Por la diferencia horaria la llamada de John y de mis padres había llegado incluso antes de que en donde yo estaba fuera Navidad sin embargo aquello me había animado, los tres se habían reunido y hablamos un largo rato por video llamada, al igual que cada año mis padres habían organizado una fiesta pero había sido un lindo detalle que dejaran eso de lado para meterse en una habitación y que a pesar de estar lejos pasáramos juntos un rato.
Aquel día fue la primera vez que hablaron con Lisa ya que a pesar de que les había enviado un par de selfies que nos tomábamos juntas y les conversé un poco de ellas obviamente limitándome a decirles que era mi compañera de habitación y una increíble amiga.
Y quizá les había hablado tan bien de ella que al verla estos se emocionaron y también le desearon "Feliz Navidad".
Aquella llamada me había animado incluso más de lo que ya estaba y luego de acabar de cenar con las hermanas del monasterio estás dijeron que sería buena idea que fuéramos al pueblo ya que ahí también sabían hacer desfiles y lanzar juegos pirotécnicos.
Y eso fue lo que hicimos. Nos abrigamos de pies a cabeza y luego fuimos para allá, la nieve había cubierto cada lugar y a pesar del frío la vista era preciosa.
Habíamos hablado durante todo el camino y Lisa me contó un par de anécdotas navideñas pero la que según ella había sido la más importante fue el día en la que le dijo a sus padres que les gustaban las mujeres, siempre creyó que estos la echarían de casa o que quizá la mandarían al psiquiatra ya que nunca habían hablado de sexualidad con ella y también eran creyentes de Dios sin embargo su madre la había abrazado y su padre le había dicho que estaba orgulloso de ella, incluso habían llorado pero todo había resultado bien y de cierta manera podía decir que su relación como familia había mejorado.
Cuando llegamos las veredas estaban llenas de personas que trataban de ver el desfile y nos unimos a ellas.
Habían pasado varios carros alegóricos decorados de acuerdo a la fecha y gente que bailaba con disfraces navideños y hasta incluso varios lanzaban bolsas con caramelos.
Y durante todo ese tiempo Lisa tomó mi mano, con mis dedos entrelazados con los de ella, aquello me había hecho sentir especial, quizá muchos podían pensar que sólo éramos dos amigas más sin embargo para nosotras era algo diferente.
Al igual que otros desfiles este tenía todo tipo de personas y vi como varios chicos habían visto a Lisa y ¿quien no podría hacerlo? con ese rostro y esa perfecta sonrisa, y tener su mano me hacía sentir tan bien.
La noche siguió y luego llegó el momento más especial donde todos acudían hasta la playa o al puerto para ver los juegos pirotécnicos y así lo hicimos nosotras.
Lisa había seguido hablando y no podía negar que amaba escucharla y cada cuanto me mostraba aquella sonrisa, nada más podía hacer aquello más perfecto.
Tener a Lisa de la mano mirar el cielo y esperar a que los juegos pirotécnicos hicieran su magia.
Esta se había acercado más a mi e incluso inclinó su cabeza hacia la mía. Y esto había hecho que el momento fuera incluso más cálido.
-¿Rosé?- había dicho llamando mi atención.
Fue ahí cuando los juegos pirotécnicos llenaron el cielo de muchos colores.
-Me gustas- replicó esta acariciando mi mejilla -realmente me gustas- recalcó aproximándose a mi.
Y yo obviamente sentía lo mismo por ella sin embargo antes de responder Lisa beso mis labios.
Habían personas a nuestro alrededor y tal vez nos habían visto sin embargo esto no pareció importarle y ella continuó besándome, sus labios sobre los míos y como había hecho que mi corazón latiera hizo que sintiera más valor y me di cuenta que no quería vivir una vida basada en lo que dirían los demás, ella me gustaba realmente y Lisa no tenía miedo de demostrar lo que sentía, decía lo que pensaba y me hacía sentir bien más que cualquier otra persona y esperaba que esto jamás acabara.
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RESILIENCIA|+18|Jennie x Rose
FanfictionCeder a las tentaciones que en mi mente existía iba más allá que solo pecar. Se podría decir que todo empezó aquel viernes por la noche cuando ella decidió invitarme a una pijamada en su casa y mientras mis sentidos estaban más despiertos que nunca...