Sueño Humedo

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Aquellos, rosados pezones hicieron que pasara mi lengua por mis labios, haciéndome preguntarme que se sentiría pasar mi lengua por estos, lamerlos y luego chuparlos.

-Rosé, ¿Que dices?- preguntó agitando su cabello con su mano, mientras sus rizos caían

-¿Que?- pregunte sin entender y luego abrí mis ojos sorprendida al darme cuenta que preguntaba sobre la ropa que se había puesto

-Así, se ve muy bien- conteste de inmediato, temiendo que se diera cuenta de lo que había estado pensado, pero que podía esperar de alguien como Jennie, pues entre cerro sus ojos y empezó de inmediato a analizarme

Fue acercándose hasta quedar frente a mi, algo que hizo que mi cuerpo casi empezara a temblar por los nervios.

-Hoy te vez linda- expresó -Solo que creo que te falta, algo, uhm- se quedó pensado un segundo mietras que sus ojos corrían por todo mi rostro -Si eso es, te hace falta labia- concluyó, pude escuchar como mi corazón en ese momento se acelero incluso más y al parecer ella también lo escuchó

Baje mi mirada a mis pies para intentar no mirarla, pues sentía que algo malo pasaría si seguía manteniendo mi vista en ella.

Jennie soltó una risita, y luego levantó mi quijada con su dedo índice a obligado me a mirarla a los ojos.

-¿Que es lo que te asusta?- preguntó sentándose a mi lado y pasando su dedo pulgar por mis labios, aquella caricia hizo que mi cuerpo temblara

Negué con mi cabeza esperando que ella ya no preguntara más y se alejara sin embargo, Jennie se acercó más y más a mi, nuestras caras estaban tan cerca que podía sentir su respiración y hasta escuchar como su pecho subía una y otra vez, sin darme cuenta mis ojos se posaron en sus labios y luego los bajé hasta quedarme viendo como aquel pronunciado escote permitía ver un poco sus hermosos pechos.

Ahí me di cuenta del error que cometí cuando aquella risa volvió a escucharse, de inmediato volvió a mirar a Jennie, pero al parecer no traía la expresión que yo creía, y más bien, como siempre Jennie volvió a sorprenderme.

Pego sus suaves labios a los míos, pero esta vez no de un simple Rose de labios, sino que fue abriendo su boca para que nuestras leguas se chocaran, empezado una lucha de cual sobreviviría más.

Sin darme cuenta Jennie ahora se encontraba a horcadas sobre mí, moviendo sus caderas, en un excitante vaivén, al parecer ella era una experta en el tema, pues sabía cómo hacer que otra personas se sintiera bien.

En ese momento agradecí que solo  llevara un vestido pues fue mucho más simple solo sacar una prenda, dándole como resultado de nuevo aquel hermoso cuerpo, mientras nuestros labios seguían danzado sin parar, mis manos que se encontraban en su desnudó abdomen las fui subiendo hasta toparme con él seguro de su brasier y rápidamente lo desabroché, automáticamente me aleje de sus labios y giré su cuerpo dejado que cayera sobre el colchón, mis manos fueron subiendo lentamente, primero acariciando su abdomen y luego hasta llegar a aquella hermosa parte la cual tanto me gustaba, acaricié sus pechos, tocado sus pezones que ahora ya estaban duros por el frío, sin embargo aún así ella se estremeció y soltó un gemido, uno que fue como un canto de ángeles en mi oídos, y también que fue una perfecta señal para saber que debía continuar, fui bajando mi rostro y me detuve un segundo, cuando ya estaba a solo un milímetro de su pezón, saque mi lengua y empecé a lamer por alrededor de su pecho, y mientras más me iba acercando, más sentía como su cuerpo y el mío se sacudían y se desesperaban.

Y tal como lo pensé al chúpar su seno ella gimió a un más fuerte, este era tan suave y lindo que daban ganas de quedarse jugando con este toda la noche, repito mi acción con su otro pecho.

Mi intimidad había empezó a palpitar con desespero y llegue a la conclusión de que Jennie sentía lo mismo, lo único que mi intimidad pedía era que alguien la tocara y pusiera fricción sobre esta.

Las piernas de Jennie se abrieron por inercia haciendo me más fácil la acción que estaba apunto de realizar, abrí mis piernas al igual que ella y de la manera que mi cuerpo tanto me lo pedía, fui moviendo mis caderas, y ella hizo lo mismo, en pocas palabras yo estaba probando el cielo en ese momento, y todo hubiera seguido de tal modo si es que de pronto, aquel sonido tan conocido para mi no hubiera empezado a sonar.

Mi cuerpo reaccionó encontrándome en la oscuridad de mi cuarto mi cuarto, pues las cortinas se encontraban cerradas y las luces apagadas, suspiré y removí mis cabellos, ¿como carajos había soñado algo así?, me cuestioné, además, ¿por que carajos me había gustado tanto?

RESILIENCIA|+18|Jennie x Rose Donde viven las historias. Descúbrelo ahora