capítulo 47

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Especial de Ariana...

Salí de la habitación donde me había tocado y empecé a buscar a mi mate, sabía que mi maldito pasado  alejaría a Mateo de mi.
Mis pies hacían el menor ruido posible mientras salía de este laberinto de habitaciones y personas.

- Hermosa Ariana.

Frene en seco al escuchar la voz de alguien llamándome. Fijé mi vista en el hombre que miraba atentamente la chimenea frente a él.

- Deberías de dejar de pensar en ese hermoso lugar.

El sonrió.

- Es el infierno querida, no es que pueda olvidarse muy fácil.

Podía sentir el dolor en el hombre al recordar ese lugar, sólo había ido pocas veces pero no me habían quedado ganas de volver.

- ¿Que haces aquí Desmont?

Sus ojos rojos me miraron con atención.

- Lo mismo me pregunto ¿qué haces aquí?

- ¿Te parece extraño? No entiendo el por que, este es mi lugar.

- Aveces uno no es del lugar donde lo vieron crecer, estas con ellos por otra razón, pero se que no querrás contárselo a este viejo demonio.

Suspire con resignación al sentir que por fin una persona lo había notado. Mire hacia la puerta de salida pero me senté a los pies del hombre.

- Siempre busque quién era, recorrí cada rincón del mundo y cuando encontré ese lugar hice todo para que fuera mi hogar, construí mi casa y todo lo que necesitaba.

- ¿Qué haces aquí pequeña?

- Mi hermano me necesitaba.

- Ya lo hiciste ¿que sigues haciendo aquí?

- Mi familia me necesita.

- Entonces te pregunto ¿Por qué te sientes así? Si sabes que estas ayudando a las personas que más amas.

Baje mi vista hacia el suelo alfombrado y ese inconfundible dolor se instalo en mi pecho.

- No lo sé.

- Que extraño, dijiste que te habías encontrado ¿Porqué no lo sabes?

Me encogí de hombros aún sin mirarlo, podía sentir su mirada fija en mi y eso me ponía aun mas nerviosa. Sentí como el símbolo de equilibrio se movía por mi piel, era como sentir unos dedos fríos recorrer mi piel.

- Supongo que fuiste a la isla del Anubis.

Sonreí al saber que el muy maldito había leído mi mente.

- Exactamente, cuando llegué a ese lugar y encontré a Walfus sabía que era mi lugar, ademas estaba alejado de los insoportables humanos.

- Una isla alejada de los humanos es una buena opción pero... ¿Como encontrarías a tu mate?

Por fin alcé la mirada y pude vislumbrar un brillo de confusión en la mirada de Desmont, sus dedos enguantados en negro hacían resaltar aún mas sus largos dedos y garras, era un demonio muy guapo, interesante y viejo.

- No lo creía necesario, el sexo dejo de importarme hace mucho así que simplemente me concentre en quererme a mí misma como tanto me había negado a hacerlo y cuando esa necesidad me consumía me acostaba con Walfus. Me concentre en amarme y probar cosas desde mi hermosa soledad.

El demonio me miró con una sonrisa complaciente.

- ¿Eso es ser egoísta?

Le pregunté haciendo que el negara con diversión.

Te Encontraré. #segundo LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora