Lay

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Estacione el auto en el edificio donde estaba viviendo Kris y baje a buscarlo pregunté por él al portero y me dijo que hacía unos minutos el había salido y me apunto la dirección por donde se había ido, era difícil correr entre la multitud, pero sin duda sabía a dónde iba, a Kris le gusta caminar cuando está enojado y siempre termina en el mismo punto el parque donde solíamos juntarnos después de la escuela.

A lo lejos pude divisar a aquel chico tan alto de cabellera rubia, a empujones me abrí paso tenía que alcanzarlo cuanto antes, así que empecé a llamarlo a gritos que eran sofocados por el ruido de la ciudad.

-¡Kris espera!

El siquiera volteo, me tropecé y me levanté tan rápido como pude, Kris ya iba del otra lado de la calle, maldije por lo bajo, siempre había odiado que Kris tuviera unas piernas tan largas, nuevamente me abrí paso entre el tumulto de gente intentando llamarlo.

-Con permiso disculpen. ¡Wu Yi Fan!

El se volteo buscándome a mitad de la calle y agradecí silenciosamente que se hubiera detenido ya estaba más cerca de él, cuando entre en su campo de visión el solo dijo confundido.

-¿Lay?

La luz estaba en rojo para los autos pero alcance a ver aquel carro negro dirigirse hacia él sin detenerse. El volteo en la misma dirección que yo y fue como ver a un venado lampareado.

-¡Cuidado!

Fue lo que grité cuando mis pies se despegaron del suelo y lo empujaba lejos, sentí el fuerte impacto del coche contra mi cuerpo antes de caer al duro pavimento. me costaba respirar, escupí algo de sangre cuando Kris corrió a socorrerme.

-Eres un estúpido o que.

-Me alegra ver que estas bien.

Dije entrecortadamente mientras una débil sonrisa se dibujaba en mis labios. Con toda las fuerzas que tenía le dije.

-Tienes que cuidarlos, no importa que pase conmigo sé feliz al lado de Jun...

Cada palabra salía con dificultad de mis labios, mi pecho dolía y la visión se me volvía borrosa, Kris repentinamente era una gran mancha.

-Guarda silencio.

-Yi Fan prometelo.

Sentía como mi vida se iba extinguiendo lentamente, sentí una cálida lágrima resbalar por mi mejilla pero no era mía. El solo asintió con la cabeza. Deje salir una suave risa, era divertido esto, la manera en la que termine encontrando mi final, siempre pensé que cuando llegáramos a viejos los doce estaríamos encerrados en un asilo juntos jugando con las sillas de ruedas y saliendo nos con las nuestras.

Llegó un momento en que todo se volvió oscuro, pero aun así podía seguir escuchando a Kris gritando cosas. "Por favor alguien ayúdeme" "Yixing aguanta un poco", pero a cada segundo su voz se volvía más lejana.

Pequeños detallesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora