capítulo 61

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Cristal estaba sentada en el suelo, sus rodillas estaban pegadas a su pecho y sus codos apoyadas en sus rodillas.

- ¿Como entró a mi mente sin que yo lo notará?

Lainus negó al igual que Apolo.
Victoria estaba acurrucada en mi pecho, aún estaba débil.

- Lo siento Cristal, no era mi intención yo tampoco sé cómo llegué a tu mente.

Cristal simplemente suspiró y miró a Victoria para sonreírle.

- Tranquila, sé que no es tu culpa.

Los gemelos se acercaron a mi mejor amigo al cual ayudaron a estar junto a Cristal.

- No tienes que contarlo si no estás preparada mi amor, nadie aquí te presionará.

- Supongo que en algún momento tendrían que enterarse de el, pero no creía que tan pronto.

Todos nos miramos confundidos.

- No es por ofenderla señorita Cristal pero ahora hay una quimera haya afuera que no hemos podido matar.

Apolo colocó el techo transparente y pudimos ver la pelea.

El enorme animal estaba amarrado y Alanna estaba enterrando una espada en su lomo.

- Bueno, ya se encargaron.

- Yo tengo que irme. Tengo que arreglar el desastre de allí arriba.

Mire a Victoria.

- Descansa un poco yo volveré más tarde.

- Yo puedo...

Un bostezo no dejo que terminara su frase.

- Quédate, Lainus necesita revisarte, tu también deberías descansar Cristal. Después cuentas la cuestión, no tienes que sentirte presionada por ello.

Cristal asintió y se acurrucó en el pecho de Logan.

- Apolo tu encárgate de Ariana y Malec. Axel, Jaspen y Daniel vendrán conmigo. Aila tu quédate con ellos.

Todos asintieron.

- Cuídate ¿Ok?

Le di un corto beso en los labios y la dejé al cuidado de Lainus.
Los gemelos y mi hijo salieron conmigo de la biblioteca.
En esto se había convertido mi rutina, si no estaba recogiendo cadáveres, torturaba personas para que no surgieran cadáveres o simplemente trataba de arreglar el desastre que dejaban estas batallas.
Los cadáveres de mis guerreros se esparcían por todo el lugar, no eran muchos pero tampoco eran pocos.

- Alfa.

Alexander llegó corriendo, parecía tan asustado por todo esto. Mis acompañantes y yo lo esperamos de brazos cruzados.

- ¿Está usted bien señor?

Asentí sin mucha convicción.

- Quiero un informe de todos los guerreros muertos, también uno de los heridos y de los habitantes además envía un comunicado a mi familia, tienen que enterarse de esto.

Le di la espalda y empecé a caminar hacía los hombres que apilaban cuerpos.

- ¿Quiere alguna ceremonia fúnebre señor?

- Son mis guerreros Alexander, hagan la ceremonia y prepara el cementerio.

Alexander asintió y nos tendió mascarillas para este insoportable olor a muerte que inundaba el ambiente.

- ¿Crees que lo hacen para debilitarnos?

- Es muy obvio Axel.

- No lo digo en ese sentido, lo digo por qué ya sabes. Supongo que querrán impartir alguna clase de miedo a los demás guerreros y que no quieran combatir.

Te Encontraré. #segundo LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora