quiero que la familia de este ser desaparezca de la faz de la Tierra, quiero dejar un mensaje, que quede claro que a mí no se me reta mucho menos se me lleva la contraria.

Todos acatan sus órdenes, y sólo se quedan Luca, Steve y Fabriccio, sus comandantes, por así decirlo.

-Steve-dice Dereck, después de servirse otro trago- tú te encargarás de que la entrega que planeaba realizar el Diablo quede completamente saboteada.-Steve asiente y se retira.

-Fabriccio, tú destruirás el lugar de procesamiento de la droga que tiene Dimitri.-Fabriccio asiente y se retira.

-Y tú Luca-dice mirándolo a los ojos- tú harás el trabajo más importante. Tú te encargarás de vigilar cada movimiento de la heredera.

El Ángel de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora