Theo
Cuatro días. Ya van cuatro días sin que Amaia de señales de estar bien. Nadie se despegó de ella y yo sólo quiero quedarme a su lado como ahora. A la vez, quiero saber que pasó y eso sólo puede decirnoslo Amaia.Tomo su mano mientras la observo. Tiene los labios secos y el rostro pálido. Mi pecho se encoge al notar que sus manos están frías, muy frías. Algo que no era propio de ella. Siempre estaba emanando calor de su cuerpo. Y a pesar de encontrarse en ese estado, sigo pensando que es la mujer más hermosa que he visto. Sigo queriendo estar con ella en todo momento, acompañandola cuando me necesite. Y es allí cuando realmente me doy cuenta, me enamoré. Y esta vez, tuve la suerte de enamorarme de la mujer más maravillosa del mundo. Porque eso es Amaia.
Dominik entra con un café en sus manos y me lo tiende. Él me estuvo contando como es su relación con Amaia ahora, sabiendo que son medio hermanos. No me lo esperaba, pero dice que ambos estaban emocionados por saber que todavía tenían familia viva, que no estaban solos. Me sentí bien por Amaia, aunque no me lo haya contado. Igual que lo del embarazo. Pero conociendola, no lo hizo porque quería hacerlo en persona, en un buen momento.
—¿Tú no sabes nada? ¿No viste algo?—le pregunto. Niega con la cabeza.
—No, sólo la vi cuando Nate la cargaba mientras gritaba que le había pasado algo. Salimos todos corriendo en ese momento, nos subimos a los autos y vinimos aquí.
Patrick llama a Dominik y él sale, cerrando la puerta a sus espaldas. Me quedo sólo nuevamente con mi novia y sigo observandola, esperando que haga algo, que se mueva, que se despierte, pero nada.
—Siento no haber estado contigo. Nunca tendría que haberme ido de aquí—suspiro y beso sus nudillos—. No sabes... No te imaginas la felicidad que me embargó en el momento en el que Patrick dijo que estabas embarazada. Lo único que pude pensar es que iba a tener una familia contigo, una familia perfecta. Pero se me arruinó todo, se cayó el mundo perfecto que me estaba armando en la cabeza cuando me dijo que lo perdiste. No te das una idea de lo mal que me sentí en el momento. Por mi, por nuestro bebé, por ti. Pero esa familia pasó a un segundo plano cuando supe que también podría perderte—la voz me tiembla y cierro los ojos. Antes me encargaba de controlar cualquier emoción que mostrara debilidad, porque yo no era así, no era débil. Pero con ella, es todo diferente. Y me gusta—. No voy a perderte Amaia, sos todo lo que tengo y quiero ahora. Por favor, despierta cariño, estaré aquí para ti. Siempre...
Siento su dedo moverse en mi mano y abro los ojos rápidamente. Está moviendo sus dedos y sonrío. Está bien, ella está bien. Antes de que pueda hacer algo, ella deja de moverse y el pitido de la máquina es el único sonido que inunda en la habitación. Observo la pantalla, los latidos de su corazón representados en la máquina, son sólo una línea recta.
—¡Llamen a una enfermera! ¡Está muriendo!—abrí rápidamente la puerta y grito con más fuerza. La desesperación toma posesión de mi mientras espero a que las enfermeras lleguen a la habitación—¡Una enfermera, maldición! ¡Amaia se está muriendo!
Las enfermeras llegan y me sacan a la fuerza de la habitación. Pataleo y empujo a los enfermeros para poder entrar, pero no me lo permiten. Los chicos me gritan que me tranquilice y me sientan en el banco frente a la puerta con brusquedad. Pongo los codos sobre mis rodillas y las manos sobre mi rostro mientras respiro rápidamente. Escucho golpes en la puerta y sin levantar la cabeza, sé que es Dominik. Grita algo que no puedo descifrar y los chicos lo agarran con fuerza para sentirlo conmigo y que de tranquilice porque así no lograría nada.
Sólo escucho el pitido de la máquina en la que estaba conectada Amaia. Él sonido se repite una y otra vez en mi cabeza y no para. Cuando logro calmarme y dejar de escuchar el pitido, sólo puedo oír llantos. El llanto de Cassandra y el de Marina, quienes veo que se abrazan con fuerza en cusnto levanto mi cabeza. Dominik a mi lado está soltando lagrimas mientras respira rápidamente, y es muy entendible, está a punto de perder a la única familia que le queda después de encontrarla. Patrick está apoyado contra la pared y Connor está a su lado, ambos tienen la nariz roja y descrifro que es por el llanto. Alex se sostiene la cabeza mientras camina fe un lado a otro. Luke está mirando a la nada, perdido en otra parte, sentado en el piso. Y Nate, está del otro lado de brazos cruzados y con la mirada perdida. Tiene el rostro teñido de preocupación y si no lo conociera muy bien no podría darme cuenta de que también está cegado, cegado porbka culpa.
Me levanto rápidamente y me acerco a él. Mi rostro queda a centímetros del suyo y él vuelve a la realidad.
—Lo siento...—murmura y demuestro la confusión en mi rostro. Retrocedo unos pasos y espero a que siga hablando, pero no lo hace y sale del sector a pasó rápido.
Me volteo para volver a mi lugar pero una voz me detiene. Y entonces, el mundo se pone patas arriba para dar paso a una guerra.
—Lo vi, Theo...—murmura y todos los giramos a verlo.—No lo entendí, no se porque lo hizo, pero lo vi con mis propios ojos...
—¿Qué viste, Luke?—pregunto rápidamente.
—A Nate. Se acercó a ella y le dijo algo. Parecía confundida pero eso desapareció en el momento en el que Nate lo hizo—levanta la vista para verme y sigue murmurando. Como si algo malo pasara y estoy seguro de eso con lo que dice después—Prometí defenderlo de todo, pero... No puedo, no puedo con esto. Lo vi como la pateó, pateó su estómago con fuerza causando que se caiga. Me paralicé al verlo, él... creí que no sería capaz de lastimarla a ella, a ninguno de nosotros pero me equivoqué.
La ira recorre mi venas y aprieto los puños con fuerza. Lo sabía, sabía que Nate estaba detrás de esto, él siempre está detrás de todo lo malo. Lo voy a matar.
—Había mucha sangre, Theo. Pero eso no la preocupaba mucho a ella, era más por el dolor que sentía, lo pude ver. Pude notar cuando su pecho le estaba doliendo, vi como tomaba su garganta con fuerza para conseguir aire y en ese momento me quedé paralizado al igual que Nate. Parece que no esperaba que ella tuviera esa reacción, después supimos todos por Dominik que Amaia tiene una enfermedad y ahí lo entendí. Nate también.
Me doy la vuelta para salir de ahí y buscar a Nate para matarlo, voy a hacer que sufra el triple de lo que lo hizo mi novia por su culpa. Voy a deshacerme de él en cuanto pueda, ya no va a acercase más a ella para lastimarla. Pero la voz de Luke me detiene nuevamente.
—Theo... Nate sabía que Amaia estaba embarazada, me lo dijo.
Y entonces lo entendí. Lo hizo a propósito, quería que Amaia perdiera el bebé porque no podía soportar que ella fuera a formar una familia conmigo y no con él. Porque si hay algo que nadie en ésta sala sabe excepto yo, es que está loco. Y esta obsesionado con Amaia, eso hace que tenga más ganas de salir a buscarlo pero otra vez me detiene una voz. La voz del doctor.
—¿Familiares de Amaia?—dice y Dominik se le acerca primero, diciendo que es su hermano—muy bien. Buenas noticias, logramos estabilizarla y ya está bien. Felicidades, pueden pasar a verla, ya despertó.
Y todo lo que estaba sintiendo antes se esfumó en cuanto lo escuché. Muevo mis pies rápidamente hacia la habitación logrando entrar primero y la veo. Alza su mirada y aunque esté a punto de derrumbarse nuevamente, logra mostrarme su hermosa sonrisa en cuanto me ve y yo, no dudo ni un segundo en devolversela.
***
Nuestra Amaia despertó!!!! Un secreto sobre Nate se reveló y Theo casi sale a buscarlo. Casi. Porque sus sentimientos por Amaia parecen ser más fuertes que cualquier otra cosa.Todavía queda más por ver y muy pocos capítulos para el final, ¿están listos?
Espero que disfruten el capítulo y les esté gustando la dirección de la historia. Por otro lado, pude notar el crecimiento de las visitas y los votos. A aquellas personas que están conociendo a Amaia, ¡Bienvenidas!
Nuevamente ¡gracias a todos por su apoyo! Los quiero, besooossssssss
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Amaia©
RomanceAmaia es una chica que no tuvo una vida muy feliz que digamos, las pocas cosas que recuerda, debido a un trauma, no son muy buenas. A pesar de aparentar frialdad e indiferencia, por dentro está rompiéndose en mil pedazos a medida que va recordando c...