El Ángel de la Muerte

Capítulo 47

POV's Drag

Tener a Samantha acorralada en mis brazos hace que mi excitación crezca, sin embargo, aún no puedo tener nada con ella. Me prometí que sería ella la que me buscará y no yo. Pero eso no significa que no la insite.

-¿Y bien?-digo muy cerca de su cuello, noto que su piel se eriza al contacto- ¿Qué te gustaría hacer aquí conmigo?-con una de mis manos aprovecho y masajeo su espalda, siento como ella tiembla. Observó como sus orbes pasan de ser color chocolate a un negro azabache.

Sigo acariciandola lentamente, ella cierra sus ojos y lanza un sonoro suspiro. En eso ella coloca una de sus manos en mi cuello, poco a poco se acerca más a mí, tanto que siento su respiración contra mi piel. Debo admitir que jugar a esto se le da tan bien como a mí.

-Cuéntame todo lo que sepas de mi familia-dice rozando sus labios en mi piel. Admito que su pregunta fuera de lugar me genera gran desconcierto.

-¿Qué? ¿A qué te refieres con eso? ¿Qué quieres saber?-digo acariciando su rostro.

-Quiero saberlo todo. Si voy a estar contigo, merezco saber en donde estoy metida. ¿No crees?-finaliza alejándose de mí.

-Bien. Te contaré aquello que crea conveniente.

-¿Y por qué no todo?-dice frunciendo su ceño.

-¿Quieres conocer absolutamente todo?-asiente- incluso ¿las muertes que acechan a tu familia?- al parecer lo piensa mejor y niega.-Bien. Pero primero mandaré a que traigan algo de comer. Imagino que tienes hambre.

Y como si su estómago escuchara, hace un sonido grotesco. Ella sólo se limite a bajar la cara de la pena y yo sonrió.

POV's Samantha

¡Mierda que pena! Justo ahora tenía que sonarme la panza. Joder.

¿En serio quieres saber la historia de tu familia?

Sino conozco mi pasado no sabré cual será mi futuro. Sin contar que ni puta idea de quiénes podrían ser mis enemigos.

Vaya me sorprende tu madurez.

Gracias. Además si acepté estar con Drag, debo saber quiénes me pueden hacer daño y traicionarme.

Ujum estar con Drag también significa ser su mujer. Y por lo visto no estás tan negada a ello.

Cállate, lo de ahorita fue un desliz, no volverá a ocurrir.

Sí claro. Y yo soy negra, catira y ojos azules.

Debo tener cuidado, mi cuerpo reacciona cuando esta cerca de Drag. No debo dejar que tenga ese control sobre mí, porque si caigo estaré bien jodida.

Luego de unos minutos Drag regresa con una charola que contiene unos trozos de fruta y limonada.

Pero, ¿es qué esta gente no conoce los snack?

Drag parece leer mi mente, porque saca de su saco una bolsa con papas fritas y me la entrega a lo cual yo agradezco con una sonrisa.

-Exactamente, ¿qué quieres saber? -pregunta después de acomodarse en la cama.

-Todo-digo sin titubear- quiero conocer el inicio de mi familia en este mundo, la formación de la Junta, los posibles enemigos míos, digo nuestros. Incluso tus origenes, si quieres.

-Ok.

POV's Drag

Vaya la heredera sí que está ávida de información.

-Bueno tu familia ha estado en este negocio por más de tres generaciones, un aproximado de ciento cincuenta años. Imagina la cantidad de enemigos que puedes cosechar en ese tiempo. Tu bisabuelo Vladímir Romanoff, fue un hombre muy sabio y respetado por todos. Sus orígenes eran humildes, un día cansado de la explotación que le daban a los inmigrantes en América decidió regresar a su pais natal. Fundó una red de comercios, le hacía favores a todos y todos le hacían favores. Era una especie de toma y dame, doy-recibo, algo muy común en esa época. Un día por cosas del destino presenció el asesinato de un jefe de la mafia, un viejo amigo si mal no recuerdo. Como te imaginarás, él tomó venganza. Buscó al asesino y lo mató. Y así fué como llegó a ser el Barón Romanoff. Creo que esa es la historia. Nadie sabe mucho, es más, creo que ni tu padre sabe bien que pasó exactamente. Siempre se crearon historias estúpidas sobre el origen de ustedes.

》Tu abuelo Dominick, era muy distinto a su padre, él era una persona muy impulsiva, siempre buscando problemas o los problemas lo buscaban a él. Tu bisabuelo quería que su familia no tuviera nada que ver con la mafia, ansiaba que ustedes fueran una familia común. Pero dado a los eventos de su pasado, su único hijo tuvo que encargase del negocio. Dominik, se encargó de hacerse de una reputación muy fuerte. Una persona que mata primero y averigua después, alguien como...

-Como tú-dice interrumpiendo.

-Exacto. Tu abuelo hizo contacto con varios mafiosos del mundo. Hizo tratos con empresarios, pese a que era un sanguinario también era un visionario. Él pensaba que en conjunto se podría llegar a la paz y al dominio mundial.

-No entiendo. ¿Mi abuelo hizo la Junta?-pregunta perpleja.

-Para ese entonces nisiquiera se llamaba así, sólo era una idea que después tu padre se encargaría de hacer. Al contactar con varios mafiosos, se hizo automáticamente enemigo de otros. En este mundo no se puede ser amigable con todos. Y eso era lo que tu abuelo no entendía. La cooperación no estaba dada para su momento. Finalmente, años antes de su jubilación, su poder era tal que aunque varios no estaban de acuerdo en su ideal, llegaron a practicarlo. Por ser el autor intelectual, él se coronó por así decirlo como el Líder Mundial. No a todos les agradó, pero tampoco se atrevían a alzarse, pues eso equivaldría a la muerte.

》Luego está tu padre Dimitri. Tomó el mando a los veinte años, después de que su padre enfermera le toco hacer aquello que tanto detestaba. Liderar la Mafia Rusa. Para ese entonces, su mafia estaba en guerra con los Yakusa, tu padre intentó conciliar muchos acuerdos con ellos. Sin embargo, ellos estaban negados a las negociaciones. Tu padre se convirtió en aquello que siempre odió. Tuvo que ingresar de lleno en este mundo, era eso o que su familia que apenas iniciaba muriera. Se hizo de una reputación, su nombre era sinónimo de muerte. Años de conflicto rodearon a la familia Romanoff, hasta que por fin Dimitri asesinó al jefe de los Yakusa. Una vez muerto su jefe estos quedaron sin saber que hacer. La Junta, se creó con quince familias o mafias. Todas aceptaron a Dimitri como líder indiscutible, le denominaron Rey de la Mafia.

-¿Quince? ¿Pero no son once familias?-dice intrigada mi adorada roja.

-Eran. Cuatro de ellas intentaron derrocar a tu padre. Él había previsto eso, y meses antes del golpe final, en una reunión se acordaron las tres reglas de oro. Después de eso, ninguno se atrevió a enfrentarse a tu padre. Hasta ahora.

-Guao.-fue lo único que alcanzó a decir antes de caer recostada en la cama-Esto es demasiado.

-Te lo dije. Te recomiendo que descanses un poco. En la tarde vendré por tí.-me mira confundida-Hablaremos con mis hombres sobre tu identidad.