Capítulo 49

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Tres días han pasado desde el incidente en el despacho de Drag, ninguno de los trabajadores ha vuelto a hablarme; la María ni se me acerca, mejor; Nana me trae normalmente la comida para así evitar inconvenientes, con quien no sé; a pesar de dormir en la misma cama con Drag, él no se ha mostrado irrespetuoso ni sexoso (ni idea si esa palabra existe); mi papá, bien gracias, el sólo aceptó que me quedara aqui con Drag sin ningún problema; Ángel, bueno él quiere venir a verme, es más, lo ha intentado, pero no lo dejan.

Por eso agradezco a los dioses, que ya, mi apoteósica semana con Drag y su séquito se acabó. Hoy retomo mi vida, como Samantha y como Ángel.

Por obra y gracias del espíritu santo, mi uniforme aparece en la cama cuando salgo del baño, después de una larga y refrescante ducha.

-Veo que estás de buen humor-dice Drag semi vestido.

-Si, por fin hoy vuelvo a mí casa-digo abrochando mi bata de baño, lo menos que quiero es quedar desnuda frente a él.

Si claro, y yo tengo dos meses de edad.

Cállate.

A pesar de que entre nosotros no ha habido ningún tipo de contacto, las miradas y comentarios doble sentido son el pan de cada día.

Entro al vestier y procedo a arreglarme, cuando por fin quedo conforme con mi ser, salgo y veo que no hay nadie nuevamente. Salgo del cuarto y me dirijo al comedor donde ya está puesto el desayuno. Me siento y observó que Drag no se encuentra en él, me extraña ese hecho, pero no le hago caso, él con su vida puede hacer lo que quiera.

Nana aparece acompañada de otras personas de servicio y ponen la mesa para seis personas, eso sí que me sorprende.

-Buenas, disculpe-me dirijo a Nana- ¿por qué hay seis puestos?

-Buenas mi niña-dice dulcemente-el señor ordenó que se sirvieran seis platos.

-¿Algún problema con eso?-interviene Drag, mientras se sienta a la cabecera de la mesa.

-No, sólo tenía curiosidad. Saliste muy rápido del cuarto hace un rato.-digo tranquilamente.

Nada va a arruinar mi día, ya lo decreté y así va a ser.

-Buenas buenas familia-entra sonriendo Damián-¿cómo está nuestra peleadora estrella?

-Buenas Damián-digo devolviendo la sonrisa- muy bien. Te agradecería que mantuvieras en secreto mi identidad-termino guiñándole el ojo.

-Cuenta con ello muñeca. Ah hola Müller-dice mirándole.

-Más o menos, ¿cuál es esa confianza con mi mujer?

-¿Tan temprano y ya peleando?-aparece en esta ocasión Plancha.

-Para nada, sólo le recuerdo a Damián, que ella-Drag me señala-es mí mujer.

-Ah por cierto, disculpa por como te traté el otro día. No estoy acostumbrado a que exista otra mujer con nosotros y menos que sepa todo. Es nuevo. Me disculpo.-finaliza Vianko, supuestamente arrepentido.

Yo no me trago esas disculpas. Según yo, Drag tiene algo que ver.

Obvio que el Diablo está metido. Y doble obvio que no me la creo.

Es muy bueno fingiendo. Debemos tener cuidado de él.

En realidad de todos. Total, todos trabajan con Drag.

Yo digo que Alexander es más sincero. Tiene ese aura de positivismo indudable.

-Eh todo olvidado- mentira- yo no me acuerdo de nada. Es más, ¿cuál es qué era tu nombre?

La cara de todos es un show, me miran como si estuviera loca.

Y de un momento para otro, antes de que alguien pueda reaccionar, aparece el último integrante del trío de sombras.

-Ey y ¿esas caras qué?-dice muy jovial Alex.

-No lo sé, sólo sé qué nada sé-digo riendo.

-En serio qué estás muy feliz esta mañana.-dice Drag escudriñándome con la mirada.

-Y bien, ¿ya podemos iniciar el desayuno? Las clases ya van a empezar y no hay tiempo que perder.

-No aún no.-dice con una sonrisa macabra Drag-Aún falta una persona.

-Buenas.

-Y ya acaba de llegar.

-Debe ser una puta broma. ¿De verdad está cosa comerá con nosotros?-digo sin pelos en la lengua.

-Cariño no le piensas responder a la salvaje esa-dice con una voz tan chillona que por poco y me tapo los oídos.

-Esto se pondrá bueno-escucho que uno de los trillizos dice.

-¿No vas a defenderme amor?-dice la zorra.

-Si Drag, ¿no vas defender a esta cosa?

-¡Basta!-dice algo molesto Drag- ya me tienen harto ustedes dos. Drag esto, Drag aquello. Me van a gastar el nombre. Entiendan algo, tú-señala a María-sólo eres la puta con la que me acuesto cada que tengo ganas. Y tú-dice señalándome mientras sonrio- sólo eres una niña mimada con un secreto muy jugoso y una herencia muy prometedora. Así qué, ninguna de ustedes tiene derecho a sentirse superior a la otra. ¿Entendido?.

María se retira rápidamente del comedor. Los trillizos estaban perplejos. Y yo, bueno simplemente fui yo.

-Perfecto-digo retirando mi plato y levantándome- y tú-lo señalo con el cuchillo- te recuerdo que no eres más que un miserable narco, que se siente impotente porque existe al menos una mujer que se le resiste y por eso crees que dándote de machito llamarás mi atención. Y otra cosa, si crees que me puedes chantajear a tu gusto porque sabes quien soy, te aviso que puedes decirle a quien te quiera oir que yo soy el Ángel, a fin de cuentas, ¿a quién crees que le creerán, al mafioso o a la dulce niña? Así pues, andate con cuidado Müller. No eres el único peligroso en este comedor. Alexander-llamo su atención-nos vamos al instituto ahora.

Todos están boquiabiertos con mi discurso. Y que agradezcan que no le lancé el cuchillo por bocon.

Alexander me sigue a pesar de que Drag nos mira furioso. Creo que no le agrada que den órdenes a sus hombres, lástima él se lo buscó.

Ya en el carro, me permito respirar y romper una hoja de mi cuaderno, un método para alivianar el estrés acumulado.

-¿No cree qué se pasó con lo qué dijo allá adentro?-dice tímidamente Alex, mientras que enciende el carro.

Alex me recuerda mucho a Ángel. Ambos son muy tiernos y para que negarlo ambos son muy apuestos.

-Para empezar, si vas a ser mi guardaespaldas, porque lo vas a ser; debemos dejar las formalidades a un lado, puedes tutearme.-digo más calmada.

-Este, bueno, jejeje-dice todo sonrojado ¿quién diría qué los sicarios pueden sonrojarse? -ok, pero repito no crees que te excediste, nunca nadie se ha atrevido a hablarle así a Drag.

-Será porque nadie nunca sobrevivió lo suficiente para hacerlo.

-Bueno eso si es cierto.

-Pero, creo que tienes razón. No, él se merece una cucharadita de su propia medicina. Bien bello ya me pegó la locura.

-Ja ja ja, sabes aún no me creo que esté con mi heroína.

-Bueno, pos aquí toy-digo como una niña con problemas mentales.








N/A
Lamento la tardanza, pero situación país me tenía sin luz. En el transcurso de la tarde subiré los capítulos que tengo listo.
Ya estamos en la trama final.
Salu2 ♥

El Ángel de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora