X ''Fuego y Hielo''

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—¿Qué acciones se supone que debo tomar, Haruka? Ya no puedo tratar este asunto con diplomacia, eso no sirve en el infierno por más que lo intentemos. ¡Mis soldados están muertos! Muertos, y uno de ellos estaba aquí, congelándose lo que le quedaba de cuerpo en tu reino.

La líder de Nieves Perpetuas se mantenía extremadamente firme, con los hombros tan tensos que parecía como si alguien estuviese apretando una barra al rojo vivo contra su espalda. Trataba de no parecer nerviosa por tener a la reina tan cerca, en esas circunstancias, no era prudente. La soberana infernal le hablaba con firmeza, con cautela, y, sin embargo, dirigía sus palabras con una extraña tranquilidad y un tono de voz bajo, para nada parecido al que siempre usaba con todos; eso causaba escalofríos en Haruka. "Me defenderán. Mis soldados me defenderán si ella intenta algo... ¿o no?" pensaba, aun manteniéndose firme, apretando los puños para que no le temblaran los dedos.

"No, no lo harán"

La puerta Egea seguía abierta tras ellas, flotando a escasos centímetros del suelo helado, y arrojando ligeras ráfagas de aire frio hacia el exterior; hacia un buen rato que los caballeros habían dejado de prestar atención a la entrada. Los ojos casi blancos de uno de los caballeros Lḗrfn se detuvo en la reina, y acompañaron a esta mientras comenzaba a dar pasos circulares en torno a la líder de cabello azul. Tenía razón, ellos no podrían defenderla si algo ocurriese; ellos obedecen a un líder cuando lo tienen, y cuando las reglas no se quebrantan por ningún motivo, de lo contrario, sería un acto de traición alzarse contra alguien como Massacre. Haruka Winsthe caería muerta y ellos solo contemplarían sin moverse. Algunas legiones eran serviles a sus líderes, pero no con tanta devoción como para iniciar una guerra contra el centro imperial del reino.

—Analiza los hechos con lógica —respondió, intentado que su voz no temblara —. No tengo motivos para matar a ninguno de los tuyos, ni nadie en mi división los tiene. Estamos en la boca del lobo y cualquier incidente que produzca caos será efectivo para separarnos a todos. No se debe actuar sin pensar, no se debe quebrantar ninguna regla establecida —la miró a los ojos, con controlada serenidad —. Ofrecí mi lealtad y mis soldados para defender este reino y así será.

—¿defenderlo de quién? Esa es la pregunta... —se detuvo justo detrás de la líder, y asomo una torcida sonrisa en la oreja de esta —. Si quiero darle a alguien la llave del reino lo hare, pero debo defenderlo de quien ahora instiga la guerra y el caos. Si quiero darle a mi amo lo que quiere, primero debo acabar lo que a él le supone un obstáculo —puso una mano en el hombro de Haruka, cubierto por unas mangas grises y blancas. Apretándolo —. Hay que tener cuidado de cómo se interpretan las cosas, ¿no? Me gustaría saber que eres de fiar.

—No estoy con Lucifer, no voy a darle nada que él quiera. Hare lo que me pidas, incluso si tengo que morir, lo hare —Su voz ya no era temblorosa, ahora parecía tener una fría determinación y se obligaba a creer que era todo, que no temería nunca más.
"moriré, sé que voy a morir"

—Morirás, pero no ahora. Por desagracia, te necesito con vida.

—No te salvas de mí mismo destino, Meghan.

La reina soltó un resoplido muy parecido a una burla; le mostro los dientes en una sombría sonrisa y levanto los hombros con indiferencia —No estarás para verlo.

Un soldado elfo de cabello naranja y revuelto cruzó la puerta, y al aparecer justo en medio de los soldados del reino frio, fue acorralado con las espadas y lanzas que formaban un circulo amenazador a su alrededor. Herxi se inclinó con respeto e indico que venía a comunicar algo importante. Los Lḗrfn retrocedieron volviendo a su postura rígida original. El elfo se encamino hacia ambas mujeres e hizo una reverencia elegante, propia de su raza —. Himllen ᾱrk —dijo, alzando la palma de la mano, y moviendo los dedos a modo de saludo.

Queens of HellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora