Al día siguiente me levanto con dolor de espalda. Miro a mi lado y se encuentra vacío. La noche anterior, Theo se había quedado a dormir conmigo. No hicimos nada, sólo nos besamos por un largo rato y después nos dormimos abrazados. Me pongo un short de Jean y una remera manga corta que cubre toda mi espalda.Salgo de la habitación y bajo las escaleras, escuchando voces en la sala principal de la casa. Me dirijo a ese lugar y en el camino me cruzo a Cassandra. Tiene los ojos rojos como so estuviera a punto de llorar y se va a la cocina. Cuando entro, me doy cuenta de porque.
Está todo el grupo con chicas escasas de ropa. Siento una punzada al ver a Theo con una pelirroja sobre sus piernas besándole el cuello. Lo peor es que la conozco. Estuvo con él varias veces, es una de las pocas chicas que frecuentaba de Theo. No se si son celos o es enojo por verlo ahí después de haber estado conmigo horas antes.
Ignoro este sentimiento y sin mirarlo, me hago presente en la sala.
—¿A qué se debe la presencia de todos?—Me cruzo de brazos, siento la mirada de Theo sobre mi pero me niego a mirarlo. Un poco inmadura mi actitud, pero es lo mejor que puedo hacer en estos momentos sin tirarme encima de ambos y matarlos con mis propias manos. Es estúpido que pienses así Amaia, ustedes no son nada. Sólo se besaron. Suspiro.
—Oh, nosotros estamos bien. ¿cómo estás tú Amaia?—respondió con ironía Luke. Ruedo los ojos, últimamente me está tratando como quiere. No sólo él sino que el resto también.
—Estaba bien hasta que los vi. Una lástima—hago una mueca.
—Estamos aquí para aclarar algunas cosas. Tenemos que hablar de algo importante. Ahora—Nate es el primero en pararse y el resto le sigue. Yo incluida.
Entramos al despacho que Theo tiene en su casa y segundos después entra Cass. Theo y Nate se sientan de un lado del escritorio que se encuentra en el centro de la habitación y los chicos se sientan frente al escritorio, el lado opuesto. Yo me quedo parada al igual que Cassandra.
—Este viernes haremos un intercambio. Entró nueva mercadería y no vamos a perder el tiempo para venderla. De hecho, ya está vendida. Es para una mafia italiana que se encuentra en el país en estos momentos. Tenemos sólo dos días para planear todo. Nada puede salir mal—dice Theo mirando a Cassandra.
—El hecho de que sea nueva no quiere decir que cause problemas. Me da miedo usar un arma pero si la tengo usar, lo hago. No me subestimen—dice Cass con los ojos entrecerrados y con veneno en su voz. Claramente no está de buen humor. Sonrío internamente al escuchar su contestación sin titubear. Theo la mira fulminante y con sus ojos mas fríos que nunca. Desvía su mirada a mi y con expresión neutra me mira de arriba a abajo hasta posar sus ojos en los míos. Sus ojos destilan furia, maldad y frialdad. Cuando no. Le sonrío para provocarlo y corre su mirada para centrarla en el resto.
—No vuelvas a hablar a alguno de nosotros de ese modo, Cassandra—dice Christian, amenazándola.
—¿O sino qué?—suelta enojada y de brazos cruzados. Christian se levanta bruscamente y empieza a caminar hacia ella. A unos pasos, me pongo delante de Cassandra sonriendo.
—Vuelve a tu lugar, Christian. Y no te atrevas a alzarle la voz nunca más y mucho menos cuando yo esté presente—digo con voz calmada sin dejar de sonreír.
—¿O qué princesita? ¿Me vas a matar?—dice sonriendo también.
—No está tan mal la idea. Lo voy a poner en mi lista de cosas por hacer, gracias.
—Vuelve a sentarte Christian. Ya déjala—dice esa voz dura. Chris se sienta no sin antes dedicarme una última mirada de asco y yo miro a Theo unos segundos.
—Volviendo al tema. Theo, Amaia, Dominik, Erik y yo estaremos en la entrega. El resto esperará afuera con los autos y por si damos alguna señal en caso de que haya un inconveniente. Saben como funciona esto, no hay mucho de que hablar.
El resto del día los chicos se quedaron reunidos haciendo lo mismo de siempre, jugar y apostar. Estoy en la habitación en la cual me estoy quedando, pasándome la crema en los brazos y como puedo en la espalda frente al espejo. Alguien toca la puerta y rápidamente tomo una remera tapando mis pechos expuestos pero sin cubrir mi espalda para seguir pasando la crema.
—Adelante—digo en tono alto para que me escuchen. La puerta se abre dejando ver a Nate. Me sonríe y cierra la puerta a sus espaldas para acercarse a mi.
—¿Te ayudo?—señala la crema y asiento dudosa. No me gusta depender de la gente para nada y tampoco recibir ayuda por más que la esté necesitando mucho. Soy muy orgullosa.
—¿Cómo te encuentras, todavía te duele?
—Algo. Pero estoy mejor, ésta crema está ayudándome muchísimo.
—Ya veo, pasó poco tiempo y ya tienes pocas cicatrices que están desapareciendo. Es muy buena la crema, si te soy sincero.
—Pude darme cuenta.
—Necesito preguntarte algo—lo miro a través del espejo incitándolo a que siga hablando—¿hay algo entre tu y Theo? No me pasaron desapercibidas las miradas que se lanzaban. Lo miro fijamente mientras respondo.
—No se de que hablas. Theo y yo no tenemos nada, sólo está ayudándome.
—Yo estoy ayudándote no él—suelta con un poco de enojo. Termina de pasarme la crema y me voltea hacia él. Lo miro confundida.
—No entiendo lo que me dices.
Iba a hablar pero la puerta se abre de golpe dejando ver a un Theo muy enojado. Mira con furia a Nate y éste lo mira del mismo modo. No entiendo una mierda.
—Fuera de aquí—suelta Theo apretando sus puños a sus costados.
—Tú no me dices lo que debo hacer. Por si no te molesta, estoy hablando con Amaia.
—Si, me molesta y mucho. Alejate de ella, Nate. No volveré a repetirtelo—¿Qué rayos? Ahora si que no entiendo nada.
—No vuelvas a amenazarme Theo. No me das miedo y mucho menos voy a obedecerte. Ella no es tuya.
—Ni tuya tampoco.
—¡No soy de nadie! ¡No soy un objeto Dios Santo!—suelto exasperada. Theo y Nate se dedican una última mirada y Nate sale de la habitación dando un portazo que luego se escucha en la puerta principal. Miro a Theo esperando una explicación o algo que pueda decirme.
Sus ojos son como dagas que se clavan en mi cuerpo a medida que lo recorre con su mirada. Camina a pasó rápido hacia mí y toma mi rostro con ambas manos para pegar sus labios a los míos con brusquedad mientras estampa mi espalda contra la pared. Toma mis caderas y me hace rodear su cintura con mis piernas y gimo de dolor al sentir el golpe y el roce de la pared contra mi espalda un poco adolorida.
Tira la remera que sostenía contra mis pechos y empieza a masajearlos y besar mi cuello. Tiro la cabeza hacia atrás y entierro mis dedos en su cabello.
Esta va a ser una larga noche.
Hola bebés!!! Lamento no haber actualizado antes, estuve con problemas personales que estoy tratando de resolver. Hoy voy a ver si puedo subir otro más.Intuyo que el siguiente capítulo le va a gustar a muchas😏
Disfruten su capítulo!!
Besosss
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Amaia©
RomanceAmaia es una chica que no tuvo una vida muy feliz que digamos, las pocas cosas que recuerda, debido a un trauma, no son muy buenas. A pesar de aparentar frialdad e indiferencia, por dentro está rompiéndose en mil pedazos a medida que va recordando c...