Capítulo 19

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POV's Samantha

Salgo tan rápida como me permiten mis pies. Después de ese subidon de adrenalina o descaro, un calor insoportable se instaló en mi cuerpo. De lejos pude ver a An en la entrada principal mirándome como si me hubiera salido un tercer ojo, y ni hablar del resto del instituto.

Todos viéndome y murmurando cosas, nunca le he prestado atención a esas boberías pero he de admitir que esta vez estaba sintiéndome un poco incómoda.

Antes de hablar con An decido que es mejor controlar mi respiración, ya que, parece que corrí un maratón.

-Eh hola bombón-digo abrazando y dando un sonoro beso en la mejilla de An.

Puedo ver a varias arpias digo chicas que hablan de mi.

-Ragazza ¿qué pasó con tus padres por fin? ¿Quién te trajo? ¿Por qué no me has contestado mis mensajes? Y ¿por qué rayos estas roja?- pregunta después de responder mi saludo.

Entramos al instituto, y mientras vamos caminando hasta nuestros lockers le respondo tranquilamente.

-Me castigaron por rebelarme, bueno no, por gritarle a mis padres y a su socio. Me quitaron el cel y las salidas; aunque creo que ya ni importa. Me trajo nada más y nada menos que mi prometido-lo último lo dije como que si tragara vinagre- quien casualmente es amigo de Sergey y ¿para ver qué se me olvida?-digo haciéndome la pensativa- ah si, estoy roja porque el maldito esta para comérselo enterito y la maldita sequía que traigo me tiene mal. Tanto asi que casi pero casi le correspondo el beso que pretendía robarme.- finalizo dejando impactado a An.

-¡Ya va! ¿Qué? ¿Casarte? ¿Sequía? ¿Sergey? No entiendo nada.

Suena el timbre que anuncia que ya debemos entrar a clases.

-An honestamente no quiero ir a clases. ¿Qué te parece si nos vamos a nuestro sitio?

-Ok.- dijo y nos encaminamos a nuestra guarida.

Hace tiempo que encontramos un ala del instituto no apta al estudiantado, obviamente eso nos llamó la atención. Lo vimos, nos enamoramos y lo tomamos como nuestro. Ningún estudiante sabe de el.

Es un patio de unos veinte metros cuadrados aproximadamente, la mitad esta techado. La parte techada tiene unos asientos, que gracias al dinero de nuestros padres pudimos sobornar al conserje y hacerlo más habitable.

La parte descubierta tiene una pequeña pero moderna fuente, proporcionando una elegancia. El suelo es completamente natural, es decir, puro pasto. Un pequeño jardín lo embellece.

Al llegar nos sentamos y comienzo a relatarle lo sucedido en el despacho de Sergey, el desayuno con mis padres y Drag, la plática en el despacho con Drag y las sensaciones y acciones que sentí e hice al salir de la camioneta hoy.

Cuando terminé pude observarle tragar grueso. Hubo un inquietante y abrumador silencio hasta que por fin dijo algo.

-¡Estas jodida Samantha!

-¿En serio? No lo sabía-sigo sarcástica.

-Tienes suerte de tenerme como amigo-dice pero que presuntuoso y egocéntrico me salio- y que hayas ganado la última pelea. Así será más fácil conseguir otro contrincante y la paga será más cuantiosa. Cosa que ahorita nos viene como anillo al dedo- finaliza.

Por esta razón amo hablar con Ángel, él siempre me escucha atento a todo y nunca me juzga. Si la situación lo amerita me regaña, me consuela o me divierte.

-¡Gracias An!-digo abrazándolo- en serio gracias.

-Si, pero hay un pequeño problema que no puedo soluciar.-dice haciendo un puchero.

-¿Ah? ¿Y qué cosa seria esa?

-Tu problema de calentura.-dice como si fuera lo más obvio del mundo- porque dudo que aunque tuvieras un consolador se te quitaran las ganas.

Muerdo mi lengua para no gritarle y decirle que no uso esas cosas, pero me retracto al recordar que hace más de un año que nada de nada con nadie.

Después de Edward, a los hombres los queria bien lejos de mi. Nunca me habia preocupado mi sequía. Hasta ahora.

-Ya veré como controlarme.

Y eso espero. Se ve por encima que Drag sabe como complacer a una mujer, su aire egocéntrico lo indica así.

Pero debo ser muy precavida, él es el Diablo y yo un simple Ángel. Fácilmente puedo acabar quemada.

El Ángel de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora