capitulo 68

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Mis ojos se abrieron a su máximo y di un paso hacia atrás mirando a mis acompañantes, todos los hombres lobos tenían orejas de lobo y largos colmillos, los ojos de Malec se habían vuelto violetas y Desmont ahora cargaba una aura oscura.

Miré a Nicolás pero el estaba igual y Daniel estaba igual que los demás lobos.
Cristal tenía unas orejas de lobo, ojos rojos colmillos crecidos y una esponjosa cola, Ariana tenía unas orejas puntiagudas unos ojos negros y unos largos colmillos.
Sentí a Nicolás apretarse a mi pierna.

- Muestra tu verdadero tu, el lema del inframundo. Todo aquello que tenga sangre o esencia del Inframundo lo mostrará.

Me voltee a ver a Alanna que ahora estaba transformada.

- Tus ojos de Dragón Victoria.

Me dió la espalda y empezó a caminar por el largo pasillo.

- Reglas del Inframundo Vic, tranquila.

Alex rodeo mi cintura y empezamos a seguirla.
Alanna nos iba mostrando el camino por los largos pasillos.
Las criaturas caminaba sin prestarnos la mínima atención, caminaban sin mucha prisa. Algunos guardias estaban distribuidos por los pasillos y otros caminaban por ellos.
El techo era extremadamente alto y las paredes se veían de colores oscuros con toques de colores vibrantes y flores por todo el lugar.
Era la combinación perfecta, oscuridad y color.

- Mi padre los está esperando en el salón de justicia.

Alanna habló. Mis ojos se dirigieron  hacia ella y yo apreté la mano de Nicolás levantandolo del suelo.

- Este lugar da un poco de miedo.

- No te pasará nada cariño.

Bese su frente y el miro a su padre. De su cráneo nacía una corona de lo que parecían ser huesos negros, punteagudos y  curvado que salían de su frente y combinaban con su largo cabello.

- ¡SEÑORITA MELINOE!

El grito hizo que me sobresaltara y mirara hacia la voz.

- ¿Que pasa?

- Su padre, madre y hermana la esperan en el  hibernadero de su madre.

Alanna rodó los ojos.

- ¿Dónde está Troy?.

- Está atendiendo unos asuntos con su tía Hera princesa.

Alanna bufó.

- Ok, iré hacia haya.

El pequeño hizo una reverencia y se fue.

Nos miro a todos y sonrió tensa.

- Por acá.

Nos señaló un largo pasillo, en el no transitaban demonios y los alrededores eran dos espacios llenos de hierva y en un lado el icónico y enorme árbol de granada, unas puertas de vidrio estaban al final del pasillo que era custodiada por dos guardias.
Ellos la abrieron y entramos al enorme hibernadero.
Había flores por todas partes, algunas crecían libres y otros estaban podados.

- Melinoe hermana.

Una chica se abalanzó sobre ella abrazándola, su ropa era blanca como la nieve y poseia un abundante cabello pelirrojo.

Después de darle varios besos nos miró.

- Hola a todos.

Todos hicieron una reverencia que yo repetí.

- Ari por papá ¿Puedes ayudarme?

- ¿A qué?

- Ya sabes...

Te Encontraré. #segundo LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora