Capítulo 64

211 41 11
                                    

Voy donde se encuentra Alexander para informarle de mi repentino descubrimiento. Después de una hora en donde la ansiedad me estaba consumiendo, Tiburón localiza a mi Roja. Media hora más tarde ya mis hombres de confianza y un escuadrón del Rey están listos para ir en busca de mi amada.

¿Acabas de descubrir qué la amas y ya le dices amada?

Pues si. ¿Algún problema?

No.

En el estacionamiento de la mansión Romanoff nos terminamos de preparar para el rescate. Observo a Dimitri y veo que esta sólo.

-¿Y tu sombra? ¿Dónde está Lincoln?- pregunto serio.

-Ya te dije que está en Suecia.

-¿Por qué no lo mandaste a regresar? Necesitamos toda la ayuda necesaria. Mientras que no sepamos quien es el soplon, todos deben estar a la vista. Y lo sabes- finalizo reclamándole.

-A mí tú no me das órdenes Müller. Podrás ser muy Diablo, pero aquí el Rey soy yo.

- Si claro. Muy Rey y todo. Pero dime, ¿estás seguro de la lealtad de tus hombres?- pregunto cizañoso.

- Claro que si. ¿Y tú? ¿No crees que ese trío de adefesios puedan traicionarte?

- A mis hombres los elegí porqué sí se de donde vienen, tenemos las mismas metas. El poder y la lealtad nos unen.

- Imposible. Es probable que si a alguno de ellos le ofrecen más de lo que les pagas se van con otro mafioso o capaz terminen montando su propia mafia.

- Ellos me deben su vida. Traicionarme significa muerte para ellos y los suyos. En cambio,¿tú qué puedes ofrecer para evitar traiciones?

No atina a responderme porque uno de mis chicos nos informa que todo está listo para partir.

Sigo pensando que ese Lincoln no es de confianza.

(...)

Dos horas en carretera para llegar a una cabaña algo retirada en el bosque.

Al llegar nos encontramos con cinco anillos de seguridad. Los primeros tres fueron fáciles de atravesar, pero los otros dos dieron pelea. Mientras intentábamos atravesar el segundo vi que un carro escoltado se retiraba, envíe a una patrulla a seguirla, estaba seguro de que El Fantasma iba en el.

Minutos después podemos por fin penetrar la cabaña. Ésta obviamente estaba desolada.

Después de registrar la cabaña, encontramos un sótano, al entrar no vimos nada pero Alexander observó una puerta que estaba puesta de manera tal que no se viera, entramos en ella y lo que vimos nos dejó sin palabras.

Una cama manchada en sangre.

Un Ángel semidesnudo muerto en los brazos de Samantha.

La heredera desnuda bañada en sangre, abrazada al cadáver de su amigo.

Rápidamente el Rey se acerca a mi Roja. Pues yo me quede petrificado al ver semejante escena.

-Tú no, tú no, tú no- grita repetidamente Samantha a su padre.

-Hija déjalo él está muerto- trata de acercarse Dimitri.

-Tú- lo señala- Tú lo mataste- dice mi pequeña algo confundida- Es tú culpa. Tú tú tú-sigue repitiendo ida.

Por fin logro reaccionar y me acerco con temor a que también me grite o rechace, pero ella no lo hace.

Aprovecho y me quito mi camisa y se la doy a ella.

-Sam- la llamo intentando atraer su atención- Pequeña- sigo- Roja- y es ahí cuando reacciona- ¿Puedo?- le muestro la camisa. Ella asiente de acuerdo.

Al colocársela llegan mis sombras y todos ellos se impactan al ver la escena tan retorcida. Alexander reacciona más rápido y se acerca a nosotros. El Rey sigue intentando acercarse a mi niña pero ella no lo deja. Pero al Tiburón si lo deja acercarse.

-Ven Sam- dice Alexander.

Entre los dos separamos a la heredera del cadáver. Alexander retira a Ángel del sótano y se lo lleva a uno de los carros. Mientras que yo sigo sosteniendo a mi Roja. Ahora se encuentra apegada en mi pecho sollozando y diciendo cosas sin sentidos.

Después de unos minutos logro levantarla y cargarla, Dimitri también se quita su camisa y se la coloca a su hija para evitar que se vea su piel desnuda y maltrada. Esta vez ella no lo rechaza, porque al parecer está dormida.

La sacamos de ese lugar, y la montamos en mi camioneta, en ella van el Rey, el Perro, el Tiburón, Samantha y mi persona. Al iniciar la marcha, nos damos cuenta que no podemos llevarla a la mansión, pues necesita cuidados que no podemos ofrecerles. Entonces recuerdo que un gran amigo y médico me debe un favor.

- Según tú- dice Dimitri- no podemos llevarla a la casa, ¿entonces a donde coño la llevaremos?- finaliza gritando.

No dejo que nadie me grite, pero por respeto a mi dulce ángel que yace en mis brazos dormida decido pasarlo por alto.

-Ya estoy pensando que hacer. Y tú- digo señalándolo- deberías dejar de gritar.

Después de eso saco mi celular y marco el número, luego de lo que me parece una eternidad atiende.

-¿Si?

- Sev soy Drag.

-¿Qué necesitas? Porque dudo que tu llamada sea de cortesía.

-¿Dónde estás?

- En el Hospital Central. ¿Qué ocurre? ¿Estás herido?

- Yo no. Pero mi mujer si.

- Bien traela. Te esperaré en Emergencias.

Cuelgo y le doy las indicaciones al Perro. Duramos una hora en llegar.

Al llegar Alexander baja de la camioneta y busca a Sev. Se acerca a la camioneta y bajo un poco el vidrio a manera tal de que solo mi rostro se vea.

- Diablo que lástima que nos reencontremos de esta manera. ¿Quién es el paciente?-dice amablemente.

-Ella- termino de bajar el vidrio y la descubro un poco.

- Por los dioses. ¿Qué le hicieron a esa niña?- pregunta asustado y preocupado.

- No lo sé.- confieso asustado.

- Esperen unos minutos. Ya mando a traer la camilla.

Sev se retira y esperamos unos ocho minutos. Llegan un par de enfermeras con una camilla y con la ayuda mía y de mis chicos montamos a Samantha en la misma. Luego la ingresan rápidamente al hospital, en donde la intervienen para hacerle los exámenes necesarios y curaciones requeridas.





N/A

Lamento la tardanza. Pero es que acabo de comenzar un nuevo trabajo y aún estoy acoplando mi vida personal con la laboral.

Disculpen y gracias por el apoyo.

No se olviden de votar y comentar.

Salu2

El Ángel de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora