Te Encontraré. #segundo Libro

capitulo 38

Victoria me miraba con total atención, me había alejado de nuevo de ella.

La madera del árbol rasguñaba mi espalda, necesitaba sentir dolor este maldito remolino en mi cabeza me volvería loco.

- La conocí cuando era un niño.

Victoria me miro confundida.

- Su nombre era Monica, me enamoré perdidamente de ella.

Victoria se arrodillo en el pasto haciendo que su vestido se ensuciara con el mismo, sus ojos grises me miraron entre abrumados y confundidos. Los recuerdos volvieron a invadir mi mente haciendo que mirara a la muy estrellada noche.

- Tenia unos 10 años cuando la conocí.

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Estaba acompañando a mi padre a hacer guardia con los guerreros, Cristal iba a un lado de el mientras yo sostenía su mano. Era mi primera vez haciendo guardia así que tenia un poco de terror. Íbamos caminando por los lados de la frontera cuando un llanto alerto a todos. Cristal dijo a los hombres que revisaran que era.

Me puse detrás de mi padre cuando esto pasó, los hombres se acercaron a el.

- Es una pequeña niña alfa.

Mi padre tomo a la niña en brazos y le pregunto como es que había llegado allí.

- Estaba jugando con mis amigos, uno de ellos propuso que vinieramos aquí ya que dicen que aparecen cosas.

La niña se sonrojó haciendo que yo la mirara con atención, no paraba de hablar con mi padre haciendo que el riera.

- Papá.

La niña fijo sus bonitos ojos verdes en mí , me escondí detras de mi tía haciendo que ella riera.

- ¿Como te llamas?

Arrugue la nariz, que chismosa era.

- No te importa.

Me cruce de brazos haciendo que ella me mirara ofendida.

- ¿Es siempre así de grosero?

Mi padre me miró mal, sentí mi cara caliente y abrace a mi tia de la pierna.

- Sabes como es Alexander, pero ahora lo importante es encontrar a los padres de la niña.

Mi papá asintió y la coloco en el suelo a un lado de mi, me sentía raro no sabia por que.

- Ahora si me dirás como te llamas.

La mire de reojo, era bonita y sus ojos llenos de curiosidad hicieron que dijera mi nombre.

- Alex.

- Lindo nombre, mi nombre es Monica .

Me extendió su mano haciendo que yo se la estrechara.

Miré al cielo nocturno sobre mi, mis garras rascaban la madera del árbol a mis espaldas.

- ¿Que paso despues?

Mire a Victoria.

- Crecimos, llegaron los sentimientos, las hormonas y todas esas mierdas.

Mi padre no era muy feliz por esto, decía que esa chica seria mi perdición. Pero yo era joven y no media consecuencias. Era muy controlable y estúpido.

- ¿Estaban muy enamorados?

Sonreí sarcásticamente ante la pregunta de la que ahora era la mujer que ponía mi mundo de cabeza.

- Eso supuse, al menos yo si lo estaba.

- ¿Supusiste?

Quité la mirada del cielo para poder mirarla. Su cuerpo se estremeció al sentir mi mirada. Era tan jodidamente hermosa.
Me acerque a ella con paso y me arrodille.

- ¿Estas segura que quieres saber?

- Si.

- Tienes que saber que no te digo nada de esto para lastimarte ni nada por el estilo... Solo quiero que me conozcas un poco más.

Ella asintió y tomó mi mano.

- Alex sé que no lo haces por eso pero... ¿por qué me cuentas ahora?

- Hermosa, dejame terminarte de contar todo esto.

Ella asintió concentrada en mí para después acomodarse.

- Mi papá me dijo que no era una buena chica, mi madre se dio cuenta pero claro esta yo no les hice caso y seguí con ella. Empezaron los problemas cuando mi padre murió, ella decía que aun no estaba listo para ser alfa, le hice caso y pues encontré a la bruja.

Necesitaba un cigarro. Pero no había uno cerca de mí.

- ¿Terminaron cuando eso paso?

- Yo había suprimido a mi lobo y empezamos a pelear por eso, cada día que pasaba nuestra relación empeoraba.
Hasta cierto punto yo empecé a madurar al igual que ella, me recordaba que encontraría a mi mate y la abandonaría. Tenía razón pero yo no quería admitirlo así que le prometí que rechazaría a mi mate por ella.

Victoria me miro con atención, sabia que me estaba pidiendo unos minutos para procesar toda la información que le había dicho, mire al cielo nocturno tratando de parar el torbellino de emociones que se instalaban en mi pecho y me hacían querer llorar.

- ¿Que pasó después?

No fui capaz de mirarla.

- Paso lo de la poción, ella se quedo conmigo mientras no podía moverme pero sentía que algo no andaba bien en ella. Su olor había cambiado al igual que su comportamiento hacia mí, parecía que me repugnaba por una razón que yo desconocía. Me hacia sentir mal por mi padecimiento, me recalcaba cada día que fue culpa mía lo que me había ocurrido, que ella me lo había advertido centenar de veces...

Tomé una fuerte bocanada de aire tratando de recuperar la voz que se me iba perdiendo, pensaba que no me doleria al contar todo esto pero lo estaba haciendo y más de lo que pensé.

- Le dije que se largara, me tenia hasta los cojones de sus reprimendas del demonio hacia mí, ella se fue llorando y yo me sentí culpable. Lo siguiente que escuche fue su desgarrador grito de dolor, no se como logre levantarme pero lo hice y salí de la manción y allí estaba Marcus con el cuerpo ensangrentado de Monica en sus brazos.

Me dijo que tenia tanto poder sobre mi que podia hacer y deshacer mi vida en tan solo segundos y lanzo su cuerpo a mis pies, declaro que estaria condenado a ver morir todo lo que amaba y se fue. Ninguno de mis hombres se movió ni atacó, todos estaban paralizados ante la horroroza escena y hay nos dimos cuenta que ese ser era más poderoso de lo que pensamos.

El dolor se extendió por todo mi cuerpo, haciendo que el aire se fuera de mis pulmones y apretara los puños con frustración.

- ¿Murió? Pero Alex no...

- Eso creí, o eso supuse hasta hace un mes. Murió para estar eternamente con Marcus y ahora está aliada con el Luxurus decidida a matarme.

No escuche absolutamente nada de ella, mire al cielo tratando de buscar alivio al enorme dolor que se extendía por todo mi cuerpo. La había amado con toda mi alma y ella simplemente me pago de la peor manera, aunque ahora sabía que la abandonaría cuando llegara mi Victoria eso no era motivo para que ella me hiciera eso.

- Alex.

- ¿Huh?

Fije mi vista en ella para poder mirar su expresión. Espere odio, repugnancia pero simplemente vi su  auténtico amor hacia mi.
Se levantó del suelo y me abrazo.
Escondí mi cabeza en su cuello para poder apretarla contra mi.

- ¿Aún la amas?

Negué frenéticamente con la cabeza.

- Claro que no, deje de amar a esa criatura desde hace tiempo sin nisiquiera notarlo.

Me apretó aún más fuerte con su cuerpo.
Tenía muchas más cosas que explicarle pero dejaría que ella hiciera las preguntas.