Cena familiar

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Supongo que algo de lo que no he hablado con tanta regularidad, fueron aquellas personas, que se podría decir que también pudieron haber tenido influencia en mis desiciones futuras.

Tal vez di algunos daros importantes sin embargo no los profundice, pero supongo que ahora lo haré. O eso intentaré.

Creo que puedo definir a mi familia como dos aspectos, aquel en que ya sea por costumbre, permanecía de tiempo o algo así por el estilo, no podría negar que los amaba, pero también estaba ese otro landó en el que parte de mí podría decir que de cierta manera siempre estuve segura de que en mi ser nunca iba a estar acorde a ellos.

Aunque ese hecho también me parece gracioso.
Ellos me había criado, supongo que de cierta manera habían fomentado sus ideas en mí pero algo en el proceso fallo, de hecho jamás los culparía. Supongo que como cualquiera hicieron lo que mejor pudieron.

Podría decirles que lamentaba no haber sido lo que ellos hubieran esperado de mí, sin embargo ahora tampoco me arrepiento.

La cena había empezado, cuando la conversación inició, y de hecho fue algo que me tomó por sorpresa pues conversaciones tan tribales como aquella, mi madre solía siempre intentar evitarlas.

Como antes había dicho, algo de lo que sí participaban era de su profunda lealtad hacia la religión. Y eso si le importaba, a demás no había nadie a quien incomodar con su conversación, o bueno eso creyó.

-Escuchaste las noticias, aquellas manifestaciones siguen cada vez creciendo más, pronto muchos creerán que eso es normal- No estaba segura, si es que mi padre hablaba sobre las manifestaciones gays sin embargo, su tono y la manera burlesca que lo había dicho me hizo pensarlo.
Pude haber dicho algo sin embargo sabía que al final y al cabo mi opinión importaba poco, así que solo guarde silencio.

-El sermón que el padre dio esta mañana habló sobre lo mismo, no entiendo la mente retorcida que deben tener esa gente para pensar que aquello puede alguna vez ser normal... es un pecado, uno de los peores- en una fracción de segundos mi estado de animo había cambiado, ahora la comida sabía más insípida y casi asquerosa -Pero yo culpo a la familia son los padres los que deberían arreglar aquello.

Fue ahí cuando ya no pude contener mis palabras, aunque no era de todo valiente, quise intentar algo, algo que supongo que daría una decisión definitiva o algo parecido.

-Madre, ¿qué pasaría... si es que yo fuera así?- ella inmediata miro a mi padre y ambos se echaron a reír.

-Cariño... solo te mandaría al psicólogo para que te reparen- su voz había sido suave, incluso cualquiera lo podría confundir con una caricia, una caricia que luego dejaría un moretón.

Uno que dolería más que cualquier cosa.

Ambos volvieron a reír. Estaba más que segura que habían creído que lo que yo había dicho era una broma. Y considere que aquello era mejor.

Tal vez era una cobarde, pero por aquel entonces para mí fue una forma de evitarme problemas.

La relación que mantenía con mis padres siempre fue distante y haberme declarado en contra sobre lo que ellos decían solo hubiera sido peor.

Fue eso y que de todas maneras, ni siquiera estaba segura sobre lo que pasaba conmigo.

Ya que algo que yo misma me aseguraría, o me diría durante un tiempo era que quizá solo estaba pasando una etapa, una que se curaría con el tiempo.

No quería afirmar nada, no quería declarar cosas de las que no estaba segura.

Quizá por mi bien, yo misma me dije, qué tal vez lo que sentía por Jennie solo era una confusión de sentimientos, mezclados.

Sin embargo, aquella noche llore, como nunca antes en mi vida.

Había intentado dormir, había cerrado mis ojos y me había recostado en mi cama. Cientos de imágenes, cientos de pensamiento que no dejaban de acosarme y de cierta manera lastimarme.

Fue ahí cuando, en medio de todo eso como una loca o quizá una desesperada.

Si es que él en verdad existía, si es que Dios del que mi madre tanto hablaba estaba, le pedía que me quitara el dolor, que lo sacara de ahí.

Quizá, tal vez la gente tenía razón, quizá yo misma me había estado metiendo en el lodo y embarrado todo mi cuerpo.

Sin siquiera una razón aparente.

Me sentía sola y aislada.

Por qué aunque yo misma me decía que era una cobarde tampoco había algo real por lo que luchar. Conocía los sentimientos de Jennie, sabía que yo solo era su distracción, así que tomar una decisión o creer algo que no era, era casi como una batalla perdida.

Recuerdo que antes de conocer a Jennie también solía ser el tipo de persona la cual trataba de encajar, quizá ser lo que otros necesitaban que fuera, pero ella llegó hacerme pensar diferente.

Incluso llegue a pensar que Jennie sería la única persona que me podría aceptar como realmente era, sin embargo ahora se sentía diferente.

Quizá mi imagen utópica de ella no era tan real.
Mi mente soñadora la idealizaba tanto, que yo sola me había conseguido decepcionar.

Quizá era hora de despertar y volver a cómo era antes, todo solía marchar bien, todo era más simple.

Sería lo que ella necesitaba de mi, le había abierto mi corazón, y ahora que ya sentía que dolía, por mi bien, trataría de protegerlo, como solía ser antes de que Jennie entrara en mi vida.

RESILIENCIA|+18|Jennie x Rose Donde viven las historias. Descúbrelo ahora