21. Aclaraciones

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Veo a Claude muy furioso, agarrando a Byron del cuello de la camisa, muy cerca de su propia cara. Byron sólo le dirige una mirada seria, sin mucha expresión, mientras a él se le nota la ira en cada gesto que hace. De repente comienza a golpear a Byron y lo empuja hasta la pared para que no se pueda mover. Byron intenta defenderse y contratacar, pero a pesar de que Claude sea un poco más pequeño que él, no consigue liberarse. Me parece notar que la casa retumba a cada golpe que Claude le da a la pared con el cuerpo de Byron, pero supongo que eso sólo son mis imaginaciones.

Bryce se acerca con mucha urgencia a ellos para intentar separarlos, ya que cada vez se pegan con más fuerza; pero no consigue nada, mas que recibir algún que otro golpe. Sin pensarlo dos veces, me acerco a ellos para hacer que se paren y me pongo entre los dos. Al fin y al cabo, si Claude está aquí y está sucediendo esto es por mi culpa, de alguna manera u otra. Byron para justo al verme entrometerme en la pelea, pero Claude parece estar tan ciego de furia, que sigue intentando atacar. Unos golpes los da al aire, pero sin querer, (eso quiero creer, al menos), me golpea en la cara.

Todos nos quedamos quietos, incluyendo a Claude, después de lo que pasa. Parece que al oír el golpe del impacto de su mano contra mi cara todos reaccionan y se percatan de lo que está sucediendo. Me toco con la mano la mejilla donde me ha dado Claude, y noto la mejilla caliente. De repente una oleada de ira se apodera de mí y me abalanzo sobre Claude, intentando pegarle con los puños en el pecho, pero noto que él me coge por la cintura para detenerme y luego se pega a mí y me abraza. Es la primera vez que me doy cuenta de lo grandes que son sus manos. Prácticamente me rodean toda la espalda. Me hace sentirme segura, su tacto es reconfortante, extrañamente. Noto que se relaja completamente y que se queda medio inconsciente, mientras apoya todo el peso de su cuerpo en mí. Lo miro y veo que tiene toda la frente sudorosa y la cara roja.

*********

Después de todo lo que ha sucedido, con la ayuda de Bryce y Byron tumbo a Claude en el sofá del salón. Me dirijo a la cocina sin mirar a los chicos, todo esto que ha sucedido me ha dejado de piedra. Termino de hacer la cena, la sirvo en unos platos y la llevo al salón, donde me siento en el sofá junto a Claude. Cada vez que lo veo dormido, me entra una ternura inexplicable hacia él, a pesar de que siempre sea tan borde y desagradable conmigo. Apoyo su cabeza encima de mi regazo, y como la otra vez, le acaricio el pelo, (es algo que me entretiene mucho y hago sin pensar).

—Byron, dejemos las cosas claras, ¿quieres? —comenta Bryce mientras comienza a comer.

—No hay nada que explicar —responde mirando a otro lado, intentando evadir el tema.

—Sí, mejor aclaremos esto —asiento y dejo en la mesa el bol que acababa de coger. Bryce me mira invitándome a explicarme y me aclaro la garganta—. Porque todo esto comienza a rozar lo absurdo.

—Yo no le veo nada de absurdo a esto —comenta Byron.

—Sobre todo a tu forma de actuar —remarco mirándolo de reojo—. Ayer Byron y yo nos encontramos en la calle, cuando los dos nos habíamos saltado las clases. Dimos una vuelta e hicimos la compra.

—¿¿Qué?? —Bryce comienza a reírse sin parar—. Byron, muy brillante no eres. Intentar seducir a una chica llevándola a comprar lechugas...

—Perdona, pero aquí, este idiota rubio, gracias a llevar a Mia a comprar lechugas ha conseguido más que lo que tú habrías conseguido con tu «reglamento del buen caballero» —le responde con una mueca de molestia—. Ya has visto cómo estaba aquí, en mi casa —remarca notablemente la palabra "mi" y alza la cabeza con orgullo mientras se cruza de brazos.

—Bueno, como decía... Byron me explicó que no comía apropiadamente desde que... —me percato de que estaba a punto de sacar a colación un tema que igual era mejor no mencionar—; bueno, básicamente, que no comía bien.

—¿Y por eso tú decidiste hacer de madre y cocinarle algo? —me pregunta Bryce alzando una ceja inquisitiva.

—Exacto, eso fue lo que pasó —asiente Byron, dándome la razón.

—Ahora que lo pienso, siempre andas comiendo bocatas y patatas y cosas así... —añade Bryce pensativo.

—Ese mismo día una chica nos hizo caer y como ambos nos manchamos el uniforme, él me dejó su jersey. En principio tenía pensado venir ayer, pero después de todo lo que pasó... he tenido que venir hoy, pero no tenía intención de quedarme tanto tiempo.

Noto que Claude se revuelve un poco, pero no despierta.

—Nos has preocupado mucho, Mia —suspira Bryce dejando el plato vacío sobre la mesa—, sobre todo a Claude. Te ha llamado muchas veces —añade—, quizás más de 30. Ya sabes lo obsesivo que puede llegar a ser —añade con una ligera sonrisa.

Le miro extrañada y voy a comprobar mi móvil. Juraría que tenía el móvil encendido, siempre lo tengo conectado. Lo cojo de mi bolsa y me doy cuenta de que está apagado.

—Qué raro, no sabía que lo hubiese dejado apagado —comento asombrada.

—A ti también te hemos llamado —dice Bryce mirando a Byron.

—Ya, me lo suponía. Por eso lo he puesto en silencio —responde tranquilamente.

—Sigo convencida de que tenía el móvil encendido cuando he llegado.

—En efecto, lo tenías encendido —suspira Byron—. He sido yo quien lo ha apagado —confiesa sin ningún pudor.

—Claude está en lo cierto, eres un cerdo, Byron —Bryce le mira fijamente—. No eres el único y lo sabes, así que no intentes coger delantera —se gira hacia mí—. Claude estaba muy preocupado. Hemos venido hasta aquí para buscarte. Lo ha hecho sólo por ti

Lo miro sorprendida, no me puedo creer que Claude haya venido a por mí hasta aquí, a pesar de tener fiebre. Me alegra mucho que haya venido, nunca me he sentido tan feliz de verlo, me ha salvado, por así decirlo, de Byron.

Inazuma Eleven - Amor inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora