42º Comienzan los juegos

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Intento no parecer impresionada al ver a Ceres, dirijo a Claude a una camilla y lo tumbo.

MIA: Hala, sé buen chico y quédate ahí quietecito mientras yo me voy al gimnasio a entrenar, ¿de acuerdo?

Me despido de Claude con suavidad y antes de salir de la enfermería, le sonrío a Ceres y le digo que como me entere de que le ha cuidado mal que se le va a caer el pelo.

Vuelvo al gimnasio y me uno al grupo de lacrosse, que me ofrecen con una gran sonrisa un stick. Necesito distraerme un poco, tengo demasiadas cosas en la cabeza.

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Por fin ha llegado la semana de las competiciones. Claude ya está casi recuperado, pero a pesar de que le insista en que no debería de participar la primera semana al menos, ha decidido venir.

Por cada deporte, se celebra una especie de torneo, con eliminatorias y finalistas. Por lo tanto, vamos a jugar varios días un mismo deporte.

Hoy se celebran los de fútbol y campo quemado, entre los que participo. Es como una especie de inauguración. El fútbol, porque somos bastantes los que jugamos; y campo quemado porque todos los alumnos participan en ese juego. Así que parece que este día será tranquilo, por el momento.

Las chicas de clase nos reunimos en el vestuario, donde nos comenzamos a cambiar haciendo ruido y alborotando el ambiente, nerviosas y deseosas de comenzar con las competiciones.

En cuanto salimos del vestuario, nos dirigimos a un tablón donde pone contra quién vamos a tener que jugar. Vamos a empezar con campo quemado, y nos vamos a tener que enfrentar a la clase de Bryce, de entre las ocho clases que somos. No está mal.

El profesor de gimnasia nos llama a todos y nos acercamos a él.

PROFESOR: Bueno, chavales. Por fin ha llegado la fatigosa semana de competiciones. Espero que todos os hayáis apuntado en los deportes convenientes, y no estorbéis a los demás jugadores de vuestro mismo equipo.

Nadie le hace mucho caso, todos estamos hablando animadamente entre nosotros, así que pega dos gritos y nos deja firmes.

PROFESOR: Tú, Claude. ¿Se puede saber qué haces aquí? ¿Ya estás debidamente recuperado?

CLAUDE: Sí, señor, estoy perfectamente. Vamos a reventar a los rivales —dice confiadamente, como siempre.

El profesor sonríe.

PROFESOR: Así se habla, Claude —se aclara la garganta—. Bueno, pues ya sabéis. ¡¡A ganar a la 3-D!! ¡¡Que sepan a quiénes se enfrentan esos piltrafas!!

Como nadie le secunda muy animadamente, no manda hacer flexiones como castigo. Siempre había sabido yo que ese profesor no era muy normal.

Nos juntamos todos en el campo de juego y cada uno busca una posición. Comienza el juego. Sólo somos once chicas, y no todas son muy deportistas. La mayoría esquiva el balón soltando gritios, como si tuviese alguna enfermedad contagiosa. Bueno, aunque admito que yo también soy de las que hace eso, una vez que cojo el balón e intento eliminar con él a alguien, no lo consigo, soy muy mala. Esa parte mejor que se la deje a Akari, que tiene mucho más brío que yo.

En cambio los chicos son mucho más lanzados, tiran la pelota como bestias y se lanzan a cogerlas también como unos animales.

Di que gracias a los chicos de clase, los dieciséis que hay, hemos conseguido ganar a la clase de Bryce, en la que la mayoría son chicas que no hacen nada.

A la tarde, después de comer, mejor dicho, nos ha tocado la competición de fútbol. En esta ya me he separado de Akari y Kohaku, que tienen sus propias competiciones. Akari de baloncesto y Kohaku de tiro con arco.

Como hemos tenido que jugar contra una clase en la que no hay ningún jugador del equipo de los "Dragones de Fuego", nos ha sido fácil ganar sin hacer mucho esfuerzo. Un par de supertécnicas y ya hemos ganado.

En cambio, mañana será aún más complicado todo. Hay muchas más competiciones.

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Me levanto con ánimo al día siguiente, y voy bailando por toda la casa para preparar el desayuno y vestirme. Intento ser positiva, hoy tengo muchas competiciones. A ver que piense... está el de lacrosse, voleyball y fútbol de nuevo. Parecen pocas pero me estoy imaginando lo agotador que va a ser.

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Volvemos Claude y yo tranquilamente, después de un agotador día.

CLAUDE: Bueno, ¿qué tal las competiciones? ¿Muy cansada? —se mofa.

MIA: Sí, querido. Estoy agotada, no como tú, que sólo has tenido que jugar al fútbol contra otra clase inútil.

Noto que Claude contesta algo, pero no lo registro. Noto la cabeza embotada, estoy mareada, y me da vueltas la cabeza. Me paro a respirar, y me apoyo en una pared. Claude se da cuenta de que me he parado y me espera.

CLAUDE: ...ás bien, Mia? —oigo que me pregunta.

MIA: Sí, sí. Sólo estoy un poco mareada. Ahora se me pasa —comienzo a toser, y noto algo caliente en mi mano. Miro qué es, y veo sangre. De repente mi mente se queda en blanco y caigo al suelo, continúo tosiendo y sangrando.

Hacía mucho tiempo que no me pasaba esto, no me lo esperaba.

CLAUDE: Mia... ¡¡Mia!! ¡¡¡¡¡MIAAAAA!!!!!

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Holaaaa

Siento haber tardado tanto en publicar, jeje. Estoy muy liada. Espero que no hayáis dejado de leer mi historia por este lapsus de unas semanas T.T

Bueno, espero que os guste la continuación ;)) Muchas gracias por leer la historia.

Inazuma Eleven - Amor inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora