Capítulo 28

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Si todo este tiempo estuve con mi tía , la hermana de mi padre Kenya. Realmente todo fue pura coincidencia, ella hacia algunos "trabajos" cuando me la encontré en uno de los bares de mala muerta en donde intentaba conseguir información de Mariano Lukasiak. Tuve que suplicarle que no dijera nada de mi paradero y luego de muchos ruegos acepto a cambio de que me quedara en la casa de ella. Y si mi querida tía tiene una gran casa aquí en Canadá.

La realidad de todo el caso es que cada día que pasaba me perdía más y más. Todo lo que negué y ahora me encontraba en mi punto de inicio.

-    Adiós- dijo esta dejando un beso en mi cabeza antes de irse.

(...)

Sola nuevamente, pensé. Y al igual que todos los días salí de mi cama, me coloque mi peluca nuevamente. Un vestido negro más debajo de mis rodillas, zapatillas y un gran abrigo negro que me cubriera del frío. Agarré el crucifijo y salí de la casa camino al único lugar que me daría paz.

-    Dime hija ¿Cuáles son sus pecados?- pregunto el padre. El único que sabía mis secretos, mis vergüenzas, mis pecados.

-    Perdóneme padre por que he pecado- susurre y tome una gran bocana- El número aumento a 13- susurre, escuché como comenzó a rezar y como cada vez que iba me levanté evitando que alguien me viera y sin completar mi confesión.

Día tras día buscando el perdón, la redención todos los pecados que jure no volver a cometer y hoy son mi energía para continuar y no me arrepiento.

(...)

Necesitaba rehacer mi vida y eso haría, pero no ahora.

(....)

Mire desde el auto la gran casa frente a mi y sonreí. Siempre volviendo al mismo lugar. Casi un año desde que me fui y ya podía imaginar la cara de todos al verme. Abrí la puerta del auto y baje. Mire mi vestuario, pantalón ceñido, crop top blanco y mis botas de tacón hasta la rodilla.

-    Señorita- Dijo Martín bastante sorprendido.

-    Martín- sonreí y pase por su lado. Me dirigí a la puerta de entrada, di algunos pasos cuando alguien grito.

-    ¡Abrielle!- voltee a verlo y bueno mis padres tienen buenos genes.

-    Hermanito- dije con una sonrisa de lado. El llegó hasta mi y me abrazo. Y como no si la última vez que estuve aquí el no estaba. ¿Se preguntan cómo es que alguien del sexo opuesto me está tocando?, bueno durante estos meses hice suficiente cosas horribles como para superar el simple hecho de que un hombre este en mi espacio.

-    Tiempo sin verte- Dijo estrujando mi cabello, diablos mi hermano apenas iba a cumplir 17 años y era una cabeza y poco más alto que yo.

-    Eres un cavernícola- me queje.

-    Así me quieres- Dijo encogiéndose de hombros.

-    Así es- dije y bese su mejilla marcando mi labial en el- Ahora, hablamos más tarde voy a ver a nuestros padres- dije y el asintió mientras ponía mala cara intentando sacar el labial rojo.

Camine hasta el despacho y sin tocar abrí la puerta.

-    Diablos- gritamos todos al unísono. Sin pensarlo lleve una mano a mis ojos mientras comenzaba a reír.

-    ¿Abri?- Hablo mi padre.

-    ¿Ya puedo ver?- dije entre risas, ellos carraspearon y yo quite mi mano. Al ver que ambos estaban presentables, sonreí- Hola a ustedes- murmure burlona.

- ¡11 meses y medio!- grito mi madre y yo sonreí inocente.

-    Por que no mejor me abrazan y luego me regañan- susurre y ambos se miraron antes de aproximarse hasta mi.

Born Inside the Mafia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora