El misterio de la muerte y de si existe algo después de ella viene perturbándonos prácticamente desde que tenemos conciencia y nos involucra a todos. La muerte no hace distinción de razas, credos o edades; todos sentiremos el frío de sus garras algún día. Tal vez por ello, tengamos esa necesidad de saber qué se oculta bajo su manto. Para echar algo de luz sobre este enigma, muchos han intentado cruzar el delgado umbral que separa el mundo de los vivos del de los muertos.El 31 de mayo de 1848, en Hydesville, Nueva York, nació el movimiento espiritista moderno, de la mano de las hermanas Fox. Ellas pudieron comunicarse con el espíritu de una persona que había fallecido en su casa mediante un sistema que inventaron para recibir mensajes, los Raps. El mecanismo era muy sencillo: le pedían a la entidad que golpeara la pared: dos golpes corresponden a un "Sí"; un golpe significa "No". De esa manera, establecieron contacto con seres del más allá y así surgió el espiritismo.
Las formas de entablar este tipo de comunicación fueron evolucionando, hasta llegar al Juego de la Copa y la tabla Ouija. En la actualidad, estos dos medios son muy utilizados. Hay quienes creen que no son más que simples juegos; pero se equivocan, porque si hay algo con lo que no se juega, es con la muerte.
Esto lo saben muy bien unos amigos de Argentina que una fría noche de invierno se atrevieron a jugar al Juego de la Copa. Cuando leí su historia, que me llegó por e-mail, quedé asombrado y lo primero que hice fue contactar a sus protagonistas para producir un capítulo sobre ella. Fue así como conocí a Raúl, un joven de unos veintidós años de edad.
Todo marchaba sobre rieles; viajamos con el equipo de Voces Anónimas a la capital argentina, pero cuando llegó la hora de grabar nos llevamos una gran sorpresa: Raúl había contado a sus amigos que daría su testimonio para nuestro programa, pero los demás no le dieron el visto bueno y pidieron que no realizara la entrevista. Finalmente, no pudimos hacerlo, pero él accedió a relatarme lo sucedido y yo lo registré con mi grabadora de voz.
Poco tiempo después, volví a contactarlo para comentarle que tenía pensado incluir su historia en este libro y él me autorizó a compartirla, siempre y cuando no se revelara el nombre completo de los involucrados en aquel desafortunado juego.
* * *
Un fin de semana de agosto de 2009, un grupo de amigos se hallaba en un chalet de la localidad de San Vicente, al sur de lo que se conoce como Gran Buenos Aires, en Argentina. Raúl, Maxi, Carla, Virginia y su novio, Sebastián, se habían reunido en la casa de este último. Sus padres estaban de viaje, así que el chalet de dos plantas se convirtió en el lugar ideal para encontrarse antes de salir a bailar. Ninguno de ellos imaginaba que cerca de la medianoche se desataría una terrible tormenta que no dejaría irse a la hora que habían planeado. Afuera, la lluvia caía cada vez con más fuerza y ellos empezaban a aburrirse. Entonces el dueño de casa hizo la pregunta que cambiaría el rumbo de aquella noche.
-¿Y si jugamos a la Copa?
Algunos antes, otros después, todos fueron aceptando aquella singular invitación. A Raúl no le atraía mucho la idea; siempre había tenido un profundo respeto por esa clase de juegos, pero no quería que lo consideraran un miedoso, así que también dijo que sí.Ante el éxito de su propuesta, Sebastián fue a buscar una copa de cristal y la puso sobre la mesa del comedor principal. Los demás tomaron una cartulina y con un marcador fueron dibujando los números del 0 al 9, las letras del abecedario, el "Sí" y el "No". Luego, los esparcieron alrededor de la copa, la cual dieron vuelta, y se prepararon para llamar a un espíritu.
Raúl miró la hora antes de apoyar su dedo índice en el cristal: faltaban tres minutos para las dos de la mañana. Durante un buen rato, no pasó nada; sólo se escuchaban los truenos y el agua pegando contra los vidrios de las ventanas. Pero de un momento a otro, la copa se movió. El joven se estremeció, ya que había mantenido la esperanza de que aquello no funcionara, de que las cosas que se contaban sobre el contacto con espíritus fueran inventos. De todas maneras, no fue el único que reaccionó ante aquel primer movimiento sobrenatural: Virginia gritó y retiró su dedo de la copa, como si el cristal estuviera al rojo vivo.
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Voces Anónimas "OCULTO".
ParanormalVoces Anónimas Historias y leyendas del universo mágico El presente libro contiene historias, leyendas, experiencias y anécdotas del detrás de cámara que nunca fueron contadas en el programa televisivo Voces Anónimas, que se emite a través de la pan...