capitulo 18

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Entre a mi casa con Cristal, Ariana y Aila a mis espaldas.
Entre a mi habitación haciendo que Ariana se sentará en la cama con Aila y Cristal se quedó de pie.

- ¿Por qué yo vuelvo a la manada y Cristal no?

Mire a Cristal mientras soltaba los botones de mi camisa.

- ¿No le explicaste?

- Logan aún no está totalmente de acuerdo y decírselo hubiera sido peor.

Quite la camisa de mi cuerpo y la sangre se pegaba en mi torso, alce la mirada, Aila me miraba sonrojada mientras Ariana miraba con atención mi cuello al igual que Cristal.

- ¿Qué pasa?

Ambas se acercaron a mi.

- Por amor a Dios Alex tienes mejor cabello que nosotras.

Yo me reí ante el comentario de mi prima.

- Alex ¿hace cuanto no te retocas el tatuaje?

Lo pensé un poco, hacia mucho.
No recordaba exactamente cuando, siempre decía que lo retocaria pero surgían cosas y mas cosas.

- Lo haré cuando todos podamos ir.

- Mañana iremos.

Soltó Cristal y se volvió a parar donde estaba antes.

-¿Por qué Cristal no volverá a la manada?

Mire a Cristal y ella asintió.

- Criss necesita encontrar quién es, después de lo que pasó con el Luxurus se dio cuenta que quería buscar quién era y eso lo hará sola, ahora que salió de la manada se dio cuenta que lo haría ahora y me dijo que consiguiera un suplente para ella.

Ariana la miró comprensiva, ella había hecho lo mismo; había viajado mucho, había conocido y aprendido cosas y volvió sabiendo con certeza quién era.

- ¿Dónde piensas ir?

- Por ahí.

Solté mi cabello y lo sentí totalmente pegajoso, maldita sangre ¿por que tenía que ponerse así cuando se secaba?

- No creo que hayan venido para eso ¿qué pasa?

Ambas se miraron y sonrieron.

- Como sabes esos enormes bichos atacaron la ciudad entonces...

Ariana fijo la mirada en su pie.

- Aila se quedará está noche aquí, mañana tendrá entrenamiento con Marc que llegará está noche.

Las mire confundido.

- Digamos que no puede defenderse sola y eso hace que sea más vulnerable.

Yo asentí. Una sirvienta entró a mi habitación para darme una toalla de bata.

- Prepara una habitación tendremos visitas.

La mujer asintió y salió de la habitación.

- ¿Algo más?

Las dos asistieron.

- ¿Qué pasará con Apolo?

- Los chicos lo traerán mañana, parece que se pasaron con el de tragos.

Yo sonreí ante la idea de que dejaron a ese pobre chico con ese par de inmaduros.

- Esta bien, yo me encargaré del resto, mañana iremos por lo de los tatuajes.

Ambas asintieron y salieron de la habitación. Mi vista se fijo en Aila, se veía como una niña indefensa ¿por que? Había sido criada por brujas y esos seres odiaban la vulnerabilidad, mientras más la miraba se iba escogiendo más en la cama.

- ¿También quieres pedirme algo?

Pregunte al analizar su nuevo look, ropa y cabello.

- N-no sólo...

Sus ojos azules me miraron con terror, no la culpaba yo generaba miedo y no quería ni imaginar cubierto de sangre.

- ¿Que?

- ¿Quién es Marc?

- Será el nuevo Alfa de los lobos guerreros, ya respondí tu pregunta ahora largo de mi habitación.

Me di la vuelta y entre al enorme baño, me apoye en la puerta y mire mi reflejo en el enorme espejo.

Era un maldito monstruo.
Mi cuerpo estaba cubierto de sangre seca, mi cara era la más sucia, mi cabello largo estaba hecho un desastre y cubierto de pasto y sangre.

Sangre.  Ese preciado líquido que corria por nosotros, muchos luchaban por un poco de esta otros  simplemente la querían ver correr.
Siempre me enseñaron que la sangre es la equivalencia a la vida. Ese espeso líquido carmín que me encantaba ver manchar mis manos, después de ese día tuve una extraña fascinación  por la sangre, me encantaba matar y ver sufrir.

* Ahora mirate, estas sufriendo y te sientes al borde de la muerte*

Abrí los ojos con horror cuando mis ojos la vieron en el espejo, me voltee pero no había nada.

- Alex, Alex ¿qué más esperas para morir? Haz sufrido más que sido feliz y supongo que de ahí viene tu sed de sangre, tu no puedes vivir y esperas que los demás no lo hagan.

- Mónica.

Ella sonrió y desapareció como vino.

¿Qué demonios me pasa? ¿Acaso me estoy volviendo loco? Mi cuerpo se entumecio haciéndome agarrar con fuerza del mármol del lavado.
Te necesito. Quiero ver sus hermosos ojos tormenta tranquilizandome, necesito oir su dulce voz  callando mis demonios, su olor impregnandose en mi, su sonrisa que ilumina mi vida. La necesito, necesito a mi Victoria a mi gatita.

- Te necesito.

Golpee mi frente contra el mármol mientras las saladas lágrimas corrían por toda mi cara.
Mi pecho dolia, sentía como si me estuvieran golpeando con un martillo.

- Te necesito.

Me quite lo que restaba de ropa con pesades y entre a la ducha para poder bañarme. Apoye la cabeza en los azulejos mientras veía el agua teñida de rojo irse por el desagüe.
Era muy extraño que ni Max ni mi bestia estuvieran hablando.

- 889.

Frunci el ceño al analizar el número, 889. Había escuchado ese número, Ashton lo había dicho muchas veces pero ¿qué significaba? Piensa Alex.

- Mierda.

Me termine de bañar lo más rápido que pude y salí del baño para cambiarme con la misma rapidez.

- ¡ALEXANDER CUIDA LA MANADA MIENTRAS NO ESTOY!

El pobre chico me miró confundido, tome mi moto salí a toda velocidad de ahí, por Selen si no estaba allí no sabía dónde podía estar.

Ariana y Cristal me esperaban paradas a mitad de la carretera, cuando me escucharon encendieron las motos, yo acelere aún más para mostrarles donde había que ir.
Pronto llegamos a la ciudad, está no había sido destruida por los gusanos y lo agradecía mucho, las calles estaban atestadas de gente disfrazadas y bailando. Mire a Ariana y a Cristal pero ellas se escogieron de hombros.
Personas pasaban frente a nosotros bailando con abanicos y cintas, otros simplemente trataban de bailar como los expertos.

Mi vista de fijo en cada una de las personas, nada llama mi atención.
Sólo olfateo sudor y  hormonas. Nada sobrenatural o extraño.
Esto de verdad es muy extraño, Ariana y Cristal me miran como si supieran lo que pienso.

Pare a un chico casi desnudo que va pasando frente a mi.

- ¿Que es todo esto?

El chico hace un movimiento extraño para después responderme sonriendo.

- Es el día de la posesión. Es asombroso.

Se suelta de mi agarre y se va bailando aún más feliz y contento.
¿posesión? ¿posesión de que demonios?

Las ideas se escapan de mi cabeza cuando somos capaces se movernos, aceleró al máximo hasta llegar a este horrible lugar.

Te Encontraré. #segundo LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora