14 de octubre, Phoenix.
Cuando Louis Tomlinson volvió a unirse al tour, trajo consigo una verdadera sensación de calma en la vida de Harry.
Recordaba como hacía cinco días se dedicó a pasearse sutilmente por los pasillos del backstage, esperando encontrarse con Louis. Porque sabía que había vuelto, pero no había alcanzado a coincidir con él en toda la tarde.
La cocaína fluía severamente por su organismo a tan solo quince minutos de salir al escenario, y ese fue el momento en el que Harry dio con Louis.
O Louis dio con Harry, en realidad. Había ido buscarle solo para desearle suerte, y se había disculpado porque no había podido encontrar un hueco libre para saludarle en toda la tarde.
Y si el corazón de Harry ya iba rápido gracias a la última dosis, sus latidos se volvieron irregulares cuando él apareció, y lo supo porque comenzó a escuchar su corazón bombeando en su cabeza justo en el momento en el que puso sus ojos sobre él.
Habría sentido miedo ante la reacción tan extrema que su cuerpo había experimentado, pero la euforia no le dejó espacio a la preocupación, y lo único que pudo hacer fue ignorar sus latidos y sonreírle a Louis como si hubiera encontrado un oasis en medio del maldito desierto.
—¿Estás bien? —le había preguntado él, con el ceño fruncido y una ligera risita.
—¿Por qué siempre me preguntas eso? —fue lo que le respondió, mientras frotaba sus manos enérgicamente contra su pantalón en un inútil intento de deshacerse del sudor —. Estoy bien, nervioso, solo un poco nervioso.
—¿Solo un poco?
Louis continuaba la conversación en un tono divertido, como si no le estuviera dando importancia a su actitud, pero sus ojos analizaban milimétricamente cada movimiento y cada parte de su cuerpo con detalle, frunciendo el ceño de una manera casi imperceptible cuando llegó a sus ojos.
Harry parpadeó exageradamente, por inercia. Quizás tratando de ocultar lo que sabía que sus ojos mostraban.
—Sí —asintió Harry, mordiendo su labio repetidas veces y quitándole la mirada durante segundos para luego volver a conectarla —. Nervioso. Inquieto. Llámalo como quieras. Lo hiciste muy bien en lo de Corden, por cierto. Te dije que lo harías.
—Gracias —musitó Louis, apretando sus labios en una fina línea, como si no entendiera nada pero, a la vez, lo entendiera todo —. Sinceramente, me estás asustando —adoptó un tono bromista, pero sus ojos no paraban de analizar una y otra vez los movimientos de sus manos y el interior de sus pupilas —, creo que es la primera vez que te escucho hablar tan rápido.
Harry soltó una carcajada, pasando una mano por su pelo tres veces seguidas.
—Demasiado café, supongo —y entonces se había reído exageradamente de su propio humor negro, pero Louis no entendió la maldita referencia y simplemente volvió a fruncir el ceño —. Me alegra mucho que hayas vuelto, solo te has ido un día y realmente he notado tu ausencia.
Su cerebro casi le hizo sincerarse de más, y estuvo a muy poco de decirle que incluso le había echado de menos, pero se contuvo unos segundos antes de hacerlo porque sabía que ni siquiera tendría sentido si se lo dijera.
Apenas se conocían. Ni siquiera hablaban lo suficiente como para considerarse algo más que simples conocidos. Louis no le entendería si le dijera que le había echado de menos.
Pero lo había hecho, y mucho.
No podría explicar el motivo si se lo preguntaba a sí mismo, pero tenía contadas las pocas veces que habían pasado tiempo juntos y en todas ellas le había hecho sentir lo suficientemente bien como para querer tenerlo cerca más tiempo.
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Fly me to the moon
FanfictionHarry Styles lanza su tercer tour mundial después de que el peor año de su vida le mantuviera alejado de todos los medios, y descubre que el nombre de Louis Tomlinson no solo ha estado por encima suya en todas las listas de éxitos durante los último...