-Grabado en fuego-
Una enorme extensión de tierra negra, arboles de corteza agrietada por la intensidad del calor a los que son sometidos. A un par de kilómetros observó la montaña volcánica que se elevaba tras el castillo despidiendo chispas rojizas, y a su vez se derramando pequeños ríos de lava que descendían lentamente hasta perderse en unos cuantos pozos humeantes. La nieve que caía en las tierras de Fuego Primordial no era más que un puñado de cenizas que se esparcían por el aire con suma velocidad. Un abismo enorme se abría frente a ellos, brillando desde el interior en tonos rojos y amarillos como si fuese la garganta de alguna bestia gigante. Por sobre él, un puente negro hecho de roca sólida, negra, quemada como carbón por el fuego eterno; a los lados de dicho puente se alzaban pequeños picos puntiagudos cual colmillos de dragón. El castillo en si parecía una ciudadela construida y reconstruida una sobre otra dándole un aspecto inhumano y terrible – cada pequeña ventana se iluminaba en tonos amarillentos – Al terminar el largo puente se encontraba con una entrada magenta bien custodiada que abría el paso directo al castillo, con sus torres y pequeños puentes entre estas.
Sabía que no tenía mucho tiempo, a lo sumo unos cuatro días antes de que la guerra llegara al centro del reino, por lo que debía apresurar las cosas ahora más que nunca. Antes de partir dio la orden a sus guerreros de alistar los ejércitos y las armas; la guerrera Any se había hecho con una legión de guerreros que llevarían la delantera para unirse con aquellos que se hallaban en el campamento cerca del muro – Serian la primera línea de defensa. Los tres estaban frente a la puerta del castillo cual emisarios de la muerte – solo Kyel y Elise llevaban túnicas oscuras, a diferencia de la reina. Cuando la entrada se abrió de par en par, al menos dos guardias los recibieron denotando cierto grado de recelo; sus rostros eran una perfecta mascara de piedra volcánica con ojos de fuego, y a mitad del pecho, por sobre la armadura, un símbolo antiguo que representaba la palabra "Fuego" golpearon el suelo al unísono con la punta de sus lanzas al ver a la reina y su guardián real. Los tres se abrieron paso hacia el interior del castillo con sumo silencio, solo el resonar de sus zapatos y las llamas en las antorchas consumiéndose lentamente.
—Majestad —habló uno de ellos, cuidando la puerta que conducía al interior del salón principal. Llevaba sobre el hombro izquierdo una hombrera dorada con grabados inentendibles.
Massacre echó un vistazo a su alrededor, las paredes eran vino tinto y los pilares muy altos. El demonio seguía ahí frente a ellos esperando alguna respuesta. Otros cinco guardias estaban de pie a cada lado de la entrada – como estatuas.
—Balberith —dijo — Díganle que he venido a reunirme con él.El guardia principal negó despacio —mi reina, el príncipe de fuego no quiere hablar con nadie. Edar Drórdtt non Wéshkj sehen —su tono de voz se hizo más gutural.
El salón estaba tenuemente iluminado con una serie de antorchas que no alcanzaban a llenar la magnitud del espacio, solo arrojaban una serie de destellos débiles sobre los muros. Todo el techo se alzaba ribeteado con relieves que ascendían hacia el centro de este, y al mismo tiempo era adornado con pinturas de una gran guerra, donde los terribles demonios alados arrojaban a los ángeles dentro de inmensas hogueras. Era una monstruosa obra de arte. Balberith, impetuoso príncipe de fuego se hallaba de espaldas a la entrada cuando esta se abrió de golpe acompañada de un estruendo; la seguridad había sido incinerada, y los otros guardias corrían en dirección del problema. El candelabro de araña colgaba sobre su cabeza con cientos de velas, y la larga alfombra de la puerta hasta el trono se teñía con gotas de sangre que escurrían de la espada curva de Kyel. El príncipe no se inmuto ante su presencia, en su lugar, continuo de espaldas levantando la mano frente a su rostro para contemplar mejor lo que parecía una joya amarilla.
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Queens of Hell
General FictionEllas lo hirieron y le robaron su trono, gobernando el infierno bajo su poder oscuro, ahora se desatará la guerra por las tierras profundas con el regreso del caído. La sangre correrá, las cabezas rodaran y solo uno tendrá la corona. Bella portada...