capítulo 3

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La madera en la chimenea ardia mientras yo bebía mi quinta tal vez sexta botella de whisky  del día

- Alex esto no te hace bien.

Dijo Cristal entrando a mi muy desordenada habitación, todo estaba hecho pedazos al igual que yo.
Yo sonreí y lleve la botella a mis labios.

- Nada me hace bien Cristal a pasado ya más tres meses y todavía sueño con ella, todavia la veo sonriendo y corriendo por todo mi jardín, la quiero aquí.

El sabor amargo del whisky bajo por mi garganta, había probado miles de cosas para poder aparentar que estaba bien pero nada parecía funcionar, esos malditos sueños me seguían.

- Francis murió.

Fije mi mirada en Cristal, ella me miró preocupada.

- ¿Cuando?

- Alex.....

- Habla.

- Esta mañana.

Mierda, mierda y más mierda.
Hale mi muy ya largo cabello y gruñi.

- ¿Quién está a cargo ahora?

- Nadie, su asistente se encarga de todo en la empresa pero no creo que ella sepa lo que eso implica.

- mierda.

- Alex tienes que.....

- Hacerme cargo de la empresa lo se.

Y lo sabía perfectamente, pero no podía levantarme de aquí y fingir estar bien.

- ¿Eso.cuando ocurrirá? Si puedo saber claro esta, Ariana se está volviendo loca con tantas responsabilidades, además que su mate está comprometido.

Mierda, tenía que ponerle un alto a todo esto.

- Me encargaré de eso mañana mismo, ahora quiero que salgas.

Ella asintió y salió de la habitación.

Mi cabeza era un revoltijo.

* Necesito sangre*

Gritaba la bestia.

*necesitamos solucionar toda esta mierda*

Respondía Max.

- Necesito a Victoria.

Dije en un susurro para después tomar lo que quedaba en la botella.

******

Bueno por donde empiezo, después de un corte de cabello, barba y un baño, aquí me encuentro en un traje color negro parado en el ascensor privado de las oficinas Drake's interprise.

Salí del ascensor y me dirigí a la sala de juntas, sentía las miradas de todo el mundo sobre mi, abrí la puerta donde me recibió Fabricia, la subjefe.

- Alex, mirate cuanto has  crecido, ese corte de pelo te queda genial.

No lo había cortado como usualmente lo tengo ahora me llegaba un poco más arriba de los hombros y la barba pulcra.

- Hola Francisca tu tampoco haz cambiado nada.

Tenía más cirugías que las Kardashian pero que podía hacer yo, yo era un simple caparazón tratando de ocultar dolor.

- O, Gracias.

- Ya sabes porque estoy aquí a Si que si por favor te pudieras apurar, tengo asuntos que resolver.

Ella asintió y se sentó en la punta de la larga mesa.

- La asistente de Francis no a llegado cuando muy específicamente le dije que llegará a las 7 en punto.

Te Encontraré. #segundo LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora