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Los jugadores ya se encontraban en el campo cuando él llego apurado. Prácticamente todo el equipo se había quedado en silencio, mientras le veían disculparse frente al entrenador y después posicionarse junto al resto. El menor sentía su rostro arder por la vergüenza. La verdad es que el no disfrutaba nada siendo el centro de atención, todo lo contrario, era algo que le incomodaba de sobremanera, por lo que siempre trataba de esconderse entre sus compañeros. Esto se podía sumar a otra de las razones por las que no quería pertenecer al equipo en ese momento, odiaba tener que presentarse delante de nuevas personas, no le agradaba la idea de conocer a aquellos chicos, más siendo la mayoría de cursos superiores.

Socializar no era lo suyo .

-Bueno, ahora que parece que si estamos todos empecemos -dijo el hombre de unos 47 años, haciendo énfasis a su tardanza-antes de comenzar os presentaré, él- dijo señalando al pequeño castaño que trataba pasar desapercibido- será el nuevo defensa y centro campista, Jeon Jungkook

Las voces no tardaron en llegar y las quejas y murmullos por lo bajo le hicieron sentirse aun más incómodo y fuera de lugar. Así, como era de esperarse, entre todos los jugadores un chico moreno y alto elevó su brazo consiguiendo hacerse escuchar entre el resto de chicos

-entrenador disculpe- dijo aquel chico, logrando algo de silencio en aquel alborotado equipo-pero parece un chico demasiado delicado como para poder defender -miró a jungkook de reojo y se encogió de hombros- capaz y la pelota le haga daño...

-es una pequeña florecilla entre el pasto que va a ser aplastada más pronto que tarde -habló un segundo jugador que Kook no pudo distinguir, pero el entrenador pareció no oírle, o simplemente lo ignoró, pues ordenó que comenzaran a dar vueltas al campo y calentaran antes de comenzar, prácticamente dando por finalizada la introducción del nuevo chico.

El castaño, pasó lo que restó de hora y media separado lo máximo posible de sus nuevos compañeros mientras entrenaba. El miedo florecía en su piel a cada paso que daba, cuanto más cerca más tensión, cuanto más lejos más voces, dudaba poder soportar aquello por mucho tiempo. Su corazón se aceleraba a cada paso que daban los jugadores, ¿le golpearían? Parecían bastante furiosos con tan solo el echo de verle entrenar a su lado. Jungkook lo entendía, pero no era su culpa, en un principio el había rogado e insistido repetidas veces al entrenador por no entrar al equipo. Todos y cada uno de los jugadores habían entrado con una prueba y algunos chicos habían incluso quedado fuera o peor, aquellos que simplemente habían sido elegidos de repuesto, en el caso de alguna lesión o falta de algún compañero. Mientras tanto Kook había entrado y punto, no pruebas, no sudor, no nada.

El vestuario poco a poco se iba llenando de chicos sudorosos por el partido .Haciendo, que el castaño se escondiera lo máximo posible detrás de la puerta de su taquilla, fingiendo buscar algo. Quería desaparecer, incluso sentía la necesidad de sacar sus cosas de la taquilla para poder meterse él. Sentía los nervios a flor de piel, a pesar de que aquel primer entrenamiento había pasado sin incidencias.

A lo lejos se escuchaban las duchas, y un poco del vapor llegaba a donde él se encontraba, haciendo el ambiente más húmedo, de manera que su agobio iba en aumento. La humedad le hacía mas dificultosa la respiración, pues de por si ya necesitaba centrarse en respirar. Debía tranquilizarse, pero simplemente no podía.

Un par de chicos pasaron a su lado cerrando las taquillas de golpe, haciendo que se sobresaltara, y fuera inevitablemente notado. El par de chicos sonrieron hacia él, al notar su evidente tensión y se alejaron a las duchas, pero al otro lado de la puerta de su taquilla se encontraba un grupo de chicos hablando, que justamente habían detenido su charla para reírse del susto del castaño .

Jungkook suspiró pesadamente al darse cuenta que no tendría más remedio que cambiarse, y respirar, pues las clases continuaban y su siguiente hora era inglés, por lo que no podía esperar a que todos se fueran, no se podía dar el lujo de llegar tarde a una de las clases que peor se le daba. Así que sacó su ropa de cambio y cerró su taquilla con el fin de simplemente asearse y salir rápido de allí, pero nada más cerrar, su vista se conectó con un par de ojos negros que le observaban prácticamente sin pestañear. El castaño sintió su cara arder, así que rápidamente apartó la mirada a su ropa. Mirándola como si estuviera analizando el tejido, a la vez que su cuerpo se tensaba al notar unos pasos acercase.

El chico de ojos negros se había parado a su lado, haciendo que el castaño pudiera apreciar en totalidad su pecho moreno y sus clavículas marcadas. Sintió un nudo en la garganta al saber que estaba mirando su pecho desnudo, así que juntó un poco del valor que no tenía, para enfrentar la mirada del moreno. El chico retiró una cinta de su pelo, dejando ver sus cabellos dorados, y una sonrisa cuadrada apareció.

-¿eres nuevo dulzura? -la gruesa voz del rubio hizo que su piel se erizara y rápidamente volviera a agachar la cabeza, inevitablemente viendo el pecho del contrario. Una suave risa salió de sus finos labios mientras agarraba con delicadeza la mandíbula del menor para poder observarle. Kook se congeló al ver como el chico lamia sus labios y después se alejaba de él.

Todavía con el cuerpo en tensión cogió sus cosas y se metió en un pequeño cubículo para cambiar su ropa. Su corazón amenazando con salir de su pecho mientras habría la puerta de nuevo y salía casi corriendo del vestuario.

-es gay -escuchó como el rubio afirmaba, justo antes de salir de aquel sofocante lugar.



-¿Qué tal tu día?

Fue lo primero que escuchó nada más entrar a su casa. Su madre sentada en el sofá con unos papeles desparramados por la mesa y un café en mano. Sería extraño no encontrarla trabajando.

-estupendo -murmuró con prisa, pasando frente a ella, mientras corría escaleras arriba, rápidamente cerrando su puerta y arrojando su mochila a cualquier rincón.

Suspiró mirando la habitación, antes de sentarse en el suelo y apoyarse contra la puerta. De repente su cuerpo se sentía como una roca, rígido y pesado. Su cabeza parecía haber decidido tomar un descanso, pues en ese momento nada parecía rondar en su mente, sentía su interior vacío y cansado. Sus ojos pesaban, como si no hubiera dormido nada en semanas, y apenas tenía fuerzas para levantar sus manos. Simplemente un mal día, eso se dijo. Dormiré y mañana será mejor. Después de lo malo siempre viene lo bueno ...

O por lo menos eso quería creer.

El Chico Flor (Taekook /vkook )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora