Capítulo 30

3.7K 219 2
                                    

  
  
 
—Patrick me ha contado que tienes un trauma que evita que recuerdes ciertas partes de tu pasado. Debí suponerlo...—Lo interrumpo.

—Espera, ¿de dónde conoces a Patrick?—me mira a los ojos por primera vez desde que empezamos y me da una sonrisa triste de boca cerrada.

—De lo mismo que tú. Dimitri—levanto una ceja, incitandolo a que siga hablando.

—¿Qué tiene que ver mi padre en todo esto?

Baja la vista a sus manos mientras habla.

—¿Recuerdas que después de que tu madre falleciera, tú y él fueron a vivir temporalmente con una mujer?—asiento, recordando eso. Mi padre estaba saliendo con otra mujer después de mi madre, me sentía feliz por él porque no me gustaba verlo deprimido.

>>Ésta es la parte que no recuerdas: había un niño allí. El hijo de esa mujer. Y... era yo—intento buscar en mis recuerdos aquello pero no lo logro recordar.

—No puedo recordarlo.

—Lo sé, la última vez que hablamos, estabas enojada conmigo. Habíamos peleado por quien era el favorito de Dimitri—suelta una risa carente de humor—te había dicho que nadie te quería y que yo era mejor que tú. Te enojaste y no me hablaste por dos semanas, las últimas en las que sólo podía verte porque no querías hablarme. Jugábamos juntos, yo estaba muy feliz de vivir con algún niño más, siempre quise un hermano para divertirme. Te quise desde el primer momento en que te vi, yo ya lo sabía todo. Papá me lo había contado junto con mamá antes de que llegaras para asegurarse de que no te dijera nada.

>>Cuando supe que Dimitri había muerto, se me cayó el mundo. No tenía a mamá y había perdido a papá. Si, como oyes, Dimitri era mi padre.

Niego repetidamente con la cabeza.

—No. Es imposible, eres más grande que yo, papá estaba casado con mamá en aquel momento, es imposible.

—No, no lo es. Y lo sabes. Sé que no quieres aceptarlo porque tienes una imagen definida de tu padre y no quieres perderla. Pero él te amaba y eso es algo que nunca va a cambiar. Por favor, escucha lo que tengo para decirte.

—No te creo. Papá no era capaz de lastimar a mamá, él nunca la engañaría.

—¡Años después de su casamiento, no estaban bien! Tú fuiste la razón por la que mejoraron su relación, pero ellos estuvieron mal durante un tiempo en el cual nuestro padre conoció a mi madre—hizo énfasis en el nuestro.

—¡Papá no sería capaz de engañarla! ¡Tampoco de mentirme! No quieras arruinar su imagen ahora que está muerto, Dominik.

—¡Sólo escuchame! Escuchame y tu me dices que harás con lo que te digo.

Lo pienso unos segundos y asiento, dudosa. No tengo nada que perder y si este es el secreto que guardaba, estoy dispuesta a descubrirlo.

—Mi madre, Piper, conoció a nuestro padre una noche de bar. Dimitri estaba mal porque había discutido nuevamente con su esposa, mamá estaba triste porque no sabía que hacer con su vida. Se conocieron y quedaron varias veces para tener relaciones. En una de ellas, mamá quedó embarazada. Dimitri no iba a rechazar a su propia familia, pero hizo todo a espaldas de su esposa, tu madre. Él iba a verme siempre que podía, pasaba algunas vacaciones conmigo y me cuidaba siempre. Hasta que él tuvo que reducir sus visitas con tu nacimiento. Por el contrario, yo estaba feliz. Tenía una hermana, algún día iba a conocerte y eso me hacia feliz. Sabía que no era el único y eras todo lo que quería. Papá dejó de visitarme por un tiempo pero de hablaba con mamá. Un día, él volvió a casa con valijas. Dijo que iba a quedarse por siempre y que traía compañía. Eras tú, una dulce niña de ojos azules.

>>Pasábamos mucho tiempo juntos. Jugábamos, bailábamos, cantábamos y casi siempre reíamos. Cuando no lo hacíamos, yo estaba consolandote. A veces te ponías triste y lloraba mucho porque extrañabas a tu mamá. Me sorprende bastante que no recuerdes lo que pasamos juntos, estuvimos así durante cinco años pero no entiendo mucho de medicina, la verdad. Un día de fueron, yo me entristecí mucho. Estaba peleado contigo y no quería que todo terminara así. Pero no había nada que hacer, mamá lloraba y decía que te olvidara, que jamás ibas a volver. Con el pasar del tiempo, deje de pensar en aquello. Tuve que trabajar para mantener a mamá mientras que ella se prostituía para mantener la casa. Nunca estuve de acuerdo pero cuando le hablaba de eso, se enojaba, me gritaba y luego lloraba. A ella tampoco le gustaba, pero no podía dejar de hacerlo. Tenía miedo.

>>Años después, ella murió. Tenía sida debido a su trabajo y me quedé sólo, por suerte era mayor de edad. Me mantuve sólo y me encargué de tener una buena vida. Así conocí a Nate, él me ayudó muchísimo a salir de la mierda en la que me había metido. Estaba sólo, inevitablemente, me metí en las drogas. Él fue de mucha ayuda y aunque no soy un buen tipo, hago lo que puedo. Trabajo de lo que puedo. Cuando tuve tiempo de pensar bien, decidí buscar a mi padre. Quería verlo, saber que fue de su vida. Descubrí que había muerto y entonces te recordé. Yo ya te conocía pero no sabía quién eras hasta ese entonces. Investigué y me llevé la gran sorpresa de que eras tú. Te había encontrado—sonríe con emoción. Sus ojos brillan mientras vuelve a mirarme—Estabas viva y me di cuenta que no estaba sólo. Tenía a alguien, todavía me quedaba algo de mi vida pasada. Eres todo lo que tengo Amaia, por eso quiero contártelo. Patrick me incitó a hacerlo, hablarte. Él me reconoció cuando volvió a verme después de muchos años. Él también fue un padre para mí, cuando papá vivía. Siempre venía a vernos, probablemente tampoco recuerdes eso. Siempre jugábamos los tres: Connor, tú y yo. Éramos muy buenos amigos aunque él y yo pelearamos seguido por ti—sonríe recordando algo—Él me decía que lo preferías a él, que te conocía más y que era más un hermano que yo. Supuse que no ibas a recordarlo y que mucho menos me creerías por lo que te traje algo.

Saca algo de su bolsillo y me lo tiende. Es una foto. Estamos Connor, Patrick, Papá, yo y un niño más. Inmediatamente el recuerdo de esta foto me llega. Yo la tengo, está en un cajón de mi mesa de noche. La había guardado para preguntarle a Patrick sobre ella. Miro a Dominik. Noto emoción y sinceridad en sus ojos. Tiene un brillo de esperanza en ellos y me debato en creerle o no. Siento que dice la verdad pero no puedo recordar nada. Muevo la cabeza a modo de asentimiento. Él suelta una risita.

—Tú si que sabes como ganarte a un hermano.

Un vago recuerdo llega a mi mente. Yo estaba peleando con aquel niño cuando le grito que era un imbécil. Papá me había escuchado y después de reírse me miró y me dijo lo mismo:

—Tú si que sabes como ganarte a un hermano, Maia—se ríe y nos besa la frente de ambos—Ahora dejen de pelear, niños. Los hermanos no se insultan.

Siento punzadas en mi pecho. Respiro hondo intentando calmarme, siempre me pasa cuando me pongo muy nerviosa por algo. Y ahora estoy así. Estoy nerviosa porque no se que hacer. Estoy nerviosa porque estoy segura de que dice la verdad. Estoy muy nerviosa porque no puedo recordar lo que yo deseo.

—¿Realmente tengo un hermano?

—En realidad, somos medio hermanos. Es de parte del mismo padre, pero si. Compartimos sangre, Amaia.

Lo miro a los ojos por largos segundos. Tengo familia, no estoy sola. Tengo un medio hermano. Pero me duele pensar que papá mintió. Papá engañó a mamá y me llevó a vivir a aquella casa sin decirme del todo la verdad. ¿Por qué me mintió? Necesito más, necesito saber más. Voy a sacar toda la información que pueda de Dominik.

Tengo que saberlo. Todo.
 
 
 

***
  
 
Interesante... Secretos comienzan a salir a la luz. ¿Realmente se puede confiar en todos? ¿Qué creen ustedes? Los leo.

Aviso que fue doble actualización. Por si este capítulo les aparece primero.

Disfruten su lectura amores, besooooosss!!!
  
 


Amaia©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora