Inazuma Eleven - Amor inesperado

19. Yuri

Salgo de casa corriendo, para llegar lo antes posible al instituto. Antes de entrar al recinto, me parece ver una sombra moviéndose detrás de mí, siguiéndome, más que nada. Me da mala espina, así que decido darle esquinazo o pillarla in fraganti. Comienzo a correr de nuevo, bordeando el instituto, pero al de un rato corriendo, mientras paso por una esquina, me doy la vuelta bruscamente y me paro. Entonces la veo, es la chica que chocó contra mí ayer, la de los ojos rojos.

—¿Quién eres? ¿Por qué me sigues? —le digo con voz grave. La chica retrocede un poco. Mierda, no quiero que se escape ahora—. No te vayas, sólo quiero saber por qué me seguías.

—Esto... soy Yuri, ayer me llamaste la atención. Bueno..., me ha llamado la atención que seas tan cercana a Byron —me responde sin cambiar de expresión.

—Bien, Yuri, me parece fenomenal lo que me has dicho, pero... si quieres algo de mí, dímelo y no me sigas como una perturbada. He llegado a pensar cosas realmente malas sobre ti.

—Esto... sí, lo entiendo. Pero no es fácil para mí acercarme a todos vosotros.

—Bien, bien —digo ignorándola—. Pero... ¿querías algo de mí? —le pregunto un poco cansada.

—Sí, quiero ver a los chicos entrenar, ¿no estaba lo suficientemente claro? —dice como irritada por no saberlo.

—No, lo siento, me parece que no te expresas con total claridad. De todas formas, ¿qué problema hay? Puedes ver entrenar a los chicos cuando quieras.

—Ya... es todo tan fácil para ti...

Y antes de que me dé cuenta, ya se ha ido.

Voy a clase finalmente, y presento mis disculpas ante el profesor, esta vez también es el de literatura, y le explico que Claude está enfermo y que he estado con él. Cómo no, los comentarios del profesor y de los alumnos son inevitables.

Al momento me arrepiento de haber explicado en totalidad lo que ha pasado, porque los demás han comenzado a imaginarse historias raras sobre nosotros. Akari me mira con complicidad, Kohaku me sonríe y algunos chicos hacen el típico "fiu, fiu" silbando.

—Llévale luego los deberes, ¿vale? —me dice el profesor.

—¿Y por qué yo? Mándele a Byron ese recado, él lo conoce mejor. Sabe dónde vive —le contesto, poniendo pegas.

—¿Y entonces por qué él no sabía que estaba enfermo y tú sí? —me contraataca.

—Porque yo hago mejor papel de amiga que Byron —digo con sorna—. De todas formas, ya le llevaré yo los deberes.

Las clases transcurren muy lentamente sin un Claude que me moleste. Qué cosas tiene la vida. Cuando Claude está en clase deseo que desaparezca, pero cuando no está, deseo que estuviese.

Sigo pensativa sobre la chica que me seguía, esa tal Yuri..., y sobre lo que me dijo Claude del baile. En cuanto pienso en esto último, noto que me pongo roja yo sola.

En medio de clase, oigo que mi móvil vibra, es un mensaje. Sin que el profesor se de cuenta, lo abro y leo que es de Claude.

"Por cierto, se me ha olvidado preguntarte a ver si ayer encontraste algún piso, quiero deshacerme de ti cuanto antes".

Este Claude es idiota. ¿Me manda un mensaje en medio de clase sólo para preguntarme esa gilipollez? Cada día supera su propia idiotez.

Le respondo:

"A ver, ¿pero tú eres retrasado, o qué, Claudio Beicon? ¿No eres consciente de que estoy en medio de clase? ¿Quieres que me vuelvan a castigar? Ése es tu plan, ya veo, traidor. Y no, por desgracia no encontré ninguno, y mira que busqué. Cruzo los dedos para que encuentre algo lo antes posible, no quiero tener que seguir viviendo contigo más tiempo."

Su respuesta no tarda en llegar. Es un cabronazo en el fondo. Lo hace todo a propósito.

"Si me estás respondiendo es porque tú quieres. Ya sabía yo que eras de esas que puede hacer lo que quiera en clase sin que nadie se entere. Me alivia saber eso, puedo hablar contigo en clase por el móvil con tranquilidad. Por cierto, no hacía falta ser tan borde, por cierto. Recuerda que estoy malito y necesito que me traten bien y me cuiden."

Después, yo le respondo:

"Bien, bien. Ahora tenemos a un princeso chamuscado que se hace el víctima y el indefenso. Pero admite que realmente, en el fondo de los fondos, tu intención al mandar ese mensaje era que me pillase el profesor y me quedase castigada. Y no pienso hablar más contigo por el móvil. ¡Vete ya a la cama, duérmete y no despiertes nunca!"

Y él responde rápidamente:

"Me ofende que pienses eso de mí, princesa plana."

Yo le respondo igual de rápido:

"¡Admítelo de una vez! ¡Y no me llames tabla de planchar!"

Él:

"No te he llamado tabla de planchar, si no, plana."

Yo:

"¡Me da igual! ¡Admítelo y déjame en paz! Tu oscura intención era involucrarme en un castigo."

"Um... Tal vez. Quizás. Todo puede ser."

*************

El resto del día transcurre con normalidad. Le aviso a Claude por mensaje, (brevemente, para que no me responda cosas impertinentes como a la mañana), de que me quedaré al entrenamiento, y le repito que si necesita algo que me llame. Después del entrenamiento, me quedo un rato a hablar con Kohaku y Akari, que dicen que mañana quedarán a la tarde, después del entrenamiento para ir de compras, y que si quiero, que les acompañe. Les digo que sí y nos despedimos.

Veo que Byron se ha quedado a esperarme, aún se acuerda de lo de la cena. Mientras salimos del campo, le comento que me he encontrado con la chica que nos hizo caer ayer, y que se llama Yuri. Cuando giramos una calle, me parece verla por el rabillo del ojo, observándonos. Me da un escalofrío y me giro hacia Byron, pero para cuando vuelvo a mirar, ya se ha ido. Decido no preocupar a Byron con esto.